Los secretos de Fos

Hades XII

Ceres tomo en sus manos mi cuerpo en forma de un bidente de color negro con dos puntas afiladas de color rojo, las cuales se separaban desde un espiral que era el mango del arma. 

Si, muy funable leyéndolo así, y no, no estoy tratando de compensar un complejo que pude tener en mi vida pasada pero déjame te lo explico.

Usar la magia en este mundo no solo tenía que ver con la magia de tu ser mágico relacionada a su nombre, eso es solo una parte del poder total, la otra era utilizar un arma creada con el propio ser mágico.

El poder usar su arma e incluso el forjarla era algo que se enseñaba en la academia pero yo quise adelantarme y por eso la sorpresa de todos los que la estaban viendo, incluso la de Cleo, porque si, nadie sabía que ella podía hacer eso ni que yo la había entrenado en secreto.

Esa pista de correr que hace años le hacía perder el aliento, ahora era mucho más difícil y Ceres la terminaba en tiempo record y sin perder el aliento.

— ¿Cómo diablos sabes hacer eso?— Preguntó el príncipe, mostrándose tan sorprendido como los demás pero también se veía bastante frustrado, lo que me hizo sentir muy bien, la verdad.

Ceres no respondió.

—Maldita creída— El tipo corrió hacia ella a gran velocidad, lanzándole un golpe con tal fuerza que incluso los chicos que estaban cerca pudieron sentir la onda de choque, de todos modos Ceres ya se había movido.

Había usado el bidente para impulsarse hacia arriba por lo que cayó desde el cielo, cosa que sorprendió al príncipe que retrocedió por poco, entonces la chica giro en el suelo y le golpeo en el costado con el mango del arma.

—Ya veo, si, eres fuerte pero hazlo sin arma ¡A ver!— El príncipe estaba frustrado. Se le veía en la cara. No solo era dolor.

Ceres apretó el mango y yo asentí.

Nuestra compatibilidad era tal que no necesitábamos hablar, por lo que el arma desapareció de sus manos.

Ambos acordamos que usaríamos mi magia pero no explicaríamos su funcionamiento, al menos no la real.

¡Que emoción!

El príncipe no tomo esto muy bien y fue tras ella, lanzado un golpe tras otro que la chica evitaba por un lado, gracias a mi ayuda, por otro lado, gracias a su propia habilidad, entonces encontramos una apertura, por donde lanzamos un golpe.

Al príncipe le paso a un lado del hombro y con una sonrisa, seguro pensó en usar su poder para contrarrestarla pero el pobre idiota termino siendo empujado hacia el lado contrario, como si de verdad le hubieran pegado, lo que lo sorprendió.

— ¿Qué mierda fue eso?— Preguntó el príncipe, sujetando su hombro.

Tanto Ceres como yo pensamos lo mismo— ¿Lo entiendes? ¿O debo explicártelo? Este es mi estilo de pelea, utilizo el viento que nos rodea para golpearte.

—Voy a derrotarte— El chico corrió hacia ella pero esta vez lanzo un par de patadas y acto seguido giro, para darle otra patada pero la chica lo evitaba o lo desviaba con su poder, entonces esta doblo su mano hacia su cuerpo y luego la expulso, lanzando una onda de aire en el cuerpo del pobre príncipe.

Pero el príncipe lo había visto por lo que lo evito, giro y lanzo una patada que trato de darle en la cara pero esta ni se inmuto, pues yo se la desvié, provocando que el príncipe perdiera el equilibro, entonces Ceres aprovecho para agacharse y patear a su pie de apoyo, dando un giro.

El pobre príncipe termino girando en el suelo de espaldas varias veces antes de detenerse.

Ese movimiento lo vi en un anime ¿A qué esta chido?

El príncipe golpeo el suelo, seguro muy frustrado a lo que este se levantó de un salto y se preparó para seguir peleando.

— ¡Espera…! ¡Ya terminamos!— Comenzó Ceres pues el príncipe ya había tocado el suelo.

—No lo creo— El príncipe se lanzó hacia ella pero una figura se interpuso entre ambos lo que nos tranquilizó, al menos, esa es la emoción que le transmití a Ceres por lo que bajo los brazos.

—Isaac Newton— Ambos chicos impactaron y terminaron retrocediendo uno del otro, a la misma distancia.

— ¿Qué haces, Ajax?— Le pregunto el príncipe.

—Su combate termino en cuanto tocaste el suelo con la espalda, lo siento, si continúan, ya no sería un combate oficial y eso no se puede permitir, mi amigo—­ El chico le guiño un ojo a Ceres— Acepta tu derrota como un hombre.

El príncipe trono los labios.

—Y bueno, el resto también puede irse a sus clases o a su casa ¡Esto no es un show! ¡Vámonos!

—Pero falta…— Comencé pero Ceres cubrió mi boca.

—Eres muy sensata, bien— Ajax se giró hacia ella con una gran sonrisa— Ahora vete mientras hablo con mi amigo. Nos veremos mañana y quizá podamos hablar nosotros también.

Era un chico de cabellos blancos cortos alborotados, de ojos color rojo sangre, de tez clara, labios delgados, nariz respingada y con unos lentes de color negro cubriendo sus ojos casi siempre, debido al estigma de sus ojos. Alto y atlético aunque no tanto como Aquiles.

Su uniforme iba descubierto del cuello e incluso parecía desfajado.




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