~luces a media noche~

Negociaciones peligrosas

Elías.
. Salgo de la habitación y me apoyo en la puerta cerrada. Respiro hondo, intentando calmarme. "No te diré dónde está mi padre aunque me maten", sus palabras resuenan en mi cabeza. ¿Cómo puede ser tan terca en una situación así?
Pero lo que realmente me molesta no es su terquedad, sino lo que sentí cuando la abracé. Su dolor, su miedo... Me recordó a alguien. A mí.
No tengo tiempo para pensar en eso. Si no consigo información pronto, él se encargará de hacerlo a su manera. Y Alissa no saldrá bien parada.
Una voz interrumpe mis pensamientos.
—¿Y bien? ¿Consiguió algo el niño bueno?-Es selené su tono burlón y cruel.-
.Me tenso. Si se entera de que la consolé en lugar de presionarla, estoy muerto. Sin mirarla le digo.
—No quiere hablar. – Digo y finalmente la miro a los ojos.-
. Selené se ríe ligeramente y se pone los brazos en las caderas. Diciéndome.
—Eres un inútil. El jefe dijo que no quiere fallos, y si se entera que no haz logrado que hable, Pobre de ti.– Dice en tono burlón— En cambio yo, Le hice creer al crío que fuí su "Mejor amiga" de niños. Y el tarado se lo creyó, ¿Más idiota no puede ser no?. Usa su desesperación a tu favor, Elías. No seas ingenuo. Cuida tu puesto y no le des lugar a dudas.- Dice mirándome a los ojos. Su voz es seria pero algo burlona.-
. Selené se da la vuelta y se va por los pasillos, dejándome solo. Suspiro. Odio admitirlo pero ella tiene razón, No me puedo dejar sensibilizar por una niña de dieciséis años.. pero es tan, tan difícil, Al verla siento la necesidad de protegerla de todos, inclusive de ella misma. Trago saliva, Quiero sacarla de ahí ahora mismo, liberar a su hermano y que se vayan ya mismo de este infierno.
. Me quedo unos segundos en silencio, mirando el suelo. Mi cabeza es un caos. Selené cree que todo es un juego, pero esto no es solo un trabajo más. Esta vez, es diferente. Aprieto los puños y me obligo a seguir adelante. No puedo fallar, pero tampoco puedo verla sufrir más. Respiro hondo y regreso a la habitación.
. Alissa me mira en cuanto entro. Su expresión ha cambiado. Su mirada es dura, desafiante, pero sus ojos siguen enrojecidos por el llanto. Se nota que intenta parecer fuerte.
—¿Otra vez tú? ¿Qué quieres ahora?— Su tono es cortante, lleno de rabia contenida.
. Cierro la puerta tras de mí y me apoyo en la pared.
—Hablemos.
—¿Hablemos? —dice con voz irónica y me mira con desconfianza.— Ya te dije que no voy a decirte nada.
. Suspiro. Esto no será fácil. Me acerco lentamente, con las manos en los bolsillos.
—Escucha, Alissa... No tienes idea de con quién estás tratando. No soy el único aquí, y créeme, hay personas mucho peores que yo.
—¿Me lo dices como advertencia o como amenaza? —me interrumpe.
—Como advertencia. —Respondo con sinceridad.— Tienes que ser inteligente.
—¿Inteligente? —Alissa suelta una risa irónica.— ¿Y qué sugieres? ¿Que les entregue a mi padre y finja que todo está bien?
—No... —Me acerco más. Ella no me quita la mirada, Es valiente.— Pero si sigues desafiándolos, van a hacerte daño. A ti y a tu hermano.
. Veo cómo su expresión cambia por un segundo cuando menciono a su hermano. Ahí está. Su punto débil.
—Si realmente te importara, me dejarías ir. —Su voz es apenas un susurro.
. Aprieto la mandíbula. Quisiera hacerlo. Pero si lo intento, estamos muertos los tres.
—No puedo hacer eso.
—Entonces no me digas que te importa. —Sus ojos se llenan de lágrimas otra vez, pero las reprime.
. Me quedo en silencio. Maldita sea. Esto es lo que quería evitar.
—Si confías en mí... te prometo que te sacaré de aquí. —Digo al fin.
. Sus ojos se agrandan. Está confundida.
—¿Qué?
—No puedo ahora, pero encontraré la forma.
—¿Por qué harías eso?
. No respondo. Ni yo mismo tengo la respuesta. De repente, la puerta se abre bruscamente. Selené entra, con su sonrisa cruel de siempre.
—Qué lindo. —Dice, cruzándose de brazos.
— ¿Ya somos mejores amigos?
. Alissa frunce el ceño.
—¿Qué quieres y quién eres?
—No te importa quién soy, y solo vine a decirte pequeña niña malcriada que mi jefe quiere respuestas. Y créeme, si Elías no puede hacerte hablar... alguien más lo hará.
. El ambiente se enfría. Alissa traga saliva, pero no desvía la mirada.
—No tengo nada que decir.
. Selené ríe y me lanza una mirada burlona.
—Bueno, entonces será a la fuerza.
. Se gira para salir, pero antes de cerrar la puerta me dice en voz baja:
—Tienes hasta mañana. O me encargaré yo misma.
. Se va.
. Me paso una mano por el cabello. Esto se está saliendo de control.
—Elías... —Alissa me llama. Su voz es temblorosa.
. La miro. Su cuerpo está tenso. Por primera vez, la veo realmente asustada. Me acerco a ella y la miro a sus ojos, llenos de miedo.
—Voy a sacarte de aquí. Te lo prometo Alissa...- Digo mirándola, su carita es perfecta incluso muerta de miedo.-
. Y esta vez... lo digo en serio. La sacaré de aquí, sea como sea, Tengo que idear un plan para sacarla a ella y a su hermano sanos y salvos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.