Los privilegiados del azar

Capítulo 13 - Variables aleatorias





Las variables aleatorias asocian números reales a los resultados de un experimento aleatorio.

Una tarde de viernes, tras una semana agotadora en la universidad, Isidro decidió que urgía terminar de una vez por todas con aquel crucigrama endemoniado. Al menos intentaría completar todo lo que le permitía su información.

Cuando cursaba los últimos años de carrera, Isidro León encajó uno de los golpes más duros de su vida. Un primo suyo, a quien apreciaba más por amigo que por familiar, falleció tras sufrir una agresión con arma blanca. El azar se había cebado con un joven muy atractivo, noble, conciliador, con capacidad de liderazgo y con grandes dotes naturales para la música y el deporte. Ese día, simplemente, pasaba por allí. Y allí se quedó. A partir del trágico suceso, noche tras noche, en sueños, Isidro era acribillado por aquel drama. Fue así hasta que compuso una canción, “La mirada de León”, y desde entonces dejó de tener pesadillas. Tecleó en su explorador http://cafema.webs.ull.es/TECNICASMUESTREO/temario.htm y escuchó la melancolía y la tristeza de aquellos simples acordes.

Dominaba en los ochenta la guitarra, la pelota,

la parranda, los amigos, las mujeres más hermosas.

Parecía estar hecho de imán.

Al entrar en los noventa empuñaba una rosa,

pero aquel hijo de perra empuñaba otra cosa.

Le tocó perder la vida por azar.

A sus dedos arrancó la púa,

a sus piernas arrancó el balón,

pero nunca, nunca, la mirada de León.

Ahora podía tachar la “9 vertical”. Su apellido parecía estar hecho de imán.

El 2 marca el inicio y el final. El de arriba, su amor, la dejó tirada abajo.

El cuatro, primero presume de serlo, con complejos. Luego, cada una de ellas crea adicción.

En el 6 se perdió el pastor.

8. Por su culpa puede que no recuerdes mi nombre, de la misma manera que tampoco recuerdas el suyo.

Del 9 parece estar hecho tu apellido.

3, 5 y 7 forman un anagrama de lo que ansío en estos momentos.

La Reina Bruja vivía antes y después del campo. Tiene algo de Marlene.



La “8 vertical” lo traía de cabeza. Dado que Salka se dirigía a Isidro, la solución tenía que estar en las canciones. Pero ya lo había intentado una y mil veces. Ni siquiera las dos letras que ya tenía colocadas lo ayudaban. El profesor pensaba en alto, tratando de deducirlo por lógica.

—Por su culpa no recuerdas mi nombre. ¿Por culpa de quién no recuerdo tu nombre? ¿De Mauro? ¿De la reina bruja?

No había forma de avanzar. En cuanto a la “3, 5 y 7 vertical”, las dio por imposible, pues suponía que eran letras sueltas para combinarlas cuando estuvieran todas. Ese es el concepto de anagrama. Y entonces llegó el momento que Isidro estaba esperando con nerviosismo. Tenía una idea y una esperanza de descubrir uno de los principales enigmas de la carta. Algo que, desde el principio, llamaba su atención. No quería retrasarlo más.

—¡Encaja, por favor, encaja! —rogaba Isidro, deseando saborear su triunfo y confirmar su intuición—. ¿Dónde era? ¡Antes y después del “campo”!

Pero Silvana no cabía. ¿Cómo era su apellido? ¡Sí! El corazón de Isidro salió libremente por su boca ante la suavidad con que encajaba el vocablo.

—¡Amanca! ¡La reina bruja! —gritó, a la vez que escribía “Ama” antes y “nca” después de la palabra “campo”.

Lo que aún no entendía y lo turbaba era qué relación podía tener Amanca con Marlene, pero, claro, eso era ficción, juego de palabras, algo que, posiblemente, estaba en la letra de “Por amor a Marlene”. Ya lo investigaría. Orgulloso de su trabajo, releyó todas las definiciones para hacer una recapitulación de lo que le faltaba.

Tú percibes el mayor drama social en La: en la 1 horizontal y vertical.

Horizontal.

El 2 y el 3 causan el mayor daño físico. El 5 es el final de tu flor. Ojalá lo hiciera el eslabón más débil de la cadena, a su derecha.

Vertical.

El 2 marca el inicio y el final. El de arriba, su amor, la dejó tirada abajo. 8. Por su culpa puede que no recuerdes mi nombre, de la misma manera que tampoco recuerdas el suyo. 3, 5 y 7 forman un anagrama de lo que ansío en estos momentos. La Reina Bruja vivía antes y después del campo. Tiene algo de Marlene.

Había tratado de mantener un orden estricto porque así era como le gustaba resolver los crucigramas. Al volver al principio, se dio cuenta de que la primera frase, que representaba un alto porcentaje de letras del crucigrama, iba a resultar fácil de descifrar. De hecho, la “Y” de la “5 horizontal” (junto con lo que tenía debajo) suponía una obviedad. Enseguida lo comprendió todo. Ese “La” en mayúscula se refería a la nota musical. Tú percibes el mayor drama social en La. En su obra había dos títulos, solo dos, compuestos en dicha nota. Y recogían, claramente, dos dramas sociales diferentes: la inmigración y las drogas. ¡Ahora faltaban pocas letras para completar el juego!



“Inmigrante ilegal” y “Yonki”. Mientras la tarareaba, escuchó las notas de “Yonki” en http://cafema.webs.ull.es/ESTADISTICAI/examenes.htm. Se trataba de una melodía con tintes trágicos inspirada por su tío Federico, quien había jugado con las drogas, durante los primeros años de democracia, cuando Isidro aún era un niño. Federico se convirtió en una víctima más, sin posibilidad de redención, del rechazo social. Ahora Federico andaba vagando por las calles de La Palma, buscando un pico y esperando la muerte. Era cuestión de tiempo.

Era otra época, aunque Franco ya se había muerto.

Cosas de niños, aquel día no acudió al colegio.

Cruza la plaza donde está el camello.

Curioso quiso probar el cielo.

Su primer porro le supo a caramelo.

De adolescente unos minutos pasa en el talego.

Fue suficiente, el de uniforme destrozó sus nervios.

Cayó en la trampa de los quinceañeros.




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