De nuevo, estábamos mirando la práctica de magia con cierta despreocupación pues Ceres ya conocía todas esas bases. Mi instrucción fue tan increíble que hasta le di fundamentos teóricos que podrían competir con un erudito, la cosa es ¿Se los aprendió? La verdad es que 50/50.
—Verte aquí, sin hacer nada solo me enferma— Cícero se acercó a Ceres con una mueca en el rostro— Incluso si ya conoces todo esto, deberías practicarlo y no hacerte la increíble.
—Mi… pienso que lo que se aprende bien no necesita practicarse— Dijo Ceres con la confianza con la que yo se lo dije.
— ¿Ah sí?— El hombre parecía listo para pelear.
Ceres se dio cuenta por lo que irguió en su lugar.
—Si es así ¿Entonces no te molestará tener un combate de practica?— Dijo Egan pasando de largo a lado del profesor y girando alrededor de Ceres como un perro, guiñándole un ojo fuera de la vista del profesor— ¿Qué le parece si me enfrento a ella?
— ¿Señor Dimou? ¿Qué hace aquí?— Preguntó Cícero mirándolo con atención, bajando sus manos.
—Ah, me tomo un descanso merecido— El chico se encogió de hombros— Tengo tres días haciendo vigilancia y apenas ayer esta señorita y yo, además de los otros dos miembros de primero del salón de héroes nos enfrentamos a un basilisco ¿Sabia?
— ¡Imposible! ¿Un basilisco?
Todos los presentes se mostraron curiosos o incluso sorprendidos. No recordaba que tan raro era encontrarte con un basilisco en el juego pero debía ser baja. Quizá era un jefe secreto.
—No es imposible, de verdad, incluso olvide entregarles esto— El chico extendió sus manos para mostrar tres colmillos de color blanco brillantes— Cuando se derrota a un monstruo, normalmente este te da materiales incluso cuando se deshace, y nos dio cuatro colmillos, justo uno para cada uno.
— ¿Planeas regalarles algo tan valioso solo así?— Cícero parecía dispuesto a quitárselos.
— ¿De verdad cree que yo lo haría? Ellas se lo ganaron totalmente— Le dijo Egan parándose frente al hombre quien le contemplo con aquellos fríos ojos de anciano decrepito.
—Le creeré, señor Dimou pero descubro fraudulencia en la acción y no dudaré en darle una notificación no solo a la escuela, si no a su familia— Dijo el hombre, frunciendo los labios con desapareció antes de volver la vista a la práctica de los demás— ¡Sigan en los suyo, señores!
Pinche viejo.
Ceres soltó un largo suspiro aliviado— Gracias…
—No hay de que, ahora Artemisa y Dafne, tomen su colmillo— Dijo el chico llamando a ambas chicas pero Cleo también termino acercándose.
—Increíble, los basiliscos son monstruos escasos, a diferencia de los duendes o de los espíritus elementales, los más grandes raramente se forman— Dijo Celo mirando el colmillo en la mano de Ceres.
— ¿Y qué se supone que hagamos con eso?— Preguntó Ceres, sosteniéndolo con una mueca visible de confusión.
—Las tiendas de mis padres se especializan en convertir estos objetos mágicos en armas, artefactos o pócimas— Dijo Dafne mirando el colmillo con cierto anhelo— Quizá podemos ir a una el próximo fin de semana.
—Cierto, una vez vi al padre de Dafne hacer un ritual con su ser mágico, fue increíble— Recordó Cleo y entonces se giró a mirar a Dafne. Ambas compartieron una mirada incomoda— Solo es algo que recuerdo, no significa nada.
Dafne bajo la vista, apretando sus labios.
—Bueno, entonces supongo que podemos ir todos— Dijo Egan tratando de aligerar el ambiente.
—C-claro— Dafne asintió con una sonrisa quebrada.
Ceres hizo girar el colmillo en su mano pero Egan evito que usara la punta como soporte— Ten cuidado, el veneno de basilisco es muy raro y por eso el antídoto también lo es.
—Pero ¿Aun tiene veneno?— Ceres contemplo el diente con atención.
—Ese tipo de trofeos guardan propiedades de sus dueños, al fin y al cabo son seres mágicos también, aunque muy diferentes a nuestros compañeros Le dijo Egan asintiendo— Bueno, eso es todo, regresen a su clase.
—Gracias— Ceres le agradeció con una sonrisa.
—Claro— Egan le regalo una sonrisa sobre su hombro.
Entonces note que alguien nos observaba, más bien, alguien nos había tomado una foto.
— ¡Una gran actuación! ¡Egan me conto todo! ¡No esperaba menos de los miembros con más potencial del salón de los héroes!— Ajax se mostró muy contento cuando vio a las chicas llegar al salón de los héroes— Muchos de los miembros del salón de héroes estaban deseosos de conocerlas ¿Cierto?
Aparte del hermano de Dafne, había un par de chicos más.
— ¡Un gusto conocerlas finalmente!— Dijeron ambos chicos uno inclinándose hacia la derecha y otro hacia la izquierda, como si hubiesen ensayado ese saludo desde antes. Medio raro, la verdad pero no me parecía imposible en ese mundo— ¡Somos los hermanos De Luca!
No los conocía del juego, así que debían ser… Pues nada, si no salen en una visual novel, no son relevantes de ninguna forma.
La chica era una mujer de cabellos cortos castaños con una flor amarilla en la cabeza, de ojos verdes, labios delgados, nariz respingada y pecas sobre la nariz. Era delgada pero bastante alta y bueno, plana, al menos del frente. Sus lentes eran de pasta roja.