¿Una escuela donde los alumnos van al final y los mandan a hacer cosas peligrosas sin el equipo adecuado y fuera de la escuela para evitar demandas? Oye era como cualquier escuela de Latinoamérica.
Al menos la escuela de este mundo te permitía aceptar o no la misión.
Al final las tres firmaron ante la insistencia de Ajax sobre lo fuerte que eran las patrullas fronterizas de la escuela conformados por los mejores alumnos del salón de héroes de tercer año.
¿Y qué pasaba? Un anormal movimiento de monstruos en los alrededores de la escuela.
—Oye, necesitamos hablar de…—Comenzó Ceres caminado cerca de Ajax.
— ¿El club de periodismo? Artemisa me vino a buscar temprano para hablar sobre ese artículo todo exagerado— Ajax le toco la cabeza, cosa que Ceres evito, apartándose— No te preocupes, Eneas se está encargando de eso. El club será amonestado por tergiversar la realidad.
—Qué alivio…— Ceres dejo caer sus hombros.
—Aunque escuche que alguien si fue a hacer un desastre en ese restaurante— Ajax miro con atención a Ceres.
—No tengo idea de que hablas— Ceres actuó como si nada.
Note que el cisne que flotaba a su lado me miro con atención a lo que yo le saque la lengua.
Sus plumas se crisparon.
Llegamos al perímetro de la escuela el cual estaba protegido por una gran pared de concreto con varios picos arriba que impedían el ingreso ilegal. De todas formas no era imposible cruzarlo.
Hasta las defensas más poderosas tienen aperturas.
Afuera había un chico esperándonos, con un uniforme ligeramente diferente al masculino de la escuela, pues esta tenía protecciones en los hombros y en las rodillas de color plateado con el símbolo de la escuela, además de un sombrero militar del color del uniforme con un par de crestas doradas a los lados.
Debajo del casco se podía ver a un chico de cabellos plateados largos, ojos de color dorado, tez oscura, de labios delgados, nariz respingada y un rostro en general bastante hermoso. Era alto y delgado a simple vista.
No lo conocía del juego.
—Hola, chicas, este es Egan Dimou, uno de los miembros más fuertes del salón de los héroes aunque eso podría cambiar pronto— Ajax los presento mirando a Ceres cuando dijo lo último.
Las chicas se presentaron.
—Un gusto— Dijo el chico con seriedad— Pónganse el equipo. No cazaremos pero necesitamos mantenernos alerta por cualquier ataque. Muchos monstruos toman esta ruta para huir o infiltrarse.
— ¿Y por qué no hay soldados adultos que vigilen?— Preguntó Ceres.
—La mayoría están de cacería— Ajax explicó aquello— Si esto no se soluciona, entonces tendremos que cancelar los juegos.
—Lastimosamente si— Confirmo Egan haciendo una mueca— Desconocemos porque han aparecido tantos monstruos y los soldados que han sido mandados a buscar no han encontrado nada.
Mire al ser mágico de Egan, un caballo con las patas cruzadas, mirándome como si fuera basura. Eso me irrito un poco pero preferí ignorarlo.
—Suena muy peligroso— Dijo Ceres.
—Es verdad ¿De verdad es buena idea que estemos aquí?— Pregunto Dafne.
—Yo creo que incluso si no son guerreras, deben estar listas para cualquier cosa, los monstruos son… Irrisibles— Dijo Egan haciendo una mueca de desagrado y comenzó a caminar a su zona— Terminen de vestirse y vámonos.
Las chicas se colocaron las defensas en las rodillas, en los codos y las hombreras sobre sus hombros aunque Ceres parecía un poco incomoda por estos últimos, por lo que prefirió solo colocarse una con un poco de mi ayuda.
Las tres fueron hasta el chico tras terminar.
—Como saben, no pelearan pero necesitare que me cubran de ser necesario— Dijo el chico mirándonos con atención.
—No somos buenas pelando— Señalo Artemisa.
—Ustedes no pero…— Miro a Ceres con interés— Una chica capaz de usar el arma mágica desde antes de entrenar en la escuela y que pudo derrotar al príncipe quien ha sido entrado desde muy joven, si, parece que tu si peleas.
—Fue una coincidencia.
Nadie se tragaría eso, dije negando con la cabeza.
Entonces lo sentí— Ceres…
—Algo viene— Ceres reacciono rápido, alertando a todos.
Egan se sorprendió al mirarme, entonces se giró hacia la espesura del bosque y cuando estiro su mano, su ser mágico se volvió una jabalina con una punta larga y filosa— Manténgase atrás, chicas. Me hubiese gustado entender sus habilidades antes de pelear pero actuaremos bajo presión.
El fuerte sonido de un cacareo los sorprendió y por poco son afectados por el ataque que vino desde enfrente de no ser por Dafne y Nicola Tesla quienes nos transportaron lo suficientemente lejos.
—Es un basilisco— Dijo Dafne mirando al ser que estaba a su lado, irguiéndose entre los árboles.