Ya habíamos fallado dos veces, necesitábamos llegar pronto para advertirles de lo que sucedía en su refugio, el problema es que ya nos habíamos tomado mucho tiempo, por suerte antes de que Arthur se fuera de las islas me dio un poco más de información, como por ejemplo que el proveedor de esa isla se llamaba Igor’ Smirnov, es amigo de Arthur, aunque a pesar de eso me dijo que entre los proveedores tienen un pacto donde prometen no interferir con las islas o refugios de los otros, a excepción que este pida ayuda, este no era el caso.
Al irse Arthur comenzamos a pensar en alguna forma de llegar hasta las islas Ratas, el viaje es largo y para nuestra mala suerte no tenemos mucho tiempo, entre más días y semanas pasen es peor para esa gente seguir conviviendo con esa persona. Nos fuimos en el barco que había traído suministros a Chile, al llegar al país le pedimos ayuda a Valentina por si nos podía dar algún transporte rápido para acostar tiempos, por suerte ella debía hacer un viaje, aunque no a Estados Unidos, pero podía hacer una leve parada para dejarnos lo más cercano a nuestro destino.
Gracias a eso no tardamos tanto como las otras veces, está vez íbamos Catherine, Vice, Zigor y yo a la misión; con la excusa de que deseaba recorrer la ciudad antes de ir a la junta que la esperaba en Europa, Valentina logro que el avión bajara por unos minutos para dejarnos y nosotros seguir por nuestra cuenta, íbamos a pedir un bote que nos llevara lo más cerca de las islas ratas, pero Vice por su parte logro descubrir que un barco bastante grande iba directo a las islas y por conclusión supimos que era el barco que lleva los suministros, nos acercamos tratando de no vernos sospechosos, logramos entrar para luego escondernos.
Aquí no podíamos estar a simple vista como en el barco de suministros que iba a nuestra isla, aquí no nos conocían y podíamos parecer peligroso para quienes estuvieran a bordo, incluso siendo kinesis éramos unos desconocidos para estás personas, debíamos ir con cautela por el barco para que no pensaran que veníamos hacerles daño. El problema es que estaríamos en un lugar cerrado por un par de días y con riesgo a que nos pillaran, montamos guardias en especial de noche o más bien cuando nuestros cuerpos nos pedían descansar, también de vez en cuando alguno le tocaba ir hacer sus necesidades, lo cual era un poco arriesgado pero necesario.
Así pasamos los siguientes 6 días de viaje hasta llegar a la isla, al sentir y ver que todo el mundo se movía para descargar el barco nosotros aprovechamos la distracción de todos para salir sin que nadie nos detectara; comenzamos a caminar alejándonos de todo, en su inicio nos llamó la atención que no se veía la cabaña que daba al refugio, tampoco se veía la entrada del ascensor para los conteiner, solo los dejaban ahí, eso me causo mucha curiosidad, esperamos por varias horas hasta que se fueron sin más, Catherine comenzó a rastrear la señal de los container para lograr encontrar la entrada.
Todos en el camino íbamos atentos a cualquier movimiento que no fuera de nosotros, habíamos descubierto que el líder de las islas Ratas no solo estaba involucrado con un etherquinesis, sino más bien con los siete, incluida Shaiel, no sabemos muy bien a que tipo de información tienen acceso por lo que vamos preparado para lo que sea, por ahora todo estaba tranquilo sin movimientos más que el de nosotros, de hecho, nos asustamos por el rastreador que tenía Catherine cuando comenzó a sonar indicando que ya habíamos llegado, lo extraño, seguíamos sin ver la cabaña ni tampoco había indicios de la entrada adonde se guardan los container.
–¿Cómo lograron llegar hasta aquí? – dijo una voz femenina detrás de nosotros, estábamos tan desconcertados al no ver nada que nos encontró desprevenidos, me giré y vi a una mujer latina lo que salía de lo común era que en la puntas de su corte melena eran de color verde lo que, hacia contraste con su pelo castaño oscuro, además de eso vi que llevaba el traje de los Cytoquinesis – ¿No me lo dirán? – pude notar un leve acento, era mexicana.
–Estamos buscando a los kinesis de esta isla – dije intentando sonar segura y firme.
–Eso ya lo intuía, pero nadie había llegado tan cerca de la entrada ¿Por qué ustedes sí? – preguntó, podía darme cuenta por su posición que estaba atenta a todo los movimientos que hacíamos.
–Seguimos la señal del conteiner – Catherine estaba tratando de evitar decir mucho, además podía notar que estaba igual de tensa que la mujer frente a nosotros.
–¿Qué quieres? – pregunto mientras llevaba una mano a su espalda, a sus armas, mire a Zigor y Vice, ellos estaban iguales, listos para atacar.
–Deseamos hablar con el líder de su isla – dije tranquila, necesitaba que el ambiente se calmara, todos estábamos muy tensos y en estado de alerta.
–Mientes – dijo molesta sacando dos katanas, nos había leído la mente, en estos casos la telepatía era más una molestia que solución, todos, incluida yo, sacamos nuestras armas al igual que ella – ¿Qué es lo que quieren? – a pesar de que la superamos en número ella se veía segura.
–Ya te le dije, debo hablar con el líder de su isla – estaba nerviosa, en este momento lo que menos quiero es un enfrentamiento entre nosotros – y también con el resto de su grupo – agregué.
–Si quieren hablar con él ¿Por qué vienen como maleantes? – la verdad es que en ese punto tenía razón.
–Nuestras islas no son hermanas – dije recordando las conversaciones con Arthur – nuestros proveedores son diferentes por lo cual se nos limita mucho el tránsito entre nuestro refugio y el suyo, pero necesitábamos venir por temas urgentes.
Editado: 14.03.2022