Love In Two Destinies

CAPÍTULO III: El color azul de los días oscuros.

El sonido del viento atravesaba la carretera mientras el coche avanzaba sin prisa. Lila mantenía las manos firmes en el volante, sus uñas pintadas de azul brillante capturaban la luz del atardecer. Ese esmalte era más que un adorno, era un refugio. El azul era su color favorito, el tono que la hacía sentir un poco más como ella misma, incluso cuando todo lo demás parecía haberse desmoronado.

La música de Billie Holiday flotaba en el aire como un eco del pasado. Cada nota se deslizaba en su pecho como un recordatorio de los días felices y de los más oscuros, especialmente desde que él se había ido. Alex. Su ausencia había dejado un vacío que nada podía llenar, una sombra que la seguía a donde fuera. La radio seguía reproduciendo "All of Me", y aunque ya había escuchado esa canción cientos de veces, todavía hacía que su corazón se encogiera.

—¿Por qué me haces esto?— murmuró para sí misma, mirando por el parabrisas. Su voz era apenas un susurro que se perdió entre las melodías tristes.

Había sido él quien se había ido. Sin previo aviso, sin una explicación clara, dejando solo un puñado de recuerdos y promesas rotas. Y aunque sabía que no debía aferrarse, Lila no podía evitarlo. Había algo en Alex que seguía siendo parte de ella, algo que no podía arrancarse sin dejar heridas más profundas.

Esa tarde, su teléfono vibró en el asiento del copiloto. Ella lo miró de reojo, dudando por un momento antes de alcanzarlo. El mensaje era de él.

Mensaje de Alex:
¿Podemos hablar? Sé que lo arruine. Pero quiero explicarte algo.

El corazón de Lila dio un vuelco. Habían pasado meses desde la última vez que hablaron, y ahora, de repente, quería hablar. Parte de ella quería ignorarlo, dejar que las heridas cicatrizaran sin más interrupciones. Pero otra parte, la parte más fuerte, quería saber. Quería entender.

Respiró hondo antes de responder.

Mensaje de Lila:
Hablar no cambiará nada. Pero si necesitas decir algo, estoy aquí.

No esperaba que él respondiera tan rápido.

Mensaje de Alex:
Gracias. ¿Puedes venir al parque donde solíamos ir? Necesito verte en persona.

Unas horas más tarde, Lila estaba allí, sentada en un banco junto al lago donde tantas veces habían estado juntos. El aire fresco llevaba consigo el aroma de las flores y el sonido lejano de los pájaros. Era un lugar que antes significaba tranquilidad, pero ahora estaba cargado de tensión.

Alex llegó poco después, luciendo más cansado de lo que Lila recordaba. Su cabello estaba algo desordenado, y sus ojos mostraban un cansancio que iba más allá de lo físico.

—Gracias por venir — dijo él, sentándose a su lado pero dejando un espacio entre ellos.

—No sé por qué lo hice — respondió Lila con sinceridad. —Pero aquí estoy. Habla.

Alex pasó una mano por su cabello, como si estuviera buscando las palabras correctas. "Lila, me fui porque no sabía cómo manejar lo que sentía. Estaba asustado. Tú siempre has sido tan fuerte, tan… tú. Yo, en cambio, me sentía como si estuviera fallando en todo."

Lila lo miró con incredulidad.

—¿Y pensaste que desaparecer era la solución? ¿Qué dejarme sin respuestas me haría sentir mejor?

—Lo sé — dijo Alex, su voz llena de culpa.

—Fui un cobarde. Y cada día desde que me fui, he lamentado esa decisión. No hay un solo momento en el que no piense en ti.

Ella cruzó los brazos, intentando protegerse de la vulnerabilidad que sentía.

—No es tan simple, Alex. Lo que hiciste me destrozó. No puedes volver como si nada hubiera pasado.

—No espero que lo hagas — dijo él, mirándola a los ojos. — Solo quiero que sepas que lo siento. Que me equivoqué. Y que si hay una mínima posibilidad, quiero recuperarte.

El silencio cayó entre ellos, pesado y lleno de emociones no dichas. Lila miró el lago, recordando los momentos en los que todo era más fácil, cuando estar con él se sentía como estar en casa. Pero ahora, después de todo el dolor, no sabía si podía volver a confiar.

—¿Y si te vuelves a ir? —preguntó finalmente, su voz apenas un susurro.

—Esta vez no lo haré — dijo Alex con firmeza. — No puedo prometer que no cometeré errores, pero sí puedo prometer que no volveré a huir. Quiero enfrentar esto contigo, Lila. Si tú me dejas.

Lila lo miró, y aunque parte de ella quería creerle, sabía que su corazón ya no podía soportar más.

—Lo siento, Alex. Pero no puedo volver a pasar por esto. —Se levantó y caminó hacia su coche, dejando atrás el parque, los recuerdos, y a él. La radio seguía tocando a Billie Holiday mientras conducía hacia la noche, con lágrimas silenciosas cayendo por su rostro. Era el "día más oscuro" otra vez, y sabía que tendría que enfrentarlo sola.

Lila & Alex.

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