Los secretos de Fos

Hades XLII

Una de las cabezas de la serpiente se giró hacia la otra Ceres con enojo, sin entender lo que estaba pasando, aun así, el ver a dos Ceres no le hizo gracia por lo que ambos cuellos se irguieron amenazantes.

Cada cabeza miraba a una Ceres con atención, listas para en cualquier momento matarla.

Entonces la Ceres original comenzó a moverse de un lado a otro mientras el clon se quedaba quieta, sin perder de vista a la otra cabeza pero como su cuerpo se estaba estirando para alcanzarnos, la realidad es que no se estaba moviendo, solo la observaba amenazante.

Eso la mantendría en un lugar y podríamos atacar o eso pensamos pues la serpiente se arrojó hacia nosotros sin pensarlo mucho, ignorando al clon.

Ceres tuvo que retroceder muy rápido antes de que la cabeza la tragara, entonces la segunda por poco le muerde, de no ser porque yo logré moverla en el último momento, acto seguido lanzo su bidente hacia el monstruito, justo en el ojo y pese al movimiento violento de la serpiente tratando de retirarse el vidente, nos mantuvimos atados al arma, por lo que también comenzamos a ser zarandeados.

La otra cabeza trato de alcanzarnos pero giro el rostro para alcanzar el tridente y quitárselo.

Ceres regreso al suelo y con un rápido movimiento el bidente regreso a su mano— ¡Qué asco! ¡Huele horrible!

— ¡Serpiente estúpida!— Volvió a gritar el clon quien había comenzado a moverse corriendo lejos aunque no tan rápido como nosotros.

La serpiente entonces la persiguió a gran velocidad para tratar de tragársela, cosa que Ceres aprovecho avanzando a gran velocidad para atrapar una de las cabezas desde atrás, cortándola como si nada pero cuando trato de alcanzar la otra, el cuello cortado lo evito, regresándola al suelo con un gran impacto.

—Parece que de verdad hay que matarla a la vez— Ceres hizo una mueca, tumbada en el suelo.

La cabeza cortada creció de nuevo.

—Al menos no es una hidra— Dije positivo.

—No pues gracias— Ceres hizo una mueca, haciendo girar el bidente en su mano— Tendremos que usar nuestra magia.

—No, piensa un poco más, no necesitamos hacerlo si podemos ocupar el plan de antes pero necesitamos otro clon— Dije con seriedad— Nuestro poder no puede salir a la luz aun, no contra un monstruo estúpido.

—¡Me haces pensar, mierda!— Maldijo la chica pero se movió a tiempo pues una de las cabezas por poco se la traga, y pese a que trato de herirla en los ojos como antes, no la alcanzo.

—Espera ¿Otro clon? Claro— Ceres miro hacia donde estaba Cleo— ¡Necesito dos, por favor!

No pude ver la expresión de Cleo pero seguro sería de cansancio pues su límite eran dos y a veces los clones salían mal la segunda vez. Es como ver a un zombie levantarse de la muerte.

—Muy bien, serpiente tonta— Ceres se motivó por alguna razón y se abalanzo contra su enemigo, lanzando cortes en su cuerpo y tratando de alcanzar su cabeza pero era complicado si quiera acercarse con cuatro ojos sobre ella.

Aunque nosotros también éramos cuatro ojos.

De todas formas en ese momento pude de verdad vislumbrar su avance, pues incluso con el basilisco aun me parecía que se apoyaba mucho en mi pero ahora, verla esquivando y moviéndose con tal soltura entre el cuerpo de su enemigo que se retorcía y trataba de atraparla.

Soy un maestro increíble.

Y bueno, ella fue una estudiante regular.

— ¡Serpiente estúpida!— Gritaron las dos Ceres artificiales. Note que a una le faltaba un brazo.

Las dos cabezas fueron hacia los clones y trataron de atrapar a una pero esta comenzó a correr en dirección contraria de la otra y pese a que no se movían como la original, lograron evitar que se la tragaran aunque en el proceso la que estaba completa perdió uno de sus brazos. Ahora ambos clones estaban mancos.

La serpiente pareció escupir la pintura pero no dejo de avanzar hacia ambas chicas para matarlas.

Ceres, mi Ceres corrió por la pared a gran velocidad y entonces giro en el aire con el bidente había abajo mientras ambos clones terminaban de frente, deshaciéndose en charcos de pintura pero logrando que ambas cabezas estuvieran cerca.

Una cabeza se quedó quieta, aun escupiendo la pintura mientras que la otra reparo en nosotros, lista para huir pero no la dejamos, pues usamos aquel estado que no habíamos usado en mucho tiempo.

Note un brillo extraño a mi lado.

La serpiente se congelo en donde estaba, con los ojos abiertos y entonces desactivamos aquel estado. El estado del miedo.

Ambos caíamos a gran velocidad, aplastando una cabeza con los zapatos y la otra atravesándola con fuerza con el bidente y haciendo que ambas terminaran reventadas contra el suelo.

Ceres miro ambas cabezas pero ya no se movían pese a que el resto de su cuerpo se retorcía de forma brusca, o al menos así fue hasta que dejaron de hacerlo, pues ya estaba muerta.

Recogimos el trofeo, que no era más que un diente doble, o sea un diente pegado en la base de otro diente formando un cuchillo extraño, quizá.

— ¡¿Están bien?¡— Ceres se acercó a Feme y a Cleo, además de a Artemisa y a Dafne quienes aún venían hacia donde estaba la serpiente, con la boca abierta. No podía culparlas. Soy increíble, eh, bueno, somos.



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En el texto hay: seresmagicos, isekai, recuentosdevida

Editado: 12.10.2024

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