Love for ever

Capítulo 20: PALABRAS DE DESPEDIDA

Julissa Mendoza estaba de pie en medio de la selva, no había nadie más ahí, solo la naturaleza y ella, se preguntaba dónde estaba Sebastián, ¿Por qué la dejó sola en medio de la selva?, él dijo la que protegería de todo, ¿Por qué no está a su lado?. Cuando la humana levantó la mirada se dió cuenta que a varios metros estaban sus padres, le estaban dando la espalda y caminaban rápidamente sin dar vuelta atrás, ella intentaba llamarlos pero era inútil, no salía palabra alguna de sus labios, ¿Qué le estaba pasando?, segundos después Axel apareció muy cerca a ella, Julissa estaba nerviosa pero aún así quería saber que estaba pasando. 
Axel: Adelante, puedes hablar conmigo. 
Julissa: ¿Por qué estoy aquí?, ¿A dónde van mis padres?, ¿Por qué no puedo llamarlos?.
Axel: Porque no completaste tu parte del trato, no entregaste los elementos y ahora ellos le pertenecen a mi tío. 
Julissa: (lágrimas caían por sus mejillas) Solo necesito un poco más de tiempo. 
Axel: Me parece que no va a ser posible.
Julissa: Porfavor, solo un poco más.
Axel: Pero si no tenías pensado entregar los elementos, querías entregarte tu a Miguel a cambio de los humanos. 
Julissa: ¿De qué hablas?, ¿Quién te dijo eso?, Yo le entregaré los elementos a Miguel. 
Axel: ¿Por qué me estás mintiendo?, le dijiste a Rubén que no entregarás los elementos inmortales.
Julissa: Eso es mentira, Axel porfavor déjame hablar con mis padres solo un momento.
Axel: (sonrió a carcajadas) Pero si ellos ya están muertos. 

Julissa lloró e intentó correr hacia sus padres, sus pasos se ponían cada vez más pesados hasta que ya no pudo caminar, estaba inmóvil cuándo vió a sus padres desaparecer a la distancia.
La humana se despertó asustada y respirando con dificultad, a los pocos segundos de hacerlo se dió cuenta que todo había sido un horrible sueño, ella seguía en la habitación de Sebastián, y el vampiro la estaba acompañando en el filo de la cama. 
Sebastián: (con voz suave) ¿Estás bien?, ¿Cómo te sientes?.
Julissa: Estoy bien, creo que tuve una pesadilla. 
Sebastián: ¿Que soñaste?.
Julissa: No lo recuerdo, solo se que me asustó mucho. 
Sebastián: No le des importancia, ¿Ya te sientes mejor?.
Julissa: Creo que un poco mejor, Sebastián siento que me quema todo el cuerpo pero tengo escalofríos a la vez, ¿Qué clase de resfrío es este?.
Sebastián: Le diré a mi padre que te vea, el fue doctor hace mucho.
Julissa: No es necesario, no quiero molestarlo.
Sebastián: No es molestia, descuida.
Julissa: Tranquilo, estaré mejor en un rato. 
Sebastián: ¿Estás segura?.
Julissa: Si, no te preocupes.
Sebastián: No quiero que te pase nada.
Julissa: Nada me pasará tonto. 
Sebastián: Bueno, te cuidaré hasta que mejores.
Julissa: Está bien, ¿Dónde está Eduardo?.
Sebastián: Está desayunando con Luis, le dije que lo mantenga alejado para que no le contagies el resfrío. 
Julissa: Bien, que bueno que eres un vampiro, así nunca te enfermas. 
Sebastián: (sonríe) Es cierto, solo cuando nos exponemos mucho al sol nos da alergia. 
Julissa: Sebastián.
Sebastián: ¿Si?.
Julissa: ¿Y si tengo una maldición?.
Sebastián: (sonríe) ¿Qué cosas dices?.
Julissa: Es que me han pasado muchas cosas raras, tal vez estoy maldita. 
Sebastián: No, no digas eso, solo son coincidencias y mucha mala suerte. 
Julissa: Tienes razón, ¿Cuánto tiempo dormí desde la mañana?.
Sebastián: No mucho, creo que dos horas, no quice despertarte pero ya Luis me trajo las pastillas, ahora te las doy. 
Julissa: No, ya no es necesario, me siento mejor y no me gusta tomar pastillas. 
Sebastián: Está bien, pero no parece un resfrío ya que no tienes otros síntomas. 
Julissa: Si es raro, ya en un rato me levantaré de la cama. 
Sebastián: No es necesario, te puedes quedar mucho más tiempo, ¿Quieres que te traiga algo de comer?.
Julissa: ¿Sabes cocinar?.
Sebastián: En realidad no, pero Luis lo puede hacer.
Julissa: (sonríe) Prepárame algo tú.
Sebastián: ¿Preparar algo?, ¿Yo?.
Julissa: Si, lo comeré así este feo.
Sebastián: (sonríe) ¿Insinuas que saldrá feo?.
Julissa: Si, un poco. 
Sebastián: Bien, le diré a Luis que me enseñe, regreso en un rato. 

Sebastián se acercó a la humana y le dió un tierno beso en la frente, segundos después caminó hacia la puerta y salió de la habitación.

Luis: ¿Qué pasa?, ¿Sigue mal?.
Eduardo: ¿Ya puedo verla?.
Sebastián: Ella está mejor, pero es mejor que repose por ahora, le llevaré algo de comer. 
Luis: (sonríe) No hay nada preparado y tú no sabes cocinar, ¿Qué le llevarás?.
Sebastián: Pensé pedirte algo a ti. 
Luis: Solo llévale fruta picada. 
Sebastián: ¿Dónde hay frutas?.
Luis: En mi habitación, encima de la cama. 
Sebastián: (caminó rápidamente hacia la puerta) Ahora regreso.
Luis: Espera, no seas tonto (sonríe a carcajadas).
Sebastián: (se detuvo y dió media vuelta) ¿Qué pasa?.
Luis: Las frutas están en la refrigeradora.
Sebastián: No iba a tu habitación, olvidé algo. 
Luis: Si claro (se dirige a Eduardo) Nunca a entrado a la cocina.
Eduardo: (sonríe) Julissa tampoco.
Luis: Son iguales entonces.
Sebastián: Sigo aquí y los puedo escuchar.

El día anterior al cumpleaños número 18 de Julissa pasó rápidamente, ella se fué a su habitación para no incómodar a Sebastián, a Eduardo le dieron otra habitación y ahí se instaló, todo parecía estar bien, la humana se sentía mucho mejor en la noche, y lo que parecía un resfrío había desaparecido, no tenía síntoma alguno de el. 
Cuándo el día ya había terminado, Julissa recordó que el 19 de abril se marcaría de ahí, solo le quedaban dos noches en esa casa, el día siguiente sería algo movido por su cumpleaños, así que decidió hacer las cartas para Sebastián y Luis esa misma noche. 
Temblorosa pero decidida se sentó en el mueble y empezó a escribir. 

***CARTA A LUIS*******************
Querido Luis,
Nos conocemos hace poco tiempo, poco tiempo en el que me apoyaste incondicionalmente, siempre has sido muy bueno conmigo, estoy feliz de haberte conocido.
Te estarás preguntando el porqué de mi decisión, solo te diré que amo a mis padres, y si hice esto fue por amor a ellos, no quice incomodarlos más aquí, pero tengo una última petición, Rubén se encargará de traer a mis padres, por favor que no les quede recuerdo alguno de mi, lo mismo te pido para Eduardo, que ellos sean felices sin mi, se que no te negarás a mi pedido.
Rubén solo me está apoyando en esto, no le reclames ni dejes que Sebastián se enfade con él, perdóname por no decirte mis planes, yo sé que si te cuento esto, no dejarás que me vaya.
Ayuda a Sebastián, que no pase tiempo solo, que encuentre a una buena mujer, y que sean felices porque yo no podré hacerlo feliz. 
Tú eres un amigo incondicional, te recordaré siempre dónde esté. 
Te quiero.
Lissa.
********************************

Julissa dejó rodar una lágrima por sus mejillas, dobló el papel y lo metió en un sobre, en el que posteriormente escribió : para Luis.
Con los ojos llorosos agarró otra hoja y se dispuso a escribir la siguiente carta, que sabía, le rompería el corazón. 

***CARTA A SEBASTIÁN**************
Sebastián,
Leerás esto cuando ya me haya ido, por favor no le reclames a tu padre por esto, no es su culpa, es únicamente decisión mía, perdóname por romperte el corazón de esta manera, pero no hay otra salida, tienes razón al decir que lo mío es mucha mala suerte, no sé, tal vez si tengo una maldición, mis padres son lo más importante que tengo en esta vida y se qué tú me vas a entender, por amor a ellos no importa lo que tenga que hacer.
En estás semanas fuí muy feliz contigo, fuiste muy bueno conmigo y eso lo recordaré siempre, créeme.
Si existe la reencarnación, espera por mí, yo vendré hacia ti en mi próxima vida, te encontraré dónde estés y podremos ser felices, podremos tener un "love for ever", un amor que sea eterno, lo qué en esta vida no pudo ser.
Tal vez tarde un poco en encontrarte, así que puedes estar con otras personas, no quiero que estés solo ni te pongas triste, eso me romperá el corazón, te recordaré siempre, eres mi primer amor.
Muchas gracias por todo lo que hiciste por mí, eres alguien increíble, nos encontraremos, tenlo por seguro.
Te quiere...
La humana.
********************************

Julissa lloró desconsoladamente al guardar las carta en el sobre, las lágrimas rodaban sin parar, su corazón estaba roto y nada podía cambiar lo que sentía en ese momento, su destino era inevitable.
Aún con lágrimas en sus mejillas escondió las cartas en el cojín del sillón y se echó a llorar en su cama.

*
Julissa se encontraba en una habitación oscura, parecía no haber nada más ahí que oscuridad, intentó caminar pero no veía nada así que solo se quedó inmóvil. Después de unos segundos recordó su sueño de hace algún tiempo, ¿Acaso esa voz nuevamente le hablaría?, ¿Qué le diría ahora?, ¿Le contará del futuro?, ¿Estaba soñando nuevamente?. Las preguntas sin respuesta la rodeaban nuevamente hasta que una voz la interrumpió, era esa voz, la voz que ella estaba esperando, era ella. 
Voz: Julissa, cuánto tiempo. 
Julissa: ¿Por qué está tan oscuro?.
Voz: Porque ahora no te contaré nada, solo quiero hablar contigo.
Julissa: ¿ Te acuerdas de mí?.
Voz: Claro que sí.
Julissa: ¿De qué quieres hablarme?.
Voz: Quisiera saber el porqué de tu trágica decisión.
Julissa: ¿Qué decisión?, ¿Te refieres a esa decisión?, ¿Cómo sabes?, ¿Quién eres?.
Voz: Soy alguien que intenta ayudarte. 
Julissa: ¿En qué me puede ayudar un sueño?, Solo eres eso.
Voz: Ahora no puedo decirte las cosas exactamente, tendrás que aprender a interpretarlas. 
Julissa: ¿De qué hablas?.
Voz: Algo está por cambiar, no muy lejos tienes la clave para activar tu nuevo ser. 
Julissa: ¿Y eso qué es?, ¿Puedes explicarme mejor?.
Voz: No lo haré, tú lo sabes, yo soy parte de ti, estoy dentro tuyo.
Julissa: ¿Pero cómo quieres ayudarme si no me dices las cosas completas?.
Voz: Encuentra la clave Julissa.
Julissa: ¿Volverás a aparecer en mis sueños?.
Voz: Estaré ahí cuándo me necesites.
Julissa: ¿Cómo te podré llamar?.
Voz: Puedes ponerme un nombre tú.
Julissa: ¿Me vas a contestar?.
Voz: Por supuesto. 
Julissa: Zeta, ¿Ese nombre te gusta?.
Voz: Me parece genial, ahora debes despertar, cuenta hasta tres y abrirás los ojos. 
Julissa: Bien Zeta, uno, dos, tres.

Julissa despertó y se sentó rápidamente, ¿Acaso esa voz trataba de decirle algo?, ¿Hay otra solución?, ¿Podría quedarse con Sebastián y tener a sus padres a salvo?. Intentó olvidar su sueño, todo estaba planeado y no quería que esa voz la hiciera dudar de su decisión, ¿Pero de qué clave estaba hablando?, ¿Activar qué?. Nuevamente intentó olvidar ese sueño y se acostó cerrando los ojos con fuerza, no quería pensar en otra salida ya que si salía mal solo le quedarían descepciones.

Continuará...




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