Capítulo 5: Tormenta.

Narra Alexander Lockward:

-Buenos días.-Saludo a Mikaela al llegar a mi oficina, ella estaba ordenando papeles en su escritorio.

-Buenos días Señor Lockward.-Contesta rígida.

-Señorita Mikaela, bienvenida a nuestro piso, estaré en mi oficina, necesito que encargue un arreglo floral para mi madre y que reorganices mi agenda para la semana que viene estaré fuera de viaje con mi familia y mi primo Sebastián también.

-Perfecto.-Dice mientras toma nota en su agenda.

-También necesito que organices dos despachos más en este piso, dentro de unos días mis hermanos trabajaran en la empresa y por ende también necesitaran de una secretaria, encárgate de ello.

-¿Algo más Señor?- Pregunta Mikaela un poco apresurada.

-Solo eso. Estaré en mi oficina, si me necesitas que sea para algo urgente.-Digo dando por culminada la conversación, suelo ser muy frio con las personas pero la realidad es que de no ser así entonces no estaría donde estoy y mucho menos me respetaran tanto como hasta ahora.

Estoy en mi despacho pensativo, dentro de unos días iré a visitar el campo donde viven mis abuelos, para la dichosa fiesta de beneficencia. Esa misma noche habrá una fiesta como de costumbre y por su puesto una misa de celebración. Algo que me ha dejado muy pensativo luego de la fiesta de mis padres es el hecho de tener una pareja, realmente yo no busco tener ningún tipo de relación amorosa y mucho menos soy tan bueno con las mujeres como todos piensan, pero en fin, para mis negocios es mejor visto un hombre que lleve a su lado a una buena mujer y por tanto dentro de poco tengo que empezar a buscar la próxima víctima, a lo mejor alguien con quien casarme por negocio y mutuo beneficio, claro algo que quedaría entre nosotros y así pues hago feliz a mi madre de ver a sus hijos casados y por otro lado, demuestro más estabilidad a mis socios.

-¿Es enserio Andrew?-Pregunta mi primo un poco irritado y sacándome de mis pensamientos.

- ¿Y ahora qué es lo que te sucede?- Contesto intrigado pero sé por dónde viene la cosa.

-Pues empieza por explicarme el por qué nuestra secretaria es Mikaela.

-Vamos primo, no le veo lo malo, no seas enojón. Además, tenía entendido que estabas muy preocupado por lo que piensa Mika sobre ti  o no es así.-Le cuestiono en tono de broma.

-En primer lugar, ella se llama Mikaela y en segundo lugar la mujer es un callo. Dios que desesperante es. Le pido que me traiga un café y sabes que me respondió.-Grita enojado.

-¿Qué?- Digo curioso.

-Me señalo la estación de la cocina y me dijo que podía ir por mí mismo a buscar mi café.

-Eso te dijo.-Le digo sin poder contener la risa.

-No sé cuál de los dos es más desagradable de verdad.

-Bueno.-Digo ya más serio tratando de controlarme.-Yo no soy desagradable y recuerda que soy tu jefe. Ya en tema de Mikaela, no la he traído por ti, más bien ella es excelente en su trabajo y lleva años trabajando para la empresa, sabes que necesitamos a alguien de entera confianza y quien mejor que ella.

-En eso tienes razón.-Empieza a decir calmado.-Pero…

-Pero nada.-Le interrumpo.-Y a trabajar Sebastián, recuerda que tienes que adelantar trabajar, ya Mikaela se encargara de reorganizar las agendas para el viaje de la próxima semana.

-Claro.-Dice no muy convencido.

-Y otra cosa.-Le digo antes de que salga de mi oficina.- Trata de no hacer ninguna locura, no mientras estemos en la empresa, recuerda que esto es un trabajo y debemos respetar el ambiente.

-Por supuesto jefe.-Dice en tono de burla.

Las horas pasaban y el día transcurría entre lluvias y lluvias, se avecina una fuerte tormenta por lo que he decidido que lo mejor será irnos más temprano a casa y estar resguardados.

-¿Si?-Contesta al tercer tono.

-Ven a mi oficina.-Digo y cuelgo.

-¿Necesita algo?-Dice al entrar.

-Si, llama a los departamentos y dile que pueden irse todos a casa ya, no deben regresar luego del almuerzo, también informales que volveremos a trabajar el lunes, hoy ya es jueves y por lo que veo la tormenta viene un poco peligrosa. Tú, Sebastián y yo nos iremos alrededor de las 3:00 p.m. luego de organizar una que otras cosas y nos mantendremos trabajando desde casa según la tormenta lo permita.

-Sí Señor, ahora mismo me encargo de ello.

-También infórmele personalmente a mi primo, yo debo de buscar unos documentos en la oficina del contable y no puedo informarle personalmente.

-Como usted diga.-Dice haciendo una mueca de incomodidad. –Algo mas.-Pregunta molesta.

-Pues sí, pensándolo mejor, no informe a ningún departamento lo hare yo personalmente, mientras usted infórmele a Sebastián y revise estos planos del nuevo edificio que vamos a construir y necesito un resumen detallado, luego nos reuniremos los 3 en mi oficina, la veo en una hora Mikaela.

-Señor Lockward…-Empieza pero la interrumpo.

-¿Tiene algún problema Señorita Mikaela?-Le contesto dándole a entender que no tiene elección.