13

Niki estaba muy feliz, y no podía ocultarlo en el desayuno sentado a la mesa. La chica de la cual estaba enamorado había correspondido sus sentimientos, aunque no lo haya dicho con palabras ella le había seguido el beso.

Lástima que no pudo decirle lo que sentía ya que cuando se separaron ella salió huyendo. Puede que esa reacción signifique malas noticias, pero él no quería pensarlo así, quería ser positivo y mantener sus esperanzas en ese beso correspondido.

Jay, sentado frente a él, le miraba impasible, no sabía si usar la escena que presenció en el bosque para su conveniencia o golpearlo hasta la muerte por interrumpir lo que le había costado días lograr.

Flashback

Un poco más. Solo un poco más y ella estaría a su lado.

Jay estaba idiotizado por aquella cazadora, ninguna humana había despertado sus más profundos instintos posesivos como Edith lo había hecho. Más allá de una reacción natural por ser su alma gemela, era por cómo ella luchaba como una tigresa y después cambiaba a su lado sumiso, transformándose en una gatita.

Estaba cerca. Podía sentir cómo su cuerpo ardía de deseo por tenerla cerca. Se sentía como fiebre. Una tortuosa y excitante fiebre.

—¿Mei?

Esa voz. Sabía a quién le pertenecía pero… ¿Qué hace él allí?

—¡Mary!

Su concentración flaqueó y al final la conexión que tanto le había costado se esfumó. Maldijo en el momento que sintió a su latido marcharse, correr de regreso a su refugio.

Maldijo entonces a Niki solo por existir. ¿Qué hacía ese niño en este bosque?

Sus dudas fueron aclaradas en el momento que buscó en la dirección que se había oído su voz y lo encontró. No estaba solo. Él estaba besando a una chica, la cual reconocía como una de las cazadoras élite.

Mierda. Qué inoportuna coincidencia.

Fin de Flashback

—Hay un anuncio importante que quiero dar. –es Jungwon quien habla, robando la atención de los presentes.

Era la hora del desayuno, y todos comían absortos en sus pensamientos hasta que la voz del rey rompió el silencio.

—¿Es algo bueno, hijo? –cuestiona su padre con una sonrisa, era obvio que sabía lo que Jungwon diría, probablemente fue el autor de aquel anuncio.

—Lo es –sonrió de igual forma–. Tenemos el gran honor de recibir a las cazadoras élites en el palacio para una cena de acuerdo.

Gestos de sorpresas se pudieron apreciar entre los hermanos en la mesa.

—¿Vendrán al palacio? –dijeron Niki y Sunghoon al unísono y luego intercambiaron miradas confundidas.

—Así es, ¿no es maravilloso? –se expresó su padre con cierto orgullo.

—¿A qué te refieres con cena de acuerdo? –pregunta Sunoo.

—En la última pelea con las cazadoras su líder nos ofreció un acuerdo –comenzó Jungwon–. El cual hemos meditado, y decidimos cambiar nuestro objetivo a destruir esta noche.

—¿Cambiar objetivo? –repitió curioso Niki–. ¿Las cazadoras ya no serán nuestro objetivo?

—No el principal –respondió el rey–. Ese es el gen de luz. Este acuerdo nos dará el tiempo suficiente para sobrevivir y encontrar la manera de destruir el gen. Como plan B, si tenemos que matarlas a traición para acabar con el gen después, entonces que así sea.

—¿No es brillante? –elogia su padre con una sonrisa de satisfacción.

Silencio. El mismo que inunda el espacio cuando las alabanzas se concentran en Jungwon. Todos detestaban oírlo, pero solo uno de ellos se atrevía arruinar el momento.

—Tiempo suficiente para sobrevivir –bufó Jake y todos pasan su mirada en él, quien a pesar de los últimos acontecimientos se ha mantenido invisible– ¿Aceptarás el acuerdo? ¿No cree que está dando su brazo a torcer, majestad?

Los presentes notaron la burla en su tono formal al hablarle a Jungwon. Miraron atentamente a Jungwon a la espera de su réplica, mas quien habló fue el antiguo rey.

—Te prohíbo que le hables así a tu rey. –dijo en un tono autoritario. Jake sonrió divertido sin quitarle los ojos a Jungwon de encima.

—¿Estás seguro de que eres tú quien gobierna Rot, hermanito? –se rió ante su silencio–. Y se supone que este es nuestro rey. Mostrándose generoso con el enemigo y cobarde ante su propio reino.

—Jake, ya habíamos hablado de esto –advirtió Heeseung–. Ese es el plan inicial.

—Y me parece una falta de respeto a nuestro orgullo –refutó pausadamente–. Se supone que somos monstruos, demonios, bestias… no quiero darle a nadie una imagen que no piensan de nosotros. Es mejor cuando nos temen.

—Silencio. –farfulló su padre, pero Jake continuó.

—De esa forma recibimos respeto de otras criaturas. Esto nos pondrá en desventaja en todos los sentidos. Seremos el hazme reír del pueblo y la vergüenza de nuestra raza.

—¡Cállate, Jake! –ordena su padre– ¡Estás hablando como un idiota!

—No, padre –sonrió divertido–. Estoy hablando como un rey.

Y con eso se puso de pie y se retiró del comedor, con la frente en alto y un semblante de satisfacción. Era momento de desmostarle a su padre quién es el mejor heredero al trono.

XXX

Las seis cazadoras élite se presentaron delante del palacio rojo a la hora acordada en la invitación que recibió Gigi. Jihyun, Sunho y Jaemin las acompañaban por insistencia de Jenha, y esta por votación se quedó en el refugio.

Los vampiros que custodiaban la gran puerta ya estaban enterados de la invitación al palacio, por lo que les cedieron el paso al instante. Escoltados por un guardia hacia el salón del trono apreciaron al rey sentado en su lugar, acompañado por sus hermanos ubicados de pie a sus costados.

Allí comenzó el intercambio de miradas.

Jay buscaba por todos los medios la mirada de Edith, pero esta le huía a toda costa sacándole una sonrisa traviesa al chico. Sunghoon sonrió de modo que sus ojos desaparecieron cuando Claire lo miró y las mejillas de ella se enrojecieron. Heeseung se volvió a ver a Daphne, quien arqueó su ceja de forma retadora y él respondió con un guiño.