Capítulo 62

Han pasado dos semanas desde lo ocurrido con Oliver, de momento no sé nada de él ni de Luke y tampoco tengo mucho interés.

Hoy ha venido Elizabeth a verme para ver como estoy.

—Pues lo dicho, estoy apunto de abrir un segundo establecimiento al otro lado del país —me explica refiriéndose a un segundo lugar de citas que está apunto de abrir en California.

Me estoy empezando a encontrar mal, estas últimas semanas no lo estoy pasando del todo bien. Tengo muchísimo sueño, por el momento tengo falta de aire y un dolor profundo en la parte de abajo de la espalda. También tengo algunas náuseas que me provocan ir corriendo al baño.

Salgo al baño corriendo sin avisar a Elizabeth, comienzo a vomitar y a tener arcadas. Ella al escucharlo se acerca. No me ha visto así.

—¿Estás bien Mia? —pregunta preocupada al verme mal.

—Si, es que llevo un par de semanas que de vez en cuando me dan nausias —ella se queda mirándome, es una mirada fría, fija.

—Mia… —me dice con miedo.

—Dime… —respondo a la vez que alzo mi cuerpo.

—¿Hace cuanto tiempo que no te viene la regla? —me pregunta y me pongo a pensar.

—Pues… —no sé si responderla sinceramente o mentirla—. Hace más de un mes —con todo el lío de Luke, Oliver, el trabajo y mi madre no me ha dado tiempo a darme cuenta de esto.

—Mia, voy a ir a comprarte un test de embarazo ya —justo las palabras que no quería escuchar.

Me quedo petrificada en medio del baño mientras observo marcharse a Elizabeth.

Decido ir a la cocina y preparar una tila. Cuando la tengo lista me siento en el sofá del salón. No puedo estar de pie ahora mismo.

En pocos minutos vuelve con un test, yo me sigo encontrando sentada y sin apenas moverme.

Me lo alcanza... el test va dentro de una bolsa.

Me voy corriendo al baño. Sigo las instrucciones paso a paso y espero a que salga algo. Todo va lento, la pantalla se queda congelada y el tiempo tan bien.

Ya no me quedan uñas para morderme, Elizabeth me mira con cara de pocos amigos, no se quiere imaginar lo que puede llegar a salir en la pantalla.

Tengo la sensación de que el corazón se me sale del pecho, va a explotar.

Las piernas no paran de temblar, soy un flan ahora mismo.

De repente la pantalla comienza a cambiar, miro rápidamente, me levanto tan rápido que llego a tirar un gel y una colonia que hay a mi lado. El cristal golpea con el suelo y se expande en mil pedazos.

Miro el test y sale…

Continuará...