Cap.   17   “Conociendo a los vengadores.”

(Junio 10, 2013; Nueva York, N.Y.)

(Ahmanet)

Entro en las listas de la INTERPOL para ver si hay algo que me interese y lo encuentro; hay una serie de crímenes violentos, todos se llevan a cabo en parejas casadas, ellas son sodomizadas y ellos, asesinados a golpes; bajo los expedientes y las pocas evidencias que han obtenido, encuentro una serie de videos, todos de vigilancia, veo como son secuestradas las parejas, siempre un vehículo parecido, pero diferente color.  Busque en las redes de cámaras de vigilancia, cámaras de seguridad, de bancos y de tráfico, analizo las imágenes en todos los secuestros solo el tipo de vehículo es el mismo, un monovolumen de color blanco, azul o negro, las matriculas de circulación son diferentes, sé que hay algo pero no lo encuentro, debo prestar más atención. Pero ya  pasan de las siete con treinta y sigo investigando aun debo hacer la maleta, pero eso será fácil. Lo difícil será encontrar algo que ponerme para la fiesta de Steve, sé que será con los vengadores, por lo que debo verme algo mayor.

            Necesito unos minutos, así que voy a mi vestidor a ver que me pondré y a hacer la maleta, aun así sigo pensando en la serie de asesinatos. Termino de hacer la maleta y la cierro, la pongo a un lado de la puerta, voy a mi vestidor y reviso su contenido, ahora sopesando lo que supuestamente soy, hago un análisis.

            Que saben de mí; que soy una analista financiera recién graduada, por lo que mi salario debe ser de rango medio, viví en Alemania, por lo que mi estilo de vestir es algo europeo, es decir atrevido, así que tomo uno de los vestidos ligeros que  tengo pero ahí está, el sari que compre en Egipto, el que llevaba puesto cuando conocí a Mauritzio, lo tomo del vestidor y lo extiendo sobre la cama, busco unos zapatos negros con cristales y un bolso, y mi atuendo está listo, entro al cuarto de baño y preparo la tina, pongo unas gotas de aceite de gardenias y unas gotas de aceite de jazmín, y me meto en el agua, me relajo, lo suficiente como para quedarme dormida.

Y ahí están, otra vez tengo estas extrañas  visiones, es como si saliera de mi cuerpo físico y viajara en el espacio y el tiempo, y lo veo claramente, una calcomanía o sello en el parabrisas, los veo secuestrar a otra pareja, llevan mascaras pero los veo, y los escucho, hablan de una bodega, los sigo mientras estoy en este viaje espectral y descubro a donde los han llevado, es una vieja bodega, con el mismo logotipo de la calcomanía de la camioneta, los veo llegar y veo la bodega completa, hay tres vehículos, han secuestrado en simultaneo a tres parejas, veo como las encierran en jaulas a los hombres y a las mujeres se las llevan a otra parte de la bodega, las sigo y veo equipos de filmación, aparatos de tortura, fustas látigos, navajas y dagas, hay bozales y otros instrumentos para causar dolor. Veo a los hombres encerrarlas en jaulas ahí, no sin antes de ponerles bozales a las tres mujeres. Ellos se ríen y comienzan a drogarse y a beber, mientras ven en una pantalla una película. Pero no es una película de Hollywood, es una película porno y no solo eso,  es una película de esas sádicas, donde no hay trama solo un objetivo, hacer sufrir a la víctima hasta matarla. Es del tipo que llaman Snuf. Es en ese momento que regreso a mi cuerpo; estoy temblando por lo que vi en la pantalla, en ese lugar. Ahora sé que hay que detenerlos.

            Salgo de la tina, y me visto, termino de arreglarme y de maquillarme, y cuando termino voy a mi computadora, y busco el lugar con un satélite, obtengo fotos precisas del lugar y de los accesos, investigo, en la red oscura sobre el lugar y encuentro lo que necesito, un mensaje que se envía a los socios, un club de apuestas, de peleas callejeras, se movían grandes cantidades de dinero en apuestas.

            Faltan unos minutos para que venga Steve por mí, así que guardo toda la información y la codifico, al terminar apago mi laptop y la guardo en el maletín el cual solo yo puedo abrir, junto con las carpetas que tengo de las empresas que visitare. Pongo el maletín junto a mi maleta cerca de la entrada y me siento en la sala a esperar a Steve.

            Anubis me anuncia que está frente a la puerta, por lo que la abro tan solo un segundo después de que Steve llamara.

-hola, ya estoy lista. –le digo, el me observa curioso

-hola, estas bellísima. – me sonríe

-gracias, pero siento que hay algo más, que pasa?

-qué tipo de vestido es ese, no es algo común en Nueva York.

-Ah, es eso, es que no lo compre aquí, en realidad lo compre hace unos años en Egipto, es un sari, de los que se usan en el desierto.

-has estado en Egipto?

-sí, de paseo, quería ver las pirámides y la esfinge, son impresionantes en verdad, aún me pregunto cómo fue que las construyeron sin las facilidades de la tecnología actual, cada una de las piedras de la base de la gran pirámide pesa toneladas, en verdad los antiguos egipcios eran magníficos constructores, bueno los griegos y los romanos también hicieron estructuras megalíticas, pero no tan grandiosas como los egipcios. – le respondo y él sonríe