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Flashback

—Fíjate que ya estoy al tanto de todo –informa Heeseung a la chica–. Tus amigas están en aprietos. Y si no estás aquí para pelear conmigo ¿qué se te ofrece entonces?

Esa era la pregunta que estaba esperando.

—Quiero hablar con tu rey. –contesta sin dar largas. Heeseung alza ambas cejas, interesado en qué querría ella hablar con Jungwon.

—Habla. Soy ojos y oídos del rey, ¿qué quiere una cazadora de vampiros hablar con el rey de los vampiros?

—Quiero un acuerdo. Un acuerdo que les conviene ahora a los vampiros. –aclaró antes de que el otro soltara una negativa.

Una leve inclinación de cabeza fue la única reacción que obtuvo por parte de Heeseung. Estaba muy nerviosa por esta parte del plan, y en su mente solo se repetía una frase: “firme y serena”.

Era lo único que Heeseung podía oír, impidiéndole encontrar algo con lo que revelar sus verdaderas intenciones. Pero ese mantra que repetía en su mente le indicaba que tenía miedo, y estoy podría ser indicio de que sí haya una intensión oculta en su propuesta.

—¿Nos conviene? ¿Solo a los vampiros? –cuestionó él.

—Tu raza es la que está en apuros, así que sí –responde con seguridad– ¿Quieres saber por qué?

—Si te place contarme.

Gigi sonrió triunfante por aquella respuesta. Hurgó entre la bolsa que colgaba sobre su torso y sacó un pequeño libro. El príncipe enarcó una de sus cejas en cuestión.

—Primero lo primero, deja ir a mis compañeras. –ordenó ella.

Heeseung no tenía ni idea de lo que contenía aquel libro, y que la cazadora lo sostuviera como un arma peligrosa, lista para usarla con él, no le agradó para nada. Gruñó desde el fondo de su garganta y lanzó la orden a sus hermanos.

—Listo. Ahora habla –demanda en un tono cansado– ¿Qué lleva ese libro?

Podía no confiar en sus palabras, pero Gigi podía sentir la energía de sus amigas en calma ahora, lo que indicaba que ya no estaban combatiendo.

—Este libro habla del gen de los cazadores –lo mira de reojo–. Supongo que ya las brujas debieron de informarles acerca de esto.

—¿El gen que es imposible de exterminar? –ríe por lo bajo–. Sí, recibimos muy tarde dicha información.

—Exacto. El gen que posee nuestras armas, las cuales ustedes no pueden tocar y mucho menos destruir.

—¿Qué con eso?

—¿Acaso no lo ves? –inquirió y no recibió repuesta–. Supongamos que hallan la forma de tomar las armas y ocultarlas, ellas buscarán a quien sea como portador de luz. Esta vez lo hicieron con chicas jóvenes, pero ¿qué les asegura a los vampiros que será igual la próxima vez? Digamos que ganan esta vez, ¿lo harán la próxima? ¿Pueden asegurarlo?

—Maldición, cuántas preguntas –rueda los ojos en un gesto de irritación–. Ya deja los rodeos y escupe de una vez qué propones.

—Un acuerdo de paz.

—Paz es lo que ya los vampiros tenemos.

—Es lo que ustedes creen –replica sin dejarlo acabar–. Mientras el gen de luz siga vivo ustedes jamás tendrán paz.

El silencio del príncipe contentó a la pelirroja, significaba que había llamado su atención. Heeseung logró escuchar ese pensamiento y sonrió.

—Aún no cantes victoria solo porque la propuesta me hizo pensar –la reacción de la chica fue confusión–. Puedo leer mentes, esa es mi habilidad.

Su gesto confundido cambió a uno de sorpresa. Había olvidado las habilidades de los vampiros, y este justamente leía mente, ¿será que…?

Decidió callar sus pensamientos al sentir la mirada penetrante del otro. Heeseung suspiró rendido, ya no tenía nada que hacer allí, y ya había oído a la cazadora.

El plan inicial de matarlas dio un giro bastante inesperado, y a Jungwon le desagradará que haya sido así seguramente. Pero, aunque no quiera demostrarlo delante de ella, su propuesta era por lo menos de considerarse.

—Le daré tu mensaje al rey –concluye y hunde sus manos en los bolsillos del pantalón–. Él no es de considerar una sola palabra que venga de los cazadores por lo que es muy probable que la rechace –no obtuvo respuesta–. Si resulta lo contrario yo te buscaré, líder élite. Por ahora solo espera.

—Esperaremos, pero aun así seguiremos asesinando vampiros que vengan a cazar en el pueblo.

Heeseung sonrió con sorna.

—Por supuesto.

Con una leve reverencia el vampiro se retira, permitiéndole a la pelirroja respirar con tranquilidad.

Fin de Flashback

—¿Un acuerdo de paz? –Interviene Daphne– ¿Como el acuerdo con las otras criaturas que cuenta el libro de historia?

—El rey no aceptará esa propuesta. –sentencia Jihyun, oyéndose levemente molesto.

—Confío en que sea así. –replica Gigi cruzando sus brazos con superioridad.

—¿Cómo dices? –Cuestiona Claire– ¿Propones algo que esperas ellos rechacen?

—O acepten –se encoge de hombros–. Si la rechazan entonces seguiremos detrás de ellos como sus malditas pulgas, jodiéndoles la existencia. Si la aceptan ayudaremos al pueblo cambiando algunas cosas de las cuales ellos deben estar de acuerdo. Además, nos dará el tiempo para hacernos más fuertes, lo suficiente para acabar con todos.

—Unnie, no sé si estoy mal pero… por donde lo veas el plan resultará caótico para todos. Los humanos incluidos. –comenta Claire con un temor en su tono.

—Es inevitable. Si es necesario tomar decisiones dolorosas pues así será. –contestó con indiferencia.

—¿Te estás oyendo? –Exclama Mary con incredulidad– ¿A qué clase de decisiones dolorosas te refieres?

La pelirroja no responde. Cruza miradas con Mary por unos segundos, y es que esta entiende claramente el sentido de su mirada, por lo que su semblante se aflige. Con eso la menor supo que Gigi se refería a ella y Niki cuando hablaba de tomar decisiones dolorosas.