— ¿Segura que no le molesta a tu amiga estar aquí?— Mamá pasaba la mirada entre Ceres que estaba sentada en la silla a la que la arrastre, hablando con Zeus y Hades.
—No parece que le moleste— Dije pasando saliva.
—Eso veo pero…— Mamá se veía muy nerviosa.
—Ceres es de la realeza pero es diferente— Dije con cierta seguridad en mi tono— Me gustaría que conocieras a Dafne, es muy amable también. La verdad es que ambas me han ayudado mucho.
—Y pensar que te sentías nerviosa de ir— Me dijo esbozando una leve sonrisa— Pero ahora sospecho que te gusta.
—Aun me parece duro pero me estoy divirtiendo un poco— Admití con vergüenza.
Era cierto, la verdad es que yo no quería ir, cuando llego la carta que anunciaba mi beca yo fui la primera en rechazarlo. No quería ir a una escuela donde seguramente todos me rechazarían por ser una plebeya, una pobre.
Cuando entre, solo me sentía temerosa de ser odiada, de que todos aprovecharan su estatus para molestarme.
—No los provoques solamente, cariño— Me advirtió mi mamá.
Eso trate de hacer pero el primer día termine chocando con una chica rica solo que esta no se molestó conmigo, me miro extraño y me ayudo a levantarme, indicándome que tuviera más cuidado la próxima vez.
Incluso me sonrió.
Luego tuve un par de tropiezos con otra gente que de verdad era molesta pero al final, incluso cuando me sentía sola, conocí a Dafne, otra chica que fue amable conmigo pese a mi posición social. Y pese a todo, Ajax también me acepto en un grupo que estaba reservado para la propia realeza.
La verdad es que no había sido tan malo.
E incluso pude hacerme amiga de esa chica que fue amable conmigo primero.
Sí, no había sido tan malo.
—Me alegro que te diviertas, bueno, llevarle esto a tu amiga, espero que le guste— Mamá llamo mi atención para que fuera con Ceres— No la dejes sola tanto tiempo ¿Si? Estoy bien, no necesitas ayudarme.
—Es la costumbre, mamá— Admití con vergüenza.
Tome los platos de comida y fui con ella— ¡Disculpa la tardanza!
—No te preocupes— Ceres me sonrió mientras mantenía abrazados a los dos seres mágicos como peluches. Una imagen extrañamente adorable— Tu ser mágico es muy lindo ¿Sabes?
—El tuyo también— Acepte mientras acariciaba la cabeza de Hades quien se encogió, lo que me pareció adorable. Quizá no estaba acostumbrado a que alguien lo toque— Lo siento.
—No me molesta— Respondió Hades mirándome. No supe interpretar su mueca ¿Era vergüenza? ¿Molestia? Era más difícil que entender a Zeus, eso seguro— Solo me sorprendí.
—Se hace el duro, le encantan los cariños— Me explico Ceres y miro los platos sobre la mesa— ¿Qué es eso? Se ve raro pero huele increíble.
—Ah, es Spanakópita— Le dije señalando el platillo y tendiéndoselo— Mi mamá hace uno muy rico.
Ceres parecía nerviosa de comerlo— Eso verde no es…
—No son pimientos— Le dije riéndome un poco— Es espinaca.
—Ah, esa no me desagrada tanto— Ceres se encogió de hombros y tomo entre sus manos al pequeño triangulo relleno de espinaca, queso feta, cebolleta y otros tantos condimentos.
Ceres mordió con cuidado pero entonces comenzó a masticar más rápido con un brillo en los ojos— ¡Esta delicioso!— Dijo cubriéndose la boca.
—Sabía que te gustaría— Le dije sonriendo un poco y sentándome a su lado para tomar uno de los pastelitos— Los míos aun no salen tan bien como los de mamá. Aun no sé cómo mantener el relleno dentro.
Ceres tomo un segundo.
—Coma con calma, señorita— Le dijo Hades, tocando su cabeza.
—Lo siento, es que esta delicioso— Dijo la chica mostrándose avergonzada— Tu mamá es una chef increíble, en casa alguien cocinaba muy rico para mí pero ahora no sé quién es mejor.
—Me alegra que te guste— Dijo mi mamá parándose a un lado de nosotras.
—Cocina increíble, señora— Ceres le sonrió con las mejillas infladas.
—Muchas gracias— Mi mamá se sonrojo un poco y asintió varias veces— Bueno, cuando terminen les traeré algo de pastel ¿Qué les parece? Esta recién hecho y tiene chocolate, es otra especialidad de la casa.
—Genial— Dijo Ceres mostrándose feliz.
Yo no pude evitar sonreír un poco al verla tan feliz.
Después de eso, hablamos un poco sobre lo que Hades y Zeus nos contaron sobre los administradores, concluyendo que lo mejor era mantenerlo en secreto salvo entre nosotras.
Pese a que Ceres quería pagar, mi mamá rechazo su pago.
—Debió aceptar mi pago— Dijo Ceres con vergüenza mientras salíamos del restaurante de mi familia— ¿Podrías pagarle tú? Ella me rechazo mucho pero de verdad quiero pagarle, estaba delicioso y seguro eso pudo venderlo después.
—No te preocupes, es un regalo de ambas— Le dije sonriendo con vergüenza y rechazando su dinero.