Alicia regresa a casa de su abuela con una muleta bajo su brazo izquierdo, aún le dolía mucho para caminar.
Y quién esperaba por ella en la entrada era una mujer ya con arrugas en todo su rostro, cabello escaso dejando a la vista su cuero cabelludo y vistiendo batas de anciana viejas. Y en su mano sostenía un fuete de cuero, junto a ella Alfonsina veía con pavor lo que se aproxima.
Alicia le pide amablemente a Tomás que la deje en la entrada y se vaya de inmediato al campo de entrenamiento, ella no desea que ningún guardaespaldas sea participe de su castigo.
Elvira extiende su mano arrugada para que Alicia la tome y hacer que entre finalmente a la casa.
La anciana fea la hace subir las escaleras con rapidez sin importarle que haya salido de la clínica hace algunas horas, con brusquedad se encierra con ella en el ático de la gran mansión, dónde avienta a Alicia al suelo de madera.
Elvira prepara el fuete de cuero y lanza el primer latigazo al maltratado cuerpo de Alicia, comenzando primero con las piernas dejándole marcas rojizas y prosiguiendo con sus brazos.
—¿Me puedes explicar qué hacías en casa de Hera cuando ocurrió todo?
La anciana se detuvo brevemente al hacerle la pregunta.
—Solo compartía con ella…
Alicia veía con miedo a su abuela, ella le tenía un terror horrible a la anciana.
—Eso para mí no es una respuesta, Alicia.
Y nuevamente la golpea hasta el cansancio con aquel látigo de cuerpo marrón, solo acaba de castigarla cuando ve en su espalda que las marcas comienzan a sangrar.
Abandona el ático no sin antes pasarle llave para evitar que ella salga de allí sin su consentimiento.
Alicia tirada en el suelo comienza a llorar como nunca antes lo hizo, lloraba de impotencia y frustración, no merece que la abuela la golpeé aún cuando no hizo nada malo.
Con solo moverse las marcas que habían en su espalda comenzaban a doler.
Su alma estaba tirada junto con ella en el suelo, abusada, golpeada injustamente, maltratada.
Alicia imagina un mundo donde sus padres aún viven, que ella vive con ellos feliz lejos de las garras de su abuela, sin nada que pueda herirla.
Y luego, su sonrisa muere dejándole a cambio una mueca seguido de un desconsolado llanto, ellos están muertos, ellos nunca jamás volverían y jamás la sacarían de este infierno al que la condenaron sin querer.
De vuelta con la anciana fea, termina de bajar las escaleras para esconderse en su despacho.
Guarda el látigo en una gaveta de su escritorio y va y ocupa asiento en la silla giratoria viendo en dirección a la laptop que tenía encendida sobre su escritorio y dónde vigilaba a Alicia, sonrió al verla aún en el suelo llorando.
—¿Crees que es justo tenerla así? —. Alza la mirada al ver a su esposo incapacitado entrar al despacho.
—Lo merece.
Marcos niega a medida que va acercándose.
—Es una niña, Elvira. Ella no tiene culpa de nada.
—Es el fruto de Patrick Miller y de mi… Ellie…
Ante la mención de su difunta hija la mirada de la anciana fea decae
Elvira Kozlov amaba como a nadie a Ellie, era su única hija y quién fue arrebatada de sus brazos por culpa del patán de Patrick Miller.
Elvira odia a ese hombre aún en su lecho de muerte, lo desprecie como nunca despreció a alguien jamás, por culpa de ese imbécil ella tuvo que tomar medidas drásticas para contra Ellie.
—Ella amaba a Patrick.
—Ella estaba encaprichada con Patrick. —. Le replica Elvira en contra.— Si tú hubieras hecho un buen papel como padre quizás nuestra hija estuviera aún con vida.
Y era algo que Marcos siempre se recrimina.
Si tal vez él hubiese buscado a Ellie cuando se marchó y evitar que se fuera con Patrick ella aún siguiera con vida.
—Elvira para mí importaba más la felicidad de mi hija, y era al lado de Patrick dónde ella la encontraba.
Elvira enojada avienta un portarretratos a la pared mientras que solloza de dolor.
—¡Era mi hija, Marcos!, ¡MI HIJA MURIÓ POR CULPA DE PATRICK! —. Elvira elevó su voz, a ella aún le duele y hiere que su hija ya no esté a su lado por el amor que sintió por Patrick.
—Dime algo, Elvira… ¿Cuándo Ellie se marchó con Patrick tu nunca la buscaste?
Elvira calla, hizo algo mucho peor que hasta el sol de hoy ella lamenta.
Sabe que hizo mal irse en contra de su hija pero fue quien salió en ese momento, sin embargo gozó como nunca cuando Patrick apareció y finalmente lo mando al otro lado. Sin embargo, en su mente aún vaga la moribunda agonía que sufrió Ellie al verla junto a la cama con un arma en sus manos y con cuatro hombres detrás de ella.
Elvira lo recuerda todo demasiado bien y más cuando él, ese maldito de Hades apareció en la habitación y vio el cuerpo de sus amigos sin vida.
Y todo el desprecio que Elvira una vez sintió por Patrick lo manifiesta con Alicia, ella era el vivo retrato del mal nacido de Miller.
Hades en cambio permanecía en su habitación con todas las luces apagadas preparándose para lo que se avecina, quiere hacerse la idea de que esto lo hace para salvar a Alicia de Elvira.
Quiere creerlo.
Hera bajo el umbral de la puerta ve como su hermano permanece en un silencio sepulcral, ya mañana tendrían nuevamente a Alicia bajo su poder pero… ¿a qué costo? Ella mañana los odiará, los repudiara, mañana no querrá a nadie, a ninguno de esos mentirosos que solo jugaron con sus sentimientos sin remordimiento.
—Trata de dormir Hera, mañana inicia la fiesta.
Fueron las palabras antes de cerrar la puerta en las narices de su hermana.
En la oscuridad él encuentra un alivio, pudo descargar todo que por dentro guarda y retiene, esto comienza a pasarle factura.
Pero lo hace por venganza y justicia a la vez.