Los objetos en el espejo

Capítulo 23: Mariposa de origami

Despertó con el cuerpo rígido, los hombros adoloridos y le costaba abrir los ojos. Cuando volteó a su derecha vio a un enfermero observándolo, el hombre le sonrió y se puso de pie.

— te quedaban al menos unos tres minutos antes de que te despertara— dijo con una voz amable

— no me voy a levantar

— Kaidan, ¿verdad? Te enseñaré una cosa del hogar, los beneficios aquí duran poco, y los tuyos ya se agotaron, haz las cosas más simples para todos, toma una ducha, ponte algo cómodo y ve a desayunar.

Sin esperar replicas y sin presentarse, el enfermero salió por la puerta corrediza de la habitación, Kaidan suspiró y se puso de pie, se estiró un poco, podía sentir su cuerpo tensarse y sus articulaciones crujir, fue hacia el mueble al lado de su cama y sacó algo de ropa, tomó una ducha y aunque el agua helada le tensaba los músculos, también le hacia sentir que se llevaba los gritos que escucho la noche anterior, Andrómeda… ¿Qué será de ella?, ¿Tendrá algún privilegio que le permita descansar al menos el día de hoy?, sacudió la cabeza bajo el chorro de agua, apartando esas ideas de su mente, en cambio sus ideas se nublaron por un par de ojos ambarinos, sintió uno extraño tipo de calidez en su pecho ante la idea de ver a Julian hoy, recordó la forma en que sostenía sus manos y le sonreía y por un momento agradeció estar solo en el baño, donde solo el mismo podía juzgarse.

Después de limpiarse, se puso unos pantalones de chándal y una camisa de manga larga negra, se secó despreocupadamente el cabello, y solo por un segundo, deseo que hubiera al menos un espejo en el hogar, si Julian venía, quería verse bien para él. El pensamiento se quedó un rato en su cabeza y lo reformó, “no puedo arreglar mi imagen aquí y verme bien para Julian. Pero puedo salir de aquí y estar bien para Julian, quizá incluso para mí mismo”

Sonrió ante la idea de una vida normal con ahora la presencia de los Kane, más la línea de pensamiento fue cortada por un toque en la puerta, la cual segundos después se abrió para rebelar a Jorge, quien también parecía recién salido de la ducha.

— Alguien decidió levantarse hoy

Kaidan decidió ignorar el encuentro con el enfermero.

Ambos caminaron hacia el comedor, donde los internos organizaban alrededor de unas 3 o 4 mesas, no eran mesas fijas, eran de esas que podías doblar, las mesas esperaban recostadas contra la pared, para después ser tomadas, las sillas plásticas se organizaban mientras otros ponían individuales frente a cada puesto, una vez el salón estuvo listo, tomaron asiento, podía notar como la gente lo evitaba, y las pobres almas que por levantarse tarde se vieron forzadas a compartir mesa con el y Jorge, se negaban a sostenerle la mirada, y otros tantos movían sus asientos lejos de él.

A este punto no podía decir si era por su cercanía con Andrómeda, su…”relación ” con Julian, su episodio del primer día, su aislamiento de ayer o un poco de todo, aunque a decir verdad no le importaba, llevaba unos meses siendo tratado como un paria, no era algo que no pudiera soportar, al menos Jorge parecía prestar poca atención a la gente a su alrededor, así que el hizo lo mismo.

Una mujer puso un plato frente a él, huevos revueltos, dos rebanadas de pan, una pequeña porción de piña, una bebida de sabor indeterminado, pero que en definitiva tenía algo de leche y una cuchara, cuando le pregunto a Jorge por la ausencia de tendedores, él solo respondió “puntiagudo” y Kaidan asintió.

El desayuno fue rápido y sin charla alguna, al menos en su mesa, Jorge parecía más decidido a devorar el plato frente a él que a instaurar conversación y Kaidan estaba demasiado atrapado en su cabeza y agobiado por el hambre de ayer, como para preocuparse por conocer a sus demás compañeros.

Una vez terminado, una mujer alta, castaña con el cabello ondulado y unas mejillas redondas entro sonriendo, y todos sonrieron con ella, excepto Kaidan, que no sabía quién era.

— es Katherine, la terapeuta ocupacional.

Dijo Jorge a su costado y de nuevo, el asintió. La mujer les indicó como ordenar las mesas y así lo hicieron, Jorge de nuevo se sentó a su lado, pero esta vez sus demás compañeros decidieron apiñarse en otras mesas a compartir ejercicio con él, casi sintió ganas de reír, los adultos son igual o más ridículos que los adolescentes cuando se dejan llevar por el prejuicio.

Al fondo de la sala, él y el que parecía ser su único amigo esperaron a que le llegaran los materiales para la sesión, con la mirada busco el cabello blanco de Andy, pero no había rastro de la mujer, Katherine se paró frente a ellos y les entregó un par de hojas de papel, una cartuchera llena de colores, la cual venía sin afilalápices, y no se le hizo para nada raro en un lugar que prohibía los tenedores.

— Hoy haremos una mariposa de origami.

Kaidan odiaba el origami, requería una paciencia que no tenía, y era realmente torpe con sus manos, pero amaba las mariposas, y no es como si pudiera elegir no hacerlo, Katherine indicaba que dobleces hacer, y la mujer lo hacía parecer fácil, sus quiebres en el papel se veían pulcros, finos y delicados, los de él parecían hechos a ciegas, las líneas no eran rectas, y las manos le temblaban por la frustración, podía sentir la mirada de Jorge examinándolo, pero no sintió los pasos de la terapeuta hasta que la tuvo frente a él, la mujer trajo una silla y se sentó a su lado.



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En el texto hay: lgbt, boyslove, psicosis

Editado: 20.12.2021

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