Love Me Again.

PRÓLOGO

 

Los tacones de mi madre resonaron por todo el reino, tomando camino rápido a mi habitación, la puerta estaba sin seguro así que la abrió y azoto contra la pared, no pasó nada con esta, eran de vil piedra.


 

-Rayment, cuando entenderás lo que te digo y dejarás de desobedecer mis órdenes.-me miro con aquellos rojos ojos y fría mirada.-Estamos a nada de que se haga el cambio de rey y tú todavía no tienes esposa.


 

Estaba harto de tener que hacer lo que las leyes decían, "no podrá concebir el reinado, si no está casado para poder ejercer su gobierno", tal vez si me darían ganas de ser el rey, si no implicara casarse.


 

-¿cuántas veces te he dicho que no quiero casarme?, no quiero unirme a alguien si no siento nada por aquella persona, no quiero atarme.-me levanto de el borde de la cama mirando a mi madre desafiante.-


 

-Rayment es por tu bien, no creo que quieras que el reinado pase a manos de tu hermano.—ante esas palabras mi mandíbula se tensó y apreté mis puños.-


 

No quería que de ninguna manera mi hermano gemelo fuera quien reinara, cuando era MI reino.


 

Me puse de espaldas a mi madre, teniendo un espejo frente a mi y viendo a mi madre desde aquel.


 

-Me casaré, pero no más, madre, no quiero que mi hermano ponga las manos en donde no le incumbe.-suspiré y podía ver la sonrisa de mi madre a través del espejo que tenía frente a mi, eso era lo que quería que peleara por lo que era mío.-


 

Sabía lo que tenía planeado, hacer una fiesta invitando a todas las chicas demonios para que se eligiera a la indicada por medio de varias "actividades", no me interesaba, lo único que quería era la corona.


 

...


 

Tomé con fuerza el pelo de la chica que tenía en cuatro frente a mí mientras ella gemía y yo seguía embistiéndola duro y rápidamente, así era cómo le gustaba, pero que digo, no se trataba de lo que ella quería, sino de lo que a mi me gustaba.


 

La cambie de posición.


 

...


 

-Me sorprendes cada vez más, Rayment.-dice aquella pelirroja suspirando de lo cansada que había quedado después de aquello.-Dime a quien tienes pensado elegir como reina.


 

Ella quería la corona, pero yo no le cumpliría semejante capricho.


 

-No está en mi, está en mis padres y quién vean mejor para mi, pero ya saben, me casare solo para tener mi reinado, no busco más.-solté mientras me levantaba para meterme al baño para darme una ducha pues tenía que salir en media hora para una reunión.-


 

Observé de reojo cómo abrió la boca para decir algo y me quede parado en el marco de la puerta, cruzado de brazos y desnudo, para escuchar que otra idiotez decía.


 

-¿No crees que deberías de elegirme a mi como tú reina? después de todo, no la pasamos tan mal.-sonríe orgullosa por aquello que siempre pasábamos, nuestros polvos.-


 

-Solo eres mi juguete, sería incapaz de darte la corona a ti, retírate, cuando salga no te quiero ver.-y así cerré con fuerza la puerta del baño para no escuchar más sus palabras.-


 

Definitivamente no obtendría lo que quería, pero yo si.


 


 


 


 


 


 


 


 


 

publicada; 24/04/19




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