Los vigilantes de Marte

Hola mamá, Hola papá

Pov Oriol

 

 

Sabía que venían a llevarnos a otro día en el infierno, pero la risa me entraba sólo de recordar las caras y discusiones que tenían los guardias sólo de pensar en que tenían que entrar a vernos en nuestra cobija. Al final sólo se comportaron como idiotas hasta que nos llevaron a la sala para desayunar. Nos dieron un sermón para que no nos olvidaremos que estamos a su merced y nos llevaron frente al general. Este se suponía que tenía unas palabras bastante alentadoras para nuestra jornada laboral. Yo no lo dudaba pero el sueño me vencía. Esto de escuchar sermones inútiles me adormecia. Tanto fue así que hasta que no sentí un latigazo en mi espalda no desperté y volví a poner pies en tierra. 

 

 

-no tuvizte dezcanzo zuficiente que ahora te duermez. No hay rezpeto alguno en ti?? Erez un malcriado.- me reprochaba el guardia gordo mientras me azotaba

-y tu fuiste, eres y serás un completo imbécil que sólo sabe más que desperdiciar a los demas.- no pude controlar mi lengua y ahora estaba pagando las consecuencias.

-te juro que dezpuez de ezta zuplicaraz por perdón. Te arrofillaraz delante de mi y me rogaraz que te perdone.- la rabia me ardía, así que como ya no me podían hacer más solté sin remordimientos

-te puedo asegurar que lo unico que me veras hacer es pegarte-

-y que te lo impide-me dijo con sus aires de superioridad. Juro que no me podía frenar la lengua y cuando menos lo esperaba lo solté.

-pues que la mierda salpica, y no quiero mancharme-sonrío triunfante mientras veo como se le infla de rabia la vena de la frente a este guardia gordo.

 

Inmediatamente me engancho del brazo, y con demasiada fuerza diría yo, y me arrastraba en dirección a la puerta trasera. Los niños se dieron la vuelta y me miraban asustados, yo solo les mire transmitiendo que se quedasen tranquilos que no me iba a pasar nada. O eso esperaba. El gordo abrió la puerta trasera de un tirón y me tiro al otro lado. Luego salió el y cerró de un portazo. De una sola patada me dejó sin aire y fue lo justo para que me atara las manos atrás casi inmovilizandome. Salió otro de los guardias y le dijo que informará al general de que me llevarían a no entendí muy bien donde. Este volvió a irse y el gordo me amordazo la boca.

 

-Azi eztaraz maz guapo. Calladito y controlao ez como te quiero tener. Ahora camina y obedece, zi no quierez que tuz niñitoz zufran.-

 

Ahora me tocaba pagar cara mi estupidez y obedecer a este gordo. Pensé que me llevaba a mi habitación, y por un momento me alivie. El lo notó y se río de mi.

 

-no no no. No relajez mucho que puedo azegurar que hoy moriraz. Iremoz a ver a como te golpean hazta quedar inconziente.- eso volvió a hacer que me tendrás inmediatamente.

 

 

Andamos como unos 10 minutos y llegamos a ese edificio. No se como no pude darme antes cuenta de que estaba ahí. Desde esa posición podíamos ver nuestro edificio. Este era idéntico, abrimos las puertas pero cuando avance un paso para entrar el gordo me dijo que no. Que a mi me tocaba esperar fuera.

 

-tu ahí chaval. Y ni ze te ocurra ir a ningún lado. De lo contrario tu cabeza colgará de la pared de mi zalón.-

-si, lo que tu digas- murmure sin que me oyera.

 

Ya me estaba aburriendo de tanto esperar. Me senté en el suelo y apoye la cabeza en la pared. Me puse a pensar en todo lo que ha pasado en tan poco tiempo. Me preguntaba que estaría haciendo Luka en estos momentos. La última vez que lo vi estábamos cada uno en su celda y contandonos nuestras penas. Ahi fue cuando me llamaron para recibir la noticia de mi madre. Espero que le este llendo mejor que a mi.

 

Una puerta cerrarse fue el sonido que me devolvio a la realidad. Venia el guardia gordo con una fila de adultos que le seguian. Estos estaban un poco descuidados y varios de ellos con golpes serios. Me levante rapidamente y me uni a la fila. Mas bien me quede atras, para poder analizar mejor la situacion. Se me acerco una señora y la verdad es que se me hacia familiar con alguien. No sabia con quien pero aun asi decidi ignorar el hecho. No sabia si podia confiar en ella o no. Nos llevaron andando hasta una cueva que habia hecha en ese espacio desolado. Se oian gritos desde el interior, pero no quise aparentar debilidad y levante la cabeza e infle mi pecho. Al entrar parpadee un poco para adaptarme a la luz y pude observar que estabamos en una especie de rancho para luchar unos con otros. A un lado estaba un señor bastante flaco la verdad para estar en este sitio, pero se veia que era el encargado de llevar a cabo la actividad. El miedo y el ruido llegaba a mi como hondas que me descorcentaban. Me estaban empujando para meterme en una sala y prepararme. Se veia que me iban a poner a luchar y para ver si moria o no. Una especie de entretenimiento para elllos. Aqui se hacia un vaciado y se eliminaba a la gente que no servia.

 

La señora intento acercarse mas de una vez pero yo no se lo permiti, solo queria que llegara mi turno rápido para poder salir vivo de esta y reunirme con mis niños de una vez. En tan poco tiempo y ya les tengo tanto cariño.  Me asome a la puerta y pude ver las primeras jugadas. Habia ciertos adultos que morian desangrados a golpes por el adversario, otros tantos que  simplemente quedaban inconscientes y los que quedaban vivos era porque necesitaban gente para seguir teniendo publico y no quedarse sin gente de un solo golpe. Durante ese rato me quede admirando al adversario y analizando mis posibilidades. El era bastante alto, musculoso a más no poder y muy básico. Era tan básico que con sólo verle ya sabías su siguiente ataque. El problema estaba en los demás. No eran capaces de ver por  culpa de los nervios y la presión de tener tu vida o destino en frente tuya y esperando para ver cómo acaba todo.




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