Los vigilantes de Marte

Triste pero verdad.

Ya no se escuchaban los pasos de ningun guardia. Mientras venia en direccion a mi celda pude ver que el vigilante que me llevaba a mi detino tenia una especie de placa en el pecho. Tenia pinte de ser el jefe o el general, no se como se llamen en este planeta. 

El pobre niño estaba bastante herido y no paraba de llorar, me acerque a preguntarle si necesitaba ayuda, las heridas que tenia no pintaban bien y sangraban bastante. El niño tenia demasiado miedo y más sabiendo que no soy de su planeta. A duras penas se arrastro hasta su manta y se cubrio todo el maravillado cuerpo. La verdad es que pocas veces siento lástima por los demás, y lo admito eso e suninmediatamente problema, pero esto es distinto. Este niño en verdad me recuerda a mi yo joven. El mundo me aterrorizaba y siempre buscaba cosas en ella más aya con tal de salir de lo común. En este caso el niño estaba herido y se escondía de todo lo que lo pudiera lastimar y a mi me dabaha pena, así que dispuesto a ayudarle me puse a palpar las paredes en busca de algún ladrillo suelo o para poder pasar al otro lado. Nada. No hubo suerte. No había manera de pasar al otro lado. El chico levantó la cabeza y me se quedó mirando como intentaba pasar al otro lado. Me vi obligado a explicarle que sólo quería ayudar pero el estaba muerto de miedo. Finalmente pude escarbar en una esquina y acceder a la celda del chavalito. El pobre tenía tanto miedo que decidí cantarle la canción que me cantaba mi madre los días de tormentas enoTimes, cuando yo me escondía bajo la cama por miedo a los rayos.

 

-Brilla pequeño, no debes llorar.

Corazón valiente debes encontrar,

La fuerza de un gigante y la mente de un león,

Sólo piensa el la canción, y asustaras al abuson.

 

Brilla pequeño, sal a jugar.

Sólo dile al miedo vete, y la medalla ganarás.

 

Poco a poco el niño se fue calmando,  

-Sólo quiero ayudarte con esas heridas, si me permites ayudarte, podremos buscar juntos una manera de salir de aquí. 

-¿Podré volver a caza con mamá?

-Si pequeño pero antes hay que escapar. ¿Puedo?

-Si, pero dezpacio que duele.

El chaval me dejo curar las heridas que tenía y poco a poco fue hablando más. Me pregunte la razón por la que me tenían encerrado.

-¿Por que eztaz aquí?, tu no erez malo

-Yo sólo vine a explorar, mi nave está fuera y no está en condiciones de volar otro vez. Yo sólo andaba tranquilo cuando los guardias me cogieron y me metieron aquí. Ahora sirvo al soberano, y le doy entretenimiento. 

-Y ya no podráz volver a tu caza ¿No?

-Eso no lo sé. Cuéntame ¿Qué haces aquí ?

-mi madre le debía dinero al zoberano, pero no lo podía pagar porque mi padre eztaba muy enfermo. Al final murió, y me quedé zólo con mamá. Un día vinieron a llevarze a mi madre y como yo me interpuze en zu camino y encima no tenía nadie con quien quedarme, me trajeron aquí. Azi ze azeguraban que no daba problemaz.

-¿Como te llamas muchacho? Yo soy Luka

-Soy Oriol y...

-shhhhh

Tuve que salir corriendo en dierección a mi celda porque de escuchaban pasos. Tape como pude mi entrada con la manta en la que dormia. La persona que venía era el general. Traía una fruta rara y un vaso de sangría para mi. 

-Tu chiquillo. Jajajaja. Te buzca una zeñora, zera tu mami. Jajaja. Ven a dezpedirte de ella renacuajo te quedarás sólo en ezte mundo. 

La rabia me invadía. Este infeliz trataba a la gente a su antojo. Pero yo no podía hacer nada más que ver como empujaba a Oriol y se lo llevaba a lola parecidas de otro de los días más tristes de su vida. Ya llegaría la venganza.  Ssalvar a este niño de tan malas manos será mi nueva meta, ya que no veo oportunidad de volver.

 

 




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