Capítulo 3: La prueba

Kiara

—Como les había dicho, el director te ha seleccionado— una gran sonrisa aparece en mi rostro y me olvido incluso de la presencia de Evan. —Sin embargo, quieren que tú y Evan actúen una escena. Todo el equipo los estará observando y también será grabada para comprobar que se vean bien ante las cámaras— termina de decir.

—¿Cuándo será la prueba?— le pregunto.

—El día de mañana. Les darán un día para que se aprendan las líneas, ya que la escena debe de ser romántica— frunzo mi ceño.

—¿Romántica? Entonces eso significa que él y yo debemos de…—

—Sí— contesta y no puedo responder.

No debería sorprenderme. La mejor manera de saber si nos veíamos bien juntos era en un beso. Además todo el equipo debía asegurarse que podíamos actuar de manera adecuada para el otro. Podría hacerlo perfectamente. Por el bien del equipo y por respeto a cada uno de los involucrados. Incluso si besarlo era lo último que hubiese imaginado, pero, después de todo era una historia de romance y los besos siempre eran uno de los momentos más esperados por el público.

—Debemos pasar a la empresa antes de dejarte en tu departamento. Así que lo mejor es que nos vayamos lo más pronto posible— asiento y veo por última vez a Evan, quien había permanecido en silencio, antes de salir de la habitación.

Supongo que también debió de sorprenderle el tener que besarme. Podía comprender lo mortificante que debía ser tener que besar a tu peor enemigo y a quien él consideraba indigna de toda la fama que había alcanzado, yo odiaría cada segundo que nuestros labios permanezcan unidos. Sería completamente repugnante.

Un momento en la empresa se termina convirtiendo en seis horas y cuando estoy de vuelta en mi departamento, el Sol ya se había puesto. Mi cuerpo dolía de cansancio, había días en que lo único que deseaba era tener vacaciones o por lo menos un día libre. Pero era algo prácticamente imposible, cuando no me encontraba promocionando un nuevo álbum, estaba grabando una serie o entrevistas.

Y así había sido por los últimos años.

Practico mis líneas una y otra vez, hasta que mis ojos me exigen que duerma, cerrándose inconscientemente. Cambio mi ropa por mi pijama y me recuesto sobre mi cama, mi teléfono marcaba la 2 am y debía levantarme a las 5:30 para grabar nuevamente una escena que había sido eliminada de uno de los vídeos musicales próximos a estrenarse.

Cierro mis ojos luego de bloquear mi celular e inmediatamente me quedo dormida.

Levantarme de la cama era una de las cosas más difíciles del mundo, especialmente cuando amaba la suavidad y el calor que me brindaba permanecer enredada entre las sábanas y edredón.

Suspiro antes de dirigirme hacia el baño y comenzar a desnudarme para ducharme. Me visto tan rápido como me es posible y salgo de mi departamento.

—Toma— dice Sam tendiéndome un café y una bolsa de papel.

Con mucha delicadeza, abro la bolsa y observo una dona con glaseado de chocolate, mi estómago hace un ruido, deseando obtenerla.

—Guarda la dona para después— digo y tomo un trago de mi café.

—Necesitas desayunar— contesta.

—No necesito que la gente difunda rumores sobre un supuesto embarazo cuando mi estómago se inflame por consumir harina— había ocurrido anteriormente y fue uno de los rumores más difíciles de limpiar, semanas después, las personas seguían publicando sus teorías.

—Está bien. Pero antes de ir al set de Falling in love, ya deberás haber desayunado— asiento y continúo tomando de mi vaso.

Podía sentir el ardor de mi espalda, deseando recostarse por un par de minutos. Pero la grabación se había atrasado y ya era hora de ir a la prueba, que sería prácticamente al otro lado de la ciudad. Mis ojos se cierran inevitablemente durante todo el camino y Sam se asegura de despertarme justo cuando llegamos.

Me dirigen directamente a un camerino para luego comenzar a peinar mi cabello y maquillarme conforme a lo indicado en el guion. Me visto con la ropa preparada que consistía en un simple vestido de satén negro ajustado a mi cuerpo con un escote en “V” y salgo del camerino.

Había un nudo en mi estómago, las emociones comenzaban a acumularse como una bomba preparándose para explotar.

—Comenzaremos en cinco— escucho el grito del director.

Levanto mi mirada y me encuentro con Evan. Una chaqueta de cuero cubría sus brazos por completo, usaba una playera lisa color blanco junto a un pantalón de mezclilla retos. No podía fingir que no lucía atractivo, ese era uno de sus principales rasgos.

—Comenzamos en dos— mis ojos permanecen sobre su cuerpo, no podía apartar mi mirada de él.

Nos acercamos para comenzar la actuación y puedo sentir como mis latidos se iban volviendo más rápidos.

—Luces, cámara— respiro profundamente. —Acción—.

—No tienes que fingir nunca más. Eres libre ahora, así que ve por la chica que realmente amas— digo.

—¿No puedes verlo? No deseo correr detrás de alguien. Yo sé perfectamente qué es lo que quiero— responde.