Luna llena

SANGRE

El capitán Stunk terminó su discurso. Era hora de salir del pueblo. Todos nos deseaban un próspero regreso, algunos con  fervor y otros con lágrimas en los ojos. 

Una vez fuera, cerraron las puertas que rodeaba las murallas de madera que protegían nuestra comunidad, para luego cada grupo formar fila. El nuestro era el único a quien le faltaba un integrante. 

Stunk dio la orden y cada grupo partió a su determinado destino. Nosotros debíamos recorrer cientos de metros al sur de la muralla, verificar que no haya lobos bestias en el trayecto y regresar antes del anochecer. 

 

--han pasado unas horas desde que nos alejamos de los demás ¿estuvieron dispersando los excrementos de vaca por el camino? -- nos preguntó Ram

-- Por supuesto - le respondí -  es raro que no te hayas percatado. Últimamente andas distraída 

 

Los lobos "bestias" sea de día o noche, pierden olfato y fuerza al estar en contacto o cerca del deposito de ese animal. El general Stunk, cada vez que salimos de "excursión", entrega dos costales lleno de heces de ganado a cada líder de grupo y en esta ocasión, no fue la la excepción. 

No sabemos el motivo por el cual los debilita, lo cierto es que seguimos existiendo gracias a ello. 

 

--¿distraída?  - me respondió -  para nada, ustedes dos se encargan de cuidar y trabajar en la retaguardia, yo de la vanguardia. Somos un equipo Armand, no sabemos en que momento podemos ver aparecer a un lobo. 

--¡silencio! -exclamó Ricardo- se acerca uno 

 

Ram y yo voltiamos la mirada hacia el lado derecho donde se encontraba Ricardo, unos 15 metros delante de él , se acercaba con pasos lerdos, un lobo "bestia", que de manera torpe se golpeaba con los árboles 

 

--¡el sol está de nuestro lado! -exclame!- solo hay que tener cuidado de que no halla otro cerca

Ricardo estaba emocionado, íbamos a dar fin a la existencia de uno de ellos. Esa idea simplemente le excitaba

 

-le tenderemos una emboscada. Ustedes dos lo atacan por la espalda, yo iré de frente a su encuentro. Seré el señuelo. Aprovechemos qué es de día, su visión y olfato no lo ayudan- Ram dio las órdenes 

Cuando nos acercamos notamos que la bestia tenía sangre ajena es su ocico. El miedo invadió mi cuerpo por unos segundos, ya que era señal de que se había alimentado de un animal del bosque o tal vez de uno de los nuestros. 

 

 

 

 

 

 




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