Los secretos de Fos

Ceres XLVIII

—Que su veneno no los toque— Dijo Egan, quien mantenía a la serpiente alejada de nosotras mientras esta siseaba con furia. Su expresión era terriblemente maliciosa, algo que hizo estremecer pero sin pensarlo mucho hice que Hades se convirtiera en mi bidente.

Dafne me apretaba la ropa desde atrás.

La serpiente siseo de nuevo y se abalanzo contra Egan quien lanzo un corte que la hirió un poco de la nariz pero acto seguido su cuerpo se enrollo y se estiro hacia él por lo que yo reaccione y la desvié, aunque debido a eso por poco me cae veneno en el brazo.

De no haber sido por mi poder, me habría quemado.

La serpiente siseo y volvió a envolverse para tratar de hacer lo mismo pero Egan aprovecho para saltar sobre esta y lanzar un corte tan potente que dividió a la serpiente por la mitad. Al menos su cara.

Claro, no debía ser tan dura como con el basilisco.

Egan escupió sangre y fue cuando note que el sí termino con algunas salpicaduras de veneno.

Me centre demasiado en proteger a Dafne que lo olvide a él.

Corrimos hacia él para limpiar el veneno con nuestras mangas pero estas terminaban quemándose por lo que me quite el saco y lo use para secarlo aunque se arruinara. Tenía un par guardados y yo no recibiría daño.

Dafne saco una barra de chocolate. Un aditamento de curación.

Egan lo mordisqueo y se pudo ver más relajado tras un rato.

—Parece que el vapor si afectaba— Dijo Egan esbozando una sonrisa tranquilizadora. Esa debió ser la razón por la que escupió sangre. Ese vapor era terrible— Gracias, chicas, hay que avanzar con cuidado y ¡¿Dónde está Lubu?! ¡Lubu!

Sus ojos se desenfocaron y hasta nos apartó con un empujón, mirando a todos lados.

—Calma, chico, estoy bien— Dijo Lubu dándole un golpe en la cabeza— Ten cuidado con las chicas.

—Ah— Sus hombros se relajaron y asintió, bajando la vista— Disculpen, solo…

—No tienes que temer, yo soy muy fuerte— Dijo Lubu mostrando su musculo de caballo, supongo. Se veía adorable.

— ¿Seguro que estas bien?— Pregunte.

—Sí, tranquilas— Dijo el chico logrando sentarse para acto seguido levantarse como si nada, sacudiendo su ropa y luego mirándonos— Ah, por cierto, creo que te debo un saco, no te preocupes, lo pagare.

—No te preocupes por eso, pero lo aceptaré con gusto— Me levante junto con Dafne.

Era mejor así, el saco era caliente y estar moviéndome me hacía sudar, así que prefería estar más fresca. La camisa era gruesa también pero al menos al ser blanca y no de color, no me calentaba tanto.

— ¿Seguro que estas bien?— Insistió Dafne a mi lado.

—Sí, tranquila y gracias— Le dijo Egan avanzando por delante— Rodearemos esta zona por el veneno, de todas formas tengan los ojos abiertos, es verde así que podría perderse entre el pasto.

Avanzamos más por el bosque.

— ¿Cómo sabes que vamos al centro?— Pregunté después de un rato.

—Como parte de la guardia, nos hemos internado en el bosque varias veces y aunque yo mismo nunca me metí tanto, los miembros anteriores y los guardias tienen un mapa completo que nosotros debemos memorizar— Explico Egan.

—Sorprendente, yo a veces no puedo ni recordar lo que comí ayer— Dije abriendo mis ojos.

—No es para tanto— Me dijo sonriendo un poco.

Seguimos caminando un rato más.

—No debiste venir— Le dije a Dafne quien no me había soltado pero tenía una expresión de preocupación en la cara. También se movía bruscamente de vez en cuando lo que me ponía un poco de los nervios— O sea, no pareces del tipo que va por ahí salvando gente.

¿Si era la mejor forma de decirlo?

—Yo pensaba lo mismo de ti— Dijo Dafne.

—Ya veo…

—Si es mi culpa, quiero salvar a mis amigas, a ambas— Dafne apretó con más fuerza mi manga— Artemisa me ha salvado un par de veces durante los enfrentamientos con monstruos, se lo debo.

Eso podía entenderlo.

—Aceleremos el paso, pues podría anochecer— Dijo Egan mirando el cielo.

—Tal vez debimos avisarle a alguien que estamos aquí, por si nos matan— Dije haciendo una mueca, reconociendo que no era un pensamiento positivo, y menos viniendo de mí.

—Le avise a Eneas y a Ajax— Me tranquilizo Egan mientras saltábamos un tronco derribado. Yo ayude a Dafne a subirlo y a bajarlo— Aunque aquí no creo recibir respuesta, no hay recepción para mandar nada.

Me di cuenta de que tomamos la decisión de forma precipitada pero no teníamos más opción que continuar ahora ¿No? Ya era tarde para salir corriendo o para regresar. Yo seguía pensando que no quería morir.



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En el texto hay: seresmagicos, isekai, recuentosdevida

Editado: 12.10.2024

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