continuación capitulo 8

-Yo también siento lo mismo que tu Aranza- me dejo sorprendida con tales palabras, ¿el también lo siente? ¿Cómo puede ser eso posible? La diosa nos está jugando una mala broma.

-¿Pero cómo es esto posible? Si se supone que estos sentimientos lo debes sentir con tu mate y yo con el mío- le decía con la mirada fija en sus ojos, hizo un gesto como si supiera algo más.

-Nose Aranza nose- estábamos iguales. Lo abrace y sentir su piel me hacia desearlo. Y su agarre fue más fuerte y me gustaba, no pensé en nada, solo en el y yo.

-Lo siento mucho- dije entre lagrimas –no quería hacerte enojar- me levanto mi rostro y acaricio mi mejilla y a continuación.

¡Lo Bese!

No me importo que fuéramos hermanos, mi deseo de hacerlo era grande, de sentir sus labios y el sin dudarlo me siguió el beso, nuestras lenguas danzaban, era un juego de besos, me senté en sus piernas y el empezó acariciar mi espalda, me apretaba más a su pecho y nuestros labios aun no se separaban, no queríamos parar. Acariciaba mis muslos y pase de sus labios a su cuello y ambos gemíamos por nuestras caricias  ¡joder se sentía bien nuestro tacto!, otra vez pasamos a nuestros labios y fue bajando hasta mi cuello, y pude sentir que su amigo de la entre pierna estaba duro, no quería parar pero luego caímos en la realidad y nos separamos, ya me estaba desabrochando la camisa. Me aleje.

-Lo siento, esto no debió pasar- me dije levantándome y ¡caray! Me dio un ardor fuerte en mi rodilla y me senté de golpe. 

-¿estás bien? – se acerco rápidamente, -déjame revisarte--.

-no, tranquilo hermano no es nada- la verdad si me dolía pero no quería que me tocara y volver a sentir esa corriente eléctrica y el deseo de que me comiera sin importarnos ser hermanos.

-no seas terca Aranza, solo voy a ver- fue bajando mi media pantys con cuidado de mi rodilla de manera que no me lastimara –fue un raspón duro, te llevare cargada a la mansión así no te dolerá al caminar-  lo que me faltaba, estar más pegada a mi hermano sexy. Controla tus impulsos y tus latidos Aranza.

Me cargo con cuidado y fuimos camino a la mansión.