Luna de la Bestia

Capítulo XXIV: No soy, ni tú eres mi futuro.

 

 

EROS KUZNETSOV V.

 

Traspasar el bosque  resultó una tortura en mi mente, mi capacidad en tomar una decisión rápida se vió vulnerada por mis sentimientos, después de todo Ashton tenía razón, era debil, sentir te volvía débil. 

 

No hay día en el que deje de sentirme culpable por la muerte de mi madre, pude haberlo evitado si hubiese sido como mi padre, la hubiera defendido si sólo hubiese tenido el coraje suficiente para matar a su adorable compañero cuando lo ví por primera vez en la salita de lo que fué mi dulce morada en los primeros años de mi vida. 

 

En cambio fuí un crío iluso que creyó tener por fin una familia, iluso.

 

Mi yo sensible se ahogó en un pantano con la única imagen del glorioso e sarcónico rostro de mi padre y sus manos apretando mi garganta, ahí se ahogaron mi  ingenuidad asimismo la compasión e debilidad. Por años quise reflejar seguridad ante los demás evitando ceder ante los remordimientos que causaban mis recuerdos, remordimientos que sólo las acuarelas junto a los pinceles conocían pues eran testigos del descontrol apasionado de un aún débil idiota, aún sentía.

 

«Sentir te hace débil, un asesino no es débil, haz que me sienta orgulloso de ser tu padre, mátalo Eros, demuéstrame que no eres débil. »

 

La perspicacia que tenía Ashton para hacerme sentir inferior era muy eficaz puesto que se mostraba como un héroe frente a un chiquillo con ansias de complacerlo,  hubo un tiempo en el que me creí que era un fracaso, una vergüenza de hijo ante los ojos del gran Ashton pero no duró mucho ya que me di cuenta que él sólo era un vil manipulador al cual nunca podría considerar como padre. 

 

Después de todo aún sentía, verla inconciente me recuerda de alguna manera a mi madre, tan inocente e ingenua. 

 

—   ¿Tiene que irse?  — Limpio las lágrimas de quién al parecer ha logrado encontrar en Katthlenn a una amiga, Rose esta devastada y se siente culpable por ponerla en esta situación debido a su descontrol. —  Al menos déjame intentarlo, sé que puedo hacerlo.

 

La azabache no tiene la culpa de lo ocurrido, al ser una hechicera es más propensa a ser guiada por sus habilidades  debido a la falta de instrucción, Rose debió ser presentada a un aquelarre apenas la encontré, pero como ella quedó con algunos traumas  no vi conveniente dejarla a que sea denigrada por ser huérfana y la acogí en nuestra manada.

 

 —  No podemos hacer nada más renacuaja, debe irse, estará bien.

 

—  ¿Y si no despierta nunca más?

 

—  Rose, mírame  — Me agacho hasta quedar a su altura —  va a despertar, estoy seguro que lo hará,   — sinceramente tengo mis dudas —  no fué tu culpa, es mi culpa.

 

Su ceja derecha se levanta y me mira con confusión —  ¿De qué hablas Eros?

 

—  Cosas no aptas para niños.  — Trato de zanjar la conversación fallidamente.

 

—  ¿Han tenido encuentros casuales para procrear? ¿Han tenido sexo?

 

—  ¡¿Qué?!  — ¿Quién mierda le enseñó esa palabra? —  ¿Tú cómo sabes acerca de esa palabra?  — ¡Es una niña! —   Mas vale que hables si  quieres volver a ver la luz del día, ¿Acaso tienes algún noviecito? ¿Él te ha enseñado esa palabra…?  —  me mira divertida —  Dime quién es para ir a visitarlo.

 

—  Esa palabra como tú le dices hace buen tiempo dejó de ser un tabú, y me lo enseñaron en el colegio al que iba, es para tener conocimientos básicos acerca de la..

 

—  No vas a ir más a ese colegio.  — La interrumpo.

 

—  Hace tiempo que ya no voy  — añade obvia —   además, creo que no hay nada de malo en tener educación sexual, es muy bueno viéndolo de un...

 

Un lloriqueo interrumpió nuestra charla, lágrimas saladas caen por sus mejillas mientras que sus pestañas negras yacen húmedas, su cabello platino está atado en un moño improvisado que Rose le hizo, sus bonitos labios rosados tiemblan junto a su cuerpo, se ve tan vulnerable que me dan ganas de acogerla entre mis brazos y jamás soltarla.

 

¿Qué me estás haciendo Katthlenn?

 

Tiene que irse, yo sólo soy un egoista que no está destinado a ser feliz, los asesinos nunca deben serlo y menos con alguien tan pura. Ella no sólo es ajena a mi naturaleza sino a las injustas leyes que rigen nuestras vidas, ella es libre mientras que yo me mantenga lejos, no puedo permitir que perezca como mi madre con un trágico final a mi lado.

 

La tranquilidad de Damond me preocupa, sé que ha esperado años por su compañera y no va a permitir que la aleje tan fácilmente. 




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