Los Ultimos De Silori

Capitulo 1 Del Camino Al Fuego

 Hace muchos años hubo reinos que actualmente son cenizas, recuerdos del pasado, hace muchos años existían ejércitos de valientes guerreros que no le temían a nada y luchaban por sus ciudadanos, ahora esos mismos son seres trastornados y los que ocupan de su lugar son seres sin corazón. Cuando inicio la guerra de la Segunda Conquista Real -conflicto entre los reinos más grandes de Terra-Pabe- los elfos avanzaron desde el Bosque Copiador hacia los terrenos de Silori. Comenzó todo con un ataque en pequeña escala contra el templo del Gran Grifo que termino tras una ofensiva por parte de la Carga Satira y la Guardia Alada. 

 De eso pasaron unos pocos meses, los prinreg -gobernantes de los territorios del norte, sur, este y oeste de Silori- se reunirán en la fortaleza de las Raíces Sagradas para decidir que harán al respecto de esta nueva guerra. Del territorio este fue mandado el general minotauro Notanre para que escoltara al prinreg del oeste Framor, el cual curiosamente, era su hermano. Notan -apodo que le dieron por su no tan buena paciencia-  era un minotauro de pelaje blanco y lamentablemente para él, su cuerno derecho fue roto hace ya varios años, como arma portaba un hacha de dos manos forjada por su padre. Notan estaba acompañado además, de los Protectores Del Ultimo Árbol --guarda real de Raíces Sagradas- y del capitán sátiro Hasos, eran amigos desde hace ya muchos años, era alguien cómico en general y también algo imprudente a la hora de las batallas, su arma era una lanza con una punta de acero.

 Al llegar al pueblo donde se encuentra Framor fueron vistos con miradas de orgullo y admiración, era normal en aquel tiempo, ahora son miradas de odio y desaprobación, pero no estamos aquí para decir que el pasado era mejor, estamos para saber del pasado. Fuera de la fortaleza en el final de la ciudad estaba esperando Framor junto a algunos de sus mejores hombres.

-¿Ellos te escoltaran? –Fueron las primeras palabras de Notan al encontrarse con su hermano, refiriéndose claro, a sus soldados.

-Solo si tu paciencia se acaba a medio viaje –respondió Framor de forma un tanto seria pero al pasar unos segundos una sonrisa se formaría en su rostro-. Maldito impaciente dame un abrazo –exclamo mientras lo abrazaba entre risas.

-Cuanto tiempo, te ves más viejo que nuestro padre –menciono el después del abrazo y mirarlo un poco-. Me parece raro que no tengas ya bisnietos –dijo en forma de broma tomándolo de los hombros.

-Oye, apenas tengo ciento cuarenta y dos años –expreso entre risas que no pudo contener.

 Aunque a Hasos le pareció un interesante reencuentro normal para los minotauros tuvo que interrumpir pues tenían que llegar a Raíces Sagradas antes de que ocurra algo mayor de lo que ya ha estado pasando, ambos estuvieron de acuerdo así que se pusieron en marcha.

 Durante gran parte del trayecto Notanre y Framor estuvieron hablando de sus vidas, Notan hablo un poco de alguna de las locuras que realizaba su buen amigo, el cual estuvo algo avergonzado al principio pero admitió que era chistoso, los Protectores eran demasiado serios a la par de los soldados que acompañaban a Framor. En el camino se pararon a descansar por unos minutos y a comer algo. Uno de los soldados de Framor menciono que hace poco un viajero dijo que los elfos habían contratado bandidos para que quemen los cultivos, asesinar a los granjeros y a los mercaderes, para mala suerte uno de los Protectores conto como habían evitado que unos bandidos quemasen un cultivo en las cercanías de Raíces Sagradas y que uno de ellos explico que los elfos les habían pagado a cambio de quemar cultivos. Notanre se puso de pie después de oír estas cosas.

-Vamos, tenemos que ir, si queremos que esto se detenga hay que actuar –incito a sus compañeros para continuar el viaje. 

 Y eso pasó, se pusieron de pie, tomaron sus armas y continuaron su camino. El resto del camino continúo igual, algo más silencioso pero de vez en cuando hablaban de algo ocurrente que Notanre y Framor realizaban en su infancia. Ya casi se habían olvidado de todo el asunto, al menos hasta que un caballo paso velozmente a su lado, al ver al frente lograron observar lo que parecía ser fuego, y si, en el cielo se esparcía el humo y se dispersaba en el mismo. A toda velocidad corrieron y no, no había nadie, solamente se encontraba una carreta en el suelo y rodeada por flamas, al otro lado del camino de tierra el cuerpo del mercader cubierto de flechas. Framur miro triste la escena, se acercó al cadáver y saco una por una cada flecha del cuerpo del hombre, morir acribillado es una de las formas más tristes de terminar tu tiempo en vida, pero no había nada que hacer. 

 En la noche se detuvieron en una pequeña aldea donde descansarían hasta el día siguiente. A Hasos le pareció conveniente ir a beber un poco para calmar los males, a todos opinaron que era buena idea excepto a los Protectores, ellos darían una vuelta por el bosque para relajarse, les pareció bien, se reunirían al amanecer para continuar su camino. Framor se notaba algo desanimado durante toda la noche, apenas y había tocado su garra de cerveza, Notan se acercó a este con la intención de animarlo.

-Oye hermano ¿Estas bien? –pregunto sentándose a su lado.

-Sí, lo estoy –respondió con aflicción y con la mirada baja.

-¿Es por lo del mercader? –pregunto preocupado-. Sé que te recuerda a muchas cosas y que consideras que todo lo que sucede es culpa tuya –explico desde su punto de vista-. Pero no puedes cargar el mundo en tus hombros, siempre lo hiciste así, no deberías hacerlo en estos momentos –aconsejo a su hermano.

-Tal vez –dijo con cierta vergüenza-. Tal vez tengas razón –Levanto su garra-. Por los que ya no están y por los que aún están, salud –Comenzó a beber su garra.

-Salud –Bebió acompañando a su hermano.

  Ya faltaban pocas horas para el amanecer cuando un suceso que hizo estremecer a todos los aldeanos y a los viajeros presentes. Desde el bosque se aproximaban algunos de los Protectores a toda velocidad y a sus espaldas se alcanzaban a ver un gran fuego que salía del bosque mostrando por breves momentos a personas encapuchadas y armadas, ese fuego era un protector que en poco tiempo caería al suelo tras salir del bosque



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En el texto hay: fantasia, accion, aventura

Editado: 04.04.2020

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