Los secretos de Fos

Hades V

¿El secuestro? Ah, sí, cuando tenían como doce o trece años.

Los seres mágicos podemos presentirnos entre nosotros pero ¿Presentir humanos sin seres mágicos? Era complicado, no era imposible, al fin y al cabo los humanos nos invocan con sus propias pautas cerebrales pero si no estás atento, se te adelantan solo un poco.

Lo importante es que ese día los tipos cayeron de sorpresa. Yo reaccione solo cuando escuche el cuerpo del conductor caer y en cuanto vi que Leonardo se materializaba sobre la cabeza de Cleo.

La única verdad es que yo iba a proteger a todos, porque soy un oso generoso pero todo cambio en cuanto vi el brazo del primer tipo, el pelón que entro al carro. Una marca que había visto antes en ese mismo juego pero mucho más adelante.

El otro hombre también tenía el símbolo pero en su cuello. No parecía la última moda y si lo era... Que horribles gustos tenían los de ese mundo.

No quiero dar spoiler de un juego que no han jugado así que de momento yo seré el único que sepa qué onda. Es por el bien de la trama.

Cleo estaba aterrorizada, estaba dispuesta a gritar pero el tipo pelón la miro de mala gana, lo que hizo que su dama de compañía la abrazara para tranquilizarla e impidiera en gran medida que gritara.

—Tranquila, todo está bien— Le dije a Ceres acariciando su cabeza— Haz lo que te piden de momento.

Estaba siendo un poco injusto con ellas pero debía saber más de esos tipos para bien o para mal.

De todos modos con Ceres asustada tampoco podía hacer gran cosa.

— ¡Y ya tienen seres mágicos! ¡Nos ganamos la lotería! ¡Si no las salvan, podremos venderlas a un gran precio como esclavas mágicas!— Dijo el hombre tomando la mano de ambas chicas con brusquedad para apartarlas de las adultas y las arrastraron a fuera del carro para dejarlas caer hacia el suelo.

— ¡Por favor, déjanos!— Dijo Ceres. Se veía pálida y temblaba pero aun así se levantó con una mueca aterrada y molesta.  

— Las dejaremos ir cuando terminemos con ustedes, de momento, quizá también podamos vender su ropa, seguro es muy cara — Dijo el hombre mostrando una expresión asquerosa que me dieron ganas de partirle la cara pero no Hades, contrólate, lo haces por el futuro.

—No digas más, lo mataremos después— Le dije a Ceres con una sonrisa.

—Palabras valientes, niña— Dijo el hombre apuntando a Ceres con su arma. Definitivamente estaba siendo un poco criel. Seguro pensaron que son los pensamientos de ella y no los míos propios, pero esto nos beneficiara en el futuro, lo prometo.

Aun así la chica no grito, valiente. Esperaba que entendiera que mi cola la protegería de ser necesario al colocarla sobre su cuello— Súbanlas al otro carro ¡Nos vamos! Ustedes, si quieren salvarlas, tienen nuestro número.

El hombre soltó un papel en el suelo y se fue con nosotros sobre la nueva carreta.

—Tranquila, estaremos bien— Dije entre susurros, tratando de tranquilizarla.

La pobre Cleo estaba privada, abrazándose a Ceres mientras esta hacia lo posible por no quebrarse. De verdad estaba sorprendido, alguien normal ya habría llorado como loco y hecho berrinche pero Ceres… Estaba ahí, tratando de ser fuerte.

— ¿De verdad estaremos bien?— Pregunto Ceres hacia mí, con los labios temblorosos y los ojos llorosos.

—Claro que sí, mi señora, confié en mi…— Le dije sentándome en su cabeza y acariciándola. Podía sentir que estaba temblando pero aun así no paro de acariciar a Cleo para tranquilizarla. 

Quizá ese fue el momento en que cambio la imagen que tenia de ella en mi cabeza. Claro, había cambiado desde antes pero en ese momento me sentí más sorprendido ¿De verdad se había vuelto tan valiente? O quizá solo era muy tonta.




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