Capítulo 2: Un enfrentamiento

Kiara

El día lunes llegó en un abrir y cerrar de ojos.

Mi cuerpo estaba en alerta, mis músculos tensados y un nudo en mi garganta. La espera sólo lograba ponerme aún más nerviosa y simplemente quería esconderme en la comodidad de mi cama. Sería tan sencillo, pero no había decidido ser una artista porque fuera fácil.

Aún me faltaba un largo camino por recorrer, que comenzaría con el protagónico de Falling in love. Podría parecer una obsesión, pero en un mundo tan competitivo como lo era la industria del entretenimiento, debías estar mejorando constantemente e ir incrementando tu fama a nuevos niveles si decidías quedarte estancado, entonces en cualquier momento te podían reemplazar.

El auto se detiene frente al edificio donde sería la audición, mis latidos se aceleran mientras caminamos e ingresamos por la puerta trasera. Sam me guía por los pasillos y luego nos detenemos en una sala de espera. Mis ojos se detienen en las dos actrices que también estaban esperando.

Les dirijo una sonrisa y ellas hacen lo mismo. Tomo asiento en uno de los sofás y luego San se sienta a mi lado. Nunca había sido una persona paciente, pero estaba tratando de lucir lo menos alterada posible.

Mis manos estaban en mi regazo, sujetando con fuerza la tela de mi falda tratando de calmar la revolución de emociones que permanecía en mi estómago.

Cuando comienzan a llamarnos, una por una, todo se vuelve un caos.

—Kiara, puede ingresar a la sala— dice una asistente y me pongo en pie.

Mis piernas temblaban ligeramente en cada paso, pero mantengo mi espalda recta y mi rostro adornado con una suave sonrisa. Acomodo mi cabello una vez más antes de entrar a la habitación.

—Buenos días, Kiara. Puedes actuar la escena número 1005— asiento y respiro profundamente mientras tomo el guion entre mis manos.

—Durante toda mi vida he seguido todo lo que el mundo esperaba de mí. Permanecí en uno de los hospitales más prestigiosos del país y fui la pareja de Andrew, pero no podía hacerlo más. Siempre había deseado ayudar a las personas de la manera más cercana posible, no quedarme atrapada en las salas VIP donde sólo trataría a mis pacientes dependiendo de su nivel económico— suspiro.

—Y en realidad nunca he amado a Andrew. Nuestras personalidades no son compatibles y nunca sentí lo mismo que en el momento en que te conocí. El mundo puedo ser ruidoso, puede esperar mil cosas de mí. Pero yo sólo deseo estar a tu lado. No me importa si dejas de ser el presidente de una empresa, cual sea tu profesión, aun así me enamoraría de ti—

—Puedes esperar con tu manager en una de las habitaciones que hemos reservado para cada una de ustedes. Les comunicaremos los resultados— asiento y salgo del lugar.

Entremos a la sala de descanso y camino directamente al sofá, cierro mis ojos y recuesto mi espalda contra el respaldo. Mi cabeza comienza a doler por el cansancio de tantos días de trabajo y siento la mirada de Sam sobre mí.

—¿Quieres que te traiga algo de beber?— cuestiona y asiento.

—Me gustaría un té, por favor— respondo.       

Sam sale de la habitación y abro mis ojos cuando escucho unos pasos acercándose. Levanto mi cuerpo justo antes de que la puerta se abra y por ella entre un hombre con su rostro cubierto por la capucha de su sudadera.

—¿Qué es lo que quieres?— cuestiono nerviosa.

—Sólo he venido aquí porque estaba… ¿Kiara?— podía reconocer esa voz en cualquier lugar.

—¿Qué haces aquí, Evan?— pregunto con disgusto.

—Estaba huyendo de unas fans, pero ya que te he encontrado aquí. Disfrutaré estos momentos— contesta.

Podía sentir como mi cuerpo comenzaba a arder con furia recordando su entrevista. Simplemente con mirarlo, podía provocar todo eso en mí.

—¿Quién crees que eres? ¿Piensas que es divertido hablar sobre mí en televisión?— digo molesta.

—Yo lo he disfrutado tanto, Kiara. Especialmente estaba ansioso por ver tu reacción— sin poder contenerme, me pongo de pie y camino acercándome a él.

—Yo no me divierto— le grito.

—En realidad no me importa lo que sientas. Si no querías que algo así pasara, tal vez no debiste haber hecho eso la última vez— contesta.

—¿Por qué? ¿Acaso arruiné tu cita?—

—Cada que hagas algo, Kiara. No voy a quedarme con mis brazos cruzados— amenaza.

—Tú fuiste quien comenzó todo. No voy a detenerme ahora— salto sobre él y ambos caemos al piso.

Su respiración a sólo un par de centímetros de distancia, podía ver el enojo en sus ojos y mis latidos se aceleran por la discusión que acabábamos de tener.

—¿Qué vas a hacer a continuación?— cuestiona con la voz más ronca, supongo que por haber gritado.

—Yo…— observo su cara fijamente y las palabras no salen de mis labios.

—Kiara, el director acaba de decirme que…— Sam abre la puerta abruptamente y me levanto del cuerpo de Evan de inmediato.