Ahora entendía del porqué del color de Egan. Son tan escasos este tipo de casos que en realidad es el primero que veía en mi larga vida como ser mágico y aunque el tema me interesaba, no teníamos el tiempo para profundizar.
Además el que supiera quienes éramos solo significaba que de verdad éramos su objetivo desde el principio, lo que me llenaba de preguntas pero sospechaba que no importaba cuando presionará, nunca los recibiría.
Por otro lado, a este monstruo la había visto antes pero ¿Dónde?
Además era el primer monstruo que hablaba, lo que significaba que llevaba existiendo mucho tiempo. No debíamos subestimarlo.
—Ceres, esta es diferente, no podemos confiarnos— Dije directo en su cabeza— Además, no podemos contar con Egan y tampoco con Dafne. No es peleadora y los saltos podrían entorpecernos.
Egan estaba a nuestro lado pero su cuerpo temblaba, pese a que sostenía arriba su arma.
— ¿Podemos solos?— Preguntó Ceres.
—Claro que sí, incluso si no es fácil, la mataremos— Le dije con confianza, esbozando una gran sonrisa ¿Acaso olvidaba que soy el ser mágico más fuerte? Según yo pero confiaba en mi título autoimpuesto.
—Bien— Ceres dio un paso adelante.
— ¡Ceres!— Egan reacciono al verla frente a él.
—Protege a Dafne y de ser necesario, cúbreme, yo terminare con ella…
— ¿Qué diablos estas diciendo? Ese monstruo no es normal— Dijo Egan reaccionado y caminando a un lado de Ceres— Hagámoslo juntos.
—Déjalo ayudar— Le dije en su cabeza— Pero la mayor carga será nuestra.
— ¿Seguro?
—Si estorba, lo haremos retroceder— Aseguré
Ceres asintió y se puso en posición de ataque.
—“Esa no será una batalla justa”— Dijo la mujer serpiente, y cada vez se me hacía más conocida. Creo que la vi en un video de internet— “Ya se ¿Por qué no juegas con mi hijo?”
De entre la maleza apareció un león dorado que rugió rumbo a Egan.
— ¿Un león?— Egan parecía tan confundido como yo ¿Un león en lugar de una serpiente? No podía juzgar, al final, todos los bebes son horribles pero nadie lo dirá en voz alta ¿No?
—Te ayudaré a…— Comenzó Ceres pero tuvimos que cubrirnos antes de que la mujer serpiente nos pegara con su látigo, lo que nos lanzó increíblemente lejos, confirmándome su gran poder.
Qué bueno que había activado Perséfone antes.
—“No, no, deja que los niños se conozcan, las mujeres debemos hablar”— La mujer serpiente esbozo una horrible sonrisa mientras todos los ojos de las serpientes nos miraban— Además…
La mujer mostro a Artemisa y a Cleo atrapadas en las faldas del monstruo.
— ¡Destructor del cielo!— Grito Egan a lo lejos lo que de alguna forma no me alivio. Su poder era fuerte pero reconocí al león y ahora, también a esta mujer viperina lo que me hizo admitir que los monstruos eran creativos al tomar formas.
La mujer genero un cracking tremendo.
—“Cuando veo a seres mágicos y niños con potencial como tú, casi me siento triste de comérmelos”— Dijo la mujer moviendo muy rápido su látigo hacia nosotros pero logramos evitarlo por poco, entonces un segundo golpe nos dio directamente.
Ceres se levantó y que bueno que teníamos lista nuestra defensa, si no, eso pudo habernos matado.
Tuvimos que evitar otro golpe del látigo y esta vez, enredamos el bidente en el para tratar de impedir su movimiento pero la mujer era tan fuerte que nos levantó y nos estrelló contra la tierra.
Nos levantó muy rápido, tratando de volvernos a impactar pero esta vez lo usamos de soporte para caer desde arriba, lanzando un corte directo a su cabeza pero la misma lo noto, cubriéndose con sus manos escamosas y logrando evitar su muerte pero ganándose una herida profunda que no parecía muy molesta para ella, en realidad.
La mujer observo su herida con atención y se regenero muy rápido— “Eso fue increíble. De verdad vales el esfuerzo”
Ceres se levantó sacudiendo su ropa y miro a la mujer que se abalanzo contra nosotros con su látigo, por lo que tuvimos que esquivar rápidamente. Ceres logro hacer algunos movimientos pero la mayoría lo hacía yo.
Tener activo el bidente nos permitía controlar de mejor manera los gravitones para crear un campo de detección pero claro que era complicado. Esa mujer era increíble con el látigo e incluso las ondas que generaba, podían generar daño si nos distraíamos.
—Tenemos que atraparla desprevenida— Dijo Ceres— Pero ¿Cómo? Pensé que Egan vendría en nuestra ayuda ahora que termino con el León.
—Sospecho que no será tan fácil— Le dije y negué con la cabeza— Podemos derrotarla pero esta vez no podremos ir con el Bidente ¿Lo entiendes? No nos hará daño, claro pero tú misma notaste que aun así nos mueve… Necesitamos afianzarnos.
— ¿Verdadera Perséfone?
—Tú lo has dicho.