Los últimos defensores de Avangard

Las islas flotantes de Vardifalia

Cerca de las olas de los pantanos del sur, cubiertos por vegetación y pájaros hermosos, les llamaban, los pájaros de la fé, porque se decía que si una persona que hubiese perdido toda esperanza, o las ganas de vivir, o tuviera heridas sumamente profundas, escuchaba el canto de estos hermosos pájaros de colores, y le regresaba inmediatamente la esperanza.

Sobre un enorme lago de aguas color verde cristalino, se levantaban en el aire a unos trescientos codos de altura, unos inmensos bloques de piedra que flotaban en el aire gracias a que hace mil cuatrocientos años, cuando la luna era más grande en el firmamento, existió un sabio mago, que se recluyó a propósito y vivió como un ermitaño el resto de sus días, cuando estaba a punto de morir, se dice que le vino una gran revelación y poder mágicos gracias a que uso su poder reflexivo y aumentó su fuerza mágica después de años de entrenarla, y pudo levantar rocas del sueño, y hacer que flotasen perpetuamente en el aire.

Las rocas eran de dos mil codos de largo y sobre su superficie había árboles gigantes, y un manantial, en este lugar vivían los descendientes del viejo mago fallecido, quienes cuidaban las islas flotantes a perpetuidad, de los extraños y de las sombras, vivían una vida sumamente pacífica, recolectando agua del manantial y recogiendo las bayas de los arbustos, también habían sembrado setas, y tenían un pequeño dragón de agua de mascota llamado Auquilón, que era aproximadamente de un metro y medio de largo y tenía alas de una envergadura de dos metros, podía volar, aunque era aún muy joven, cuidaba la isla de los mensajeros de las sombras entre ellos había sombras que tomando la forma de buitres trataban de entrar a las islas flotantes,, pero eran desintegrados por la llamarada de fuego de Auquilón, más de una ocasión la isla había tratado de ser engullida por las sombras de los aniquiladores infernales, pero el leal dragón siempre había defendido con su llamarada de llamas azules.-

Había también viviendo en las islas flotantes pequeños habitantes diminutos conocidos como Gardenes, pequeños duendes que Vivian en casas construidas con cortezas de árbol y con piedras pequeñas, eran una versión en miniatura de una clásica casa de madera con tejados, eran sumamente amigables con la familia del descendiente del mago, quienes eran cinco, Aelevar, Olia, Vati, incluyendo a su padre Sigfand, y su esposa Brenia. Brenia le solía contar cuentos a sus hijos y juntos cantaban canciones, su padre les enseñaba a como esgrimir correctamente la espada y el hacha, además de hacer pequeños frikr mágicos, y artimañas mágicas de poder caminar sobre las nubes o poder luchar contra un hechicero maligno Solo Sigfand era descendiente directo del viejo sabio mago, había pasado tanto tiempo que no recordaba el verdadero nombre del mago, del que solo escuchó las historias de su padre, y así sucesivamente,

En eso llegó volando un ave fénix, con su plumaje color naranja fuego, entregó un pergamino color ocre a Sigfand, mientras se paraba en el suelo y recibía unas bayas como recompensa.

Era un mensaje de las murallas de Avangard, los defensores habían logrado detener el avance de los aniquiladores, - sonrió por leer una noticia buena- pero al seguir leyendo vió que lamentablemente Emulyan había sido asesinado por uno de estos espectros, su expresión se volvió una expresión de incredulidad.

Emulyan era sin duda uno de los baluartes en la lucha contra los espectros del hades, el había salvado a los habitantes inocentes de las praderas, así como el santuario de Yereki, donde estaban los antiguos druidas mas sabios del reino, y le había salvado la vida a cientos de campesinos, además de animales, también recordó como peleó junto a el hace diez años en la batalla de los bosques de lirios, donde las sombras atacaron sin piedad a las villas de los pescadores asesinado y degollando a inocentes, pero fueron detenidos por los arqueros a caballo de Emyulan.

Sin el, la batalla podía complicarse mas de lo debido, entonces supo que el y su familia podían ser los siguientes, el podría ser el siguiente blanco de ataque, ya que poseía un conocimiento mágico capaz de detener a los espectrales seres infernales, entonces una pizca de duda pasó por su cabeza, y reunió a su familia para poder darles la noticia y prepararlos, les enseñó nuevos farkir mágicos para pelear contra las sombras, y les enseñó como evitar que estas te terminen matando, también no se olvido de entrenar a Auquilón, el pequeño dragón, quien comenzó a volar mas rápido y a zigzaguear, mientras el le daba unas manzanas como recompensa, el pequeño dragón de escamas azules era muy querido por Aelevar, Olia y Bati, los tres pasaban horas jugando con el, ellos decían que era como un gato grande, o como un perro, dócil y se dejaba acariciar como si de una mascota se tratase, pero era un dragón sumamente peligroso para quienes quisieran hacerle daño a la familia, de Sigfand.

Podía llevar sobre sus hombros al mas pequeño de todos, Vati, quien disfrutaba dar paseos mientras el dragón surcaba los cielos, podía ver los arboles como diminutas hormigas, era sin duda la parte que mas disfrutaba de tener un dragon como Auquilón

 



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En el texto hay: magia guerras amistad

Editado: 26.03.2021

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