Los secretos de Ariadna.

Capitulo 8

Ariadna.

Sali de la ducha y ambos seguían ahí. Adrián se volteo, apenas me vio ya que yo solo estaba en toalla. — ¿Qué pasa? ¿nunca has visto a alguien toalla? — le pregunte mientras tomaba mi mochila. No tenía vergüenza a que me vieran con la toalla envuelta pero parecía como si hubiera aparecido desnuda frente a él.

Se levanto estando de espaldas— Les traje un café, con crema como te gusta, el tuyo lo tiene Kleer y toma, tómatelo antes de que se enfrié — salió del cuarto a paso veloz.

Me reí al ver a Adrián tan tímido — ¿Qué le pasa? — le pregunte a Kleer entre risas.

— Adrián es tímido si ve a una chica semidesnuda, al menos de que ya la haya visto desnuda antes ¿Qué le pasó a tu cabello? -— me pregunto Kleer.

Él ya me vio en ropa interior aquella mañana en el bar pero fue hace un tiempo, supongo, que uno olvida esas cosas — Mi cabello naturalmente es rizado y no conté con que me ducharía aquí — me peine apenas y me cambie, use mi chaqueta abrigada de cuadros rojos y negros junto a mi gorra de lana negra para cubrir mi cabello

Cuando estuvimos listas bajamos y todos ya estaban ahí, note que un chico se había vestido igual que yo y por la altura supe que era Adrián, al vernos ambos nos reímos por la singularidad de nuestra ropa, era como si nos hubiéramos puesto de acuerdo, incluso teníamos puesto el mismo gorro de lana.

— Al parecer tenemos los mismos gustos— dijo el con esa gran sonrisa. Los maestros nos dieron folletos aunque yo ya conocía el lugar. Nos dieron indicaciones a donde nos llevarían y que después de eso tendríamos la tarde y parte de la noche libre.

Tomo mi mano y por primera vez desde que lo conozco me he sentido incómoda. Fuimos al centro del pueblo donde nos contaron la historia de como mujeres pioneras fundaron ese pueblo tan hermoso y en todo el recorrido no se separaba de mi y yo no dejaba de pensar en ese sueño, en especial porque deseaba con todas mis fuerzas a Adrián.

Los profesores nos habían dado un descanso de media hora para ir a comer o ir al baño. Adrián iba a ir a la tienda de regalos mientras yo iba a refrescarme al baño con Kleer.

— Se lo que tu pervertida mente piensa — me dijo mientras nos arreglamos en el espejo del baño. — ¿Acaso tuviste un sueño sucio con el?

Trague saliva y trate de no mostrarme nerviosa — En mi defensa, nunca me había pasado y debes admitir que tu amigo es muy atractivo — me hizo una mueca demostrando que ella no lo veía así.

— Algo, pero debes admitir que la atracción y la química que hay entre ustedes es... — se puso detrás de mi — notable.

— Con lo que dijiste anoche a tus amigas ¿No temes que te echen del grupo? — dije tratando de cambiar de tema.

Kleer trato de ocultar la carcajada que le había causado mi comentario — ¿Echarme? a pesar de que me hayan escogido por Adrián, saben que soy la mejor capitana que pudieron tener y no son mis amigas, solo son mis compañeras.

Aproveche el momento para pedir unirme — ¿Y no te gustaría tener a alguien que te agradara? ¿Cómo yo? — me arrime al lavabo del baño para no mostrarme nerviosa.

Me dió una mirada sería y pensé que diría que no pero hasta salto de felicidad al saber que quería unirme. Comenzó a hablarme de las rutinas y de que mandaría a pedir mi uniforme para la primera práctica que sería después del viaje.

Luego, fuimos a buscar a Adrián y lo encontramos en la tienda de regalos con un grupo de chicos, no se veía cómodo con ellos y mi instinto protector se activo.

Adrián.
Mientras las chicas iban al baño yo me pare para comprar unas cosas para la acumuladora de mi madre. Cuando estaba por ir a pagar me encontré con Kevin Thaner o mi terror en la primaria y parte de la secundaria. Él era una de las razones por las que me alegraba de haberme mudado.

Rogue por que no me reconociera pero él y su grupo de amigos me quedaron viendo. — ¿Geeler? — se acercó a mi y mis manos se pusieron temblorosas. — No puede creer que seas tu — me abrazo de lado y me bajé la mirada por el miedo que aún le tenía, a pesar de que era más alto que él.

— Si, bueno... — me habla comenzaba a hacerse torpe. — De-debo ir-irme.

Thaner y su grupo de amigos me rodearon — Has cambiando mucho —- Apreto mis brazos — Ahora tienes músculo y eres más alto — los aparte y aún tenia miedo de verlo a los ojos. — ¿Que haces aquí? — me pregunto sonriente, esa sonrisa me daba escalofríos, además me quito la billetera de las manos,

Esquive la mirada — Ve-vengo de excursión con mis, mis compañeros.

— Aún sigues tartamudeando — me dio palmadas en mi espalda. — Es bueno saber que algunas cosas siguen igual y ahora tienes tarjeta de crédito — me la mostró entre sus dedos. — Toque y gale las puntas de mis dedos — Deberíamos ir a comer y beber algo ¿no crees? apuesto a que tu tarjeta no tiene limites.

Estaba entrando en pánico, no podía moverme y todo parecía ponerse de mal modo — Yo, yo no, no pued...

— Mi amor, aquí estás — era Ariadna quien tomo mi mano y me dio un beso en los labios — Te busque por todas partes, es hora de irnos — me había quedado helado y tarde en reaccionar.

— Si, si claro — antes de irnos ellos nos detuvieron poniéndose alfrente de nosotros.

— ¿Tu novia? — Pregunto Thaner examinado a Ariadna — Es linda —extendió su mando —Kevin Thaner ¿y tu como te llamas preciosa?.

— Ariadna, orgullosamente novia de Adrián Geeler — había captado el juego de Ariadna y posiblemente ella ya sabía lo que estaba pasando. — Fue un gusto conocerlos pero mi amorcito y yo tenemos que irnos — me tomo de la mano y me llevo lejos de ahí.

Salimos del museo y nos sentamos en una banca que estaba a fuera de ahí. Ella había ido por unos cafés. — Se que para ti debió ser difícil hacer eso ya que no estas acostumbrada.

— Lo que sea para salvar a un amigo— se sentó alado mío — Así que ellos eran los que te intimidaban - me dijo sin ninguna duda.




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