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 Los chicos permanecieron en total silencio al oír la propuesta de Heeseung para después, confundidos y en desacuerdo con sus palabras, comenzar a cuestionar todos a la vez, oyéndose un coro desafinado de quejas.

 —¿Quieres entrar en guerra contra nuestra propia raza?

 —Me niego a hacerle daño a mi alma gemela.

 —Es una locura –dice Jay con seriedad–. Jungwon puede ser un dolor de cabeza pero es nuestro hermano, e ir contra mi latido sería como arrancarme un brazo.

 —¿Qué rayos estás pensando?

 —¡Silencio! –Suspiró el mayor, sobando su nuca con cansancio–. Déjenme terminar, bola de sanguijuelas. No digo que matemos a Jungwon, y mucho menos que nos deshagamos de las cazadoras. Sé lo importante que es un alma gemela para un vampiro.

 —No, no lo sabes –sonrió Jake con burla–. Solo sabes qué es un latido, pero desconoce lo que implica hacer ese latido tu alma gemela. Es mucho más complicado que solo hallar a tu pareja eterna y vivir feliz por siempre o morir en vida como un imbécil.

 —¿A qué te refieres con morir en vida? –cuestionó Niki.

 —Puedes sentir a tu alma gemela, tu corazón te lo dice, pero ella no lo siente –comenzó Jay acomodándose en su lugar–. Así que corres el riesgo de que te rechace provocando en tu alma una profunda tristeza de la cual no puedes deshacerte.

 Los pensamientos de Niki fueron abordados por recuerdos de Mary, de su pequeña sonrisa de labios cerrados y los gestos involuntarios como morderse las uñas. Su pecho dolió y cerró los ojos con pesadez.

 —Pero eso solo si llegas a la última etapa. –soltó Jake con desdén, llamando la atención de todos.

 —¿Etapa de qué? –preguntó Heeseung algo perdido ante tanta información dada por ambos chicos.

 —Las etapas del enlace –respondió Jay–. Está la primera etapa, que es la del latido. Esa etapa no nos afecta mucho. Solo ocurre y ya.

 —¿No afecta? –interrumpió Sunoo desconcertado–. ¿Y cómo es que a Sunghoon lo afectó mucho?

 —Sencillo, porque es un marica.

 Sunghoon miró mal a Jake y estuvo a punto de lanzársele encima de no ser porque Sunoo lo detuvo.

 —Bueno, afecta más a unos que otros –remedió Jay–. Depende de… la personalidad del vampiro, supongo.

 —Claro, la personalidad. –rió el otro y Heeseung lo chitó.

 —Luego viene la aceptación, ocurre cuando estás de acuerdo con la elección de tu alma, nuestros ojos cambian de color, y en dado caso de que no sea así tienes la posibilidad de detenerte.

 —Es decir, que en este punto puedes rechazarla –explicó Jake un poco más tosco–. Tu corazón seguirá latiendo cuando crucen miradas, pero eso es todo. No sentirás la necesidad de completar el resto de las etapas. En cambio, si la aceptas ya no hay vuelta atrás. O ganas o pierdes.

 —¿Cuál es la etapa que sigue? –habló Sunghoon interesado con la conversación.

 —La mordida –soltó Jay mordiendo su labio inferior ante el recuerdo de su latido bajo su merced–. Con la mordida, creas una conexión de almas. Básicamente puedes sentir su energía con más intensidad y viceversa, entre otras cosas sin importancia.

 —En este caso, el rechazo duele. Mucho. –acotó Jake, compartiendo miradas con Jay.

 —Y por último, la etapa final –se encoge de hombros–. Aquí tu alma y la de ella se vuelven una sola. Dependes de ella, vives de ella y mueres por ella.

 —¿Cómo completas esa etapa? –cuestionó Sunoo con curiosidad.

 —¡Sexooo! –exclama Jake para después romper a carcajadas seguido de Jay, a lo que los demás ponen los ojos en blanco.

 —Quisiera saber cómo es que saben todo eso. –dijo Heeseung entrecerrando los ojos.

 —Padre ocultó en su despacho el resto de la información después de lo ocurrido con Jungwon. –confesó Jay, haciendo que todos los presentes lo vieran con el ceño fruncido.

 —¿Lo de Jungwon? –preguntó Niki falto de información. Heeseung presionó el puente de su nariz y desvió la conversación.

 —Viendo así el tema de las etapas, y que la mayoría está a la defensiva cuando hablo de las cazadoras, ¿quién en esta sala completó la segunda etapa?

 Sunghoon levantó su mano, seguro de que sí lo había hecho, ya que no sentía rechazo por su latido. Sí la quería. Entonces Jay lo acompaño, alzando la mano sin ningún remordimiento. Heeseung bufó con molestia.

 —¿Alguno de ustedes avanzó a la tercera etapa? –se cruzó de brazos, mirándolos con desaprobación.

 Sunghoon bajó inmediatamente la mano, pero Jay la mantuvo en alto, sonriendo con un deje soberbio. El mayor lo riñó con la mirada, a punto de comenzar una discusión cuando miró por el rabillo del ojo a otro de sus hermanos levantar la mano.

 —¿Niki? –exclama Jake con sorpresa y diversión mezclados en su tono–. ¿Mordiste a la pequeña cazadora? Realmente no me lo esperaba de ti…

 —Fue un accidente. –cortó escuetamente la retahíla de palabras que estaba soltando su hermano.

 La primera vez que se cruzó con Mary. Esa noche él la había mordido, por lo que inconscientemente creó una conexión de almas con Mary. Heeseung refregó su rostro con frustración.

 —Esto me gusta –comentó Jake riéndose–. Ahora ¿quién creen ustedes que sea el primero en llevar a la cama a su latido?

 —Jake, ya basta. –lo reprendió Hee.

 —Sunghoon se ve ansioso por hacerlo. –dijo Jay siguiéndole el juego y el nombrado puso los ojos en blanco.

 —El pervertido de la familia eres tu –soltó Sunoo en defensa de su hermano a Jay–. Lo más seguro es que seas el primero.

 —Por supuesto que no –bufó el último–. El pervertido de la familia es Jake. Yo me divierto con la comida antes de degustar.

 —Entonces eres el degenerado de la familia.

 —¡Basta!–bramó Heeseung–. Dejen de jugar y pónganle la seriedad al asunto.

 Todos dejaron el tema de lado, mascullando algunas que otras malas palabras y arremedando al mayor.