Prólogo - ARRASARLO TODO

BROOKE

Aún no puedo creer lo que ocurrió a finales del mes de junio. El momento que tanto anhelé llegó, ese momento en el que por fin pudiera decirle a Harry que tenía una hermana y que era yo. Pero no fue cómo imaginé, ya que las sombras se acercaban y nos acechaban a cada paso que dábamos.

Pero aquel secreto no fue el único que se reveló. Resulta que Sirius era también mi padrino y mis padres no era muggles. Me habían ocultado durante toda mi vida que eran magos. Y aún sigo lidiando con ese descubrimiento, no sé cómo tomármelo, ni cómo sentirme al respecto, sabiendo que ellos han formado parte de la vida de mis padres biológicos.

Las cosas en el mundo mágico se han vuelto raras desde entonces, aunque el Ministerio de Magia pretende hacer que las cosas siguen igual, que nada ha cambiado. Tanto es así que lo único que hacen es difamar al profesor Dumbledore y llamar mentiroso a mi hermano. Pero no es ninguna mentira, no estuve allí físicamente, pero viví cada momento con él. Lo vi regresar, lo vi atacar a mi hermano y los vi a ellos, a sus seguidores. Los reconocí a todos.

Y ahora… Ahora no sé qué es lo que debo hacer. De ahí que haya estado desaparecida durante todo el verano. No he querido relacionarme con nadie, ni siquiera con Harry. De todas formas, aunque hubiera querido tampoco me habrían dejado, hay espías en todas partes, y ambos tenemos que estar a salvo.

Así que me he pasado todo el verano entrenando con el profesor Dumbledore y, para mi desgracia, con el profesor Snape. Resulta que es miembro de la Orden del Fénix, la organización fundada por el director durante la primera guerra con el objetivo de enfrentarse a Lord Voldemort y proteger a la comunidad mágica. Y aunque no lo soporto, tengo que decir que he aprendido mucho con él, sobre todo con lo relacionado a las artes oscuras. Esa parte de la magia en la que los mortífagos son verdaderos expertos.

Tan absorta he estado con mis entrenamientos y tan casada terminaba de ellos, que ni siquiera he contestado a ninguna de las cartas que me han enviado tanto Harry como Hermione, como mis chicos, Theo y Blaise. Así que ya ni se molestan en escribirme y doy gracias, porque cada vez que las veo solo hay una persona que se me viene a la mente. Una que también me ha escrito, pero que yo no he correspondido.

He intentado olvidarlo, no pensar en él, pero no he podido. Todo me recuerda a él y mis ganas por verlo cada vez son más grandes. Pero sé que no es posible, no puedo aferrarme a él. No puedo. No es justo para él. Y sé que va a ser muy complicado ser sólo su amiga, cuando lo único en lo que pienso es en el último beso que nos dimos al despedirnos en la estación. En su mirada intensa al otro lado del andén y en cómo sus hombros se tensaron ante la aparición de su padre. Todas las noches me pregunto qué estará haciendo, en sí estará bien y si piensa en mí tanto como yo pienso en él.

Pero mis “vacaciones” han terminado y es hora de volver a la realidad. El cuartel de la Orden del Fénix me espera y eso significa que ya nada será lo mismo y que pronto nos volveremos a ver, poniendo aprueba todo aquello en lo que creemos.

***

¿Cómo es posible que una persona haya calado tan hondo en mí? ¿Cómo es posible que me haya marcado tanto? ¿Cómo? Si lo que antes era un secreto, ahora parece que no lo es. Y lo que antes se escondía, ahora ha sido encontrado.

Porque si pensábamos que los amores secretos eran los más complicados, no teníamos ni idea de que los amores encontrados podían llegar a arrasarlo todo a su paso.