EL INICIO.

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Luca va caminando por la calle, es muy temprano, todavía no amanece, lleva un revólver en su mano derecha, la cabeza gacha, su pelo largo y dorado cubre casi toda la cara, no se puede ver pero ... sus lágrimas le mojan las mejillas y lo único que puede pensar es: "los voy a matar". Solo eso hay en su cabeza ahora, y aunque solo tiene 15 años, Luca no es lo que parece. Sus ropas gastadas pero limpias, su hermoso cabello y esa carita de ángel inocente lo hacen ver como un niño pobre pero no de la calle. Él no sabe lo que es un beso de mamá a la noche mientras lo arropa y le desea dulces sueños, o lo que preparó el desayuno y luego lo llevo a la escuela. Él sabe robarle la billetera al distraído y así comprar su propio desayuno,

"A todos ... a todos los voy a matar" seguía repitiendo Luca en su cabeza mientras apretaba el puño izquierdo y el revólver en su otra mano. Él nunca había usado un arma antes, no había llegado tan lejos, pero estaba muy familiarizado con ellas, había visto usar y no le costo mucho quitarle el revólver a uno de los chicos con que comparte un departamento; ese mismo departamento en el que se refugia de noche con otros chicos de la calle, no tiene luz, ni gas, ni muebles, solo una gran alfombra de cartones, mantas, una vela que les da unas horas de luz mientras comparte la comida que cada uno respondió, las charlas y "el cigarro mágico", como le dijo Jane, ese que hizo que todo parezca mejor y los ayudaba a quedarse dormidos.

"Jane", de pronto Luca la recuerda, su amada Jane ... Ella fue su primera amiga de la calle, la que le enseñó todo lo que tenía que saber para sobrevivir, fue su primer y única novia, era todo para él, y ahora que ella se había ido para siempre, ya no le importaba nada. Era lo mismo vivir que morir. ¿O tal vez seria mejor mejor morir? ¡Y qué mejor que morir vengando a Jane! Por eso Luca seguía caminando, sabía exactamente dónde encontraban, tenía el factor sorpresa de su lado, un arma cargada y lo más importante: nada que perder. 20 minutos de caminata era lo que separaba a Luca de su venganza pero, ¿qué haría cuando llegue a la guarida ?, encargarse del guardián que custodia la puerta sería lo más sencillo de todo, solo uno contra uno. Pero el ruido del disparo alertaría al resto, debería ser de forma silenciosa, y si en algo tenía experiencia era en pelear. Luca tomo el revólver con las dos manos, le puso el seguro y la escondió en su pantalón. Debería neutralizar al guardián a golpes así no hacer mucho ruido. Se acerca al hombre y antes que pueda abrir la boca le da una patada en los testículos que dejaría neutralizado hasta el mas fortachón, luego lo golpea en la cabeza con el revólver y queda tirado en el piso. Le saca su revólver y ahora con dos armas, una en cada mano, listas para disparar, entra a la guarida. luego lo golpea en la cabeza con el revólver y queda tirado en el piso. Le saca su revólver y ahora con dos armas, una en cada mano, listas para disparar, entra a la guarida. luego lo golpea en la cabeza con el revólver y queda tirado en el piso. Le saca su revólver y ahora con dos armas, una en cada mano, listas para disparar, entra a la guarida.

De la puerta se pasaba a un patio chiquito con plantas que cruzó rápido y se quedo un momento de espaldas a la puerta de la casa. Se escuchaba música, risas, el humo de los cigarrillos salía por la ventana que estaba al lado. Se distinguía la voz de dos hombres que hablaban, pero tal vez había sido más de ellos.

- "¿Por qué seguís confiando en ese maldito?"

* "¿Cual es el problema?"

- "No nos trae cocaína pura pero nos cobra como si fuera de primera calidad".

* "Tranquilo Jack, nosotros la vendemos como pura y no tenemos pérdida".

- "Sí tenemos pérdidas, supe de tres chicos ya que murieron, estamos perdiendo clientes".

* "¡Tres malditos drogadictos menos en este mundo, a quien le importa!"

Luca al escuchar esas palabras se lleno de una furia que jamas había sentido, se dio vuelta y se dispuso a entrar cuando escuchaba:

* "¡Vamos! En los medios hora vamos a estar en el muelle 12, ¿está todo listo?"

- "Sí, el dinero lo conté yo mismo y estamos todos armados".

De pronto la puerta se abre, Luca solo apunta al pecho del hombre y dispara. Ve como se desploma y los otros cuatro que estaban en la habitación sacan sus armas, pero Luca ya las tenia listas y apuntando así que derriba a dos mas y luego a los otros dos. Entra en la habitación y camina entre los cinco cadáveres, sobre la mesa hay un bolso "ahí debe estar el dinero" piensa, mete en el bolso las armas y se va. En el patiecito iba entrando el guardian que todavía estaba aturdido y se agarraba la cabeza, pero termina como sus cinco compañeros delincuentes, tendido en el piso con un balazo en el pecho.

Si antes no tenía nada que perder, ahora menos, mira la moto que estaba en el patio, tenía la llave puesta. Él no sabía manejar, pero ... "que más da ... no podría ser tan difícil", se pone el casco, el bolso al hombro y sale rumbo al muelle 12, si se apuraba llegar a tiempo. Detiene la moto unas cuadras antes, la esconde junto con el casco y el bolso. Lleva dos armas cargadas en el pantalón y una en cada mano "sera mas que suficiente" se dijo, y se cambió al muelle. Ya había dos camionetas negras estacionadas y dos hombres vigilando al lado de ellas, entraron al edificio por otro lado. Da la vuelta y se trepa por una ventana que tenía el vidrio roto. Camina hacia las voces que se oían a lo lejos, muy desesperada y con cuidado, porque había mucho desorden en el galpón y estaba oscuro, había abandonado.

- "Te dije que no era buena idea adulterar la mercadería".

* "¡Ya cállate! Aparecerán en cualquier momento".

- "¡No! No vendrán, ¿sabes por qué no vendrán? Porque hay menos menos más como nosotros que ofrecemos lo mismo pero más barato, ¡por eso no vendrán!".