Capítulo 4/?

"Primer entrenamiento (y un colapso emocional llamado Felix)"

El sol apenas había salido cuando la alarma de Céline comenzó a sonar con fuerza… y fue ignorada por cinco minutos. La primera en despertar fue Hana, puntual como siempre, y tras ella Yume, que caminaba como zombi con una taza de café. El resto fue arrastrándose poco a poco hacia el baño, medio dormidas, medio tropezando.

— ¿Quién usó mi delineador como marcador?

—gritó Soléne desde su tocador.

— ¡Yo no fui, lo juro! —respondió Aerin… con un bigote dibujado en la cara.

Entre empujones, secadores de cabello, pinzas para pestañas voladoras y comentarios como “¡esa no es mi blusa!”, lograron prepararse. Era su primer día en las salas de entrenamiento oficiales de JYP, y todas querían verse lo mejor posible.

Outfits y peinados del día:

Hana: moño alto, ropa deportiva negra con detalles dorados, mirada determinada.

Yume: coleta baja con lazos, conjunto gris suave, aire tranquilo.

Soléne: dos trenzas finas, top blanco con pantalón lila, rostro fresco con gloss.

Aerin: cabello suelto con gorro, crop top rojo y pantalón negro, energía pura.

Thalía: doble moño tipo "space buns", conjunto naranja, brillo en los párpados.

Nari: media coleta con broche rosa, camiseta oversize y shorts, estilo cute.

Céline: dos coletas altas, polera celeste y joggers blancos, vibe adorable.

Ava: cabello suelto con una trenza pequeña al costado, conjunto verde menta, maquillaje muy natural.

Ava había estado frente al espejo por diez minutos, observando sus pecas. Dudaba si cubrirlas o no. Las amaba, pero… ese día estarían con más gente.

— No va a pasar nada… es solo un día normal, —se dijo, suspirando.

Acomodó su mochila sobre el hombro. En el cierre colgaban un llavero de Felix —que tenía desde el tour de Maniac— y un pequeño peluche de Bbokari. Nada raro… excepto que ese día el universo decidió no ser normal.

———

Ya estaban en la sala de prácticas, sudando, peleando por posiciones, y discutiendo qué coreografía empezar.

— ¡Thalía, te adelantaste otra vez!

— ¡Nari me pisó!

— ¡Yo solo quiero bailar en paz! —gritó Yume mientras giraba sobre sí misma.

Fue justo en ese momento —cuando Soléne gritaba “¡alineación!” y Aerin se quejaba de que tenía hambre— que la puerta se abrió.

— ¿Esta no era nuestra sala reservada? —preguntó una voz masculina, suave… con acento australiano.

Todas se congelaron.

Stray Kids.

Ocho chicos altos, vestidos casualmente, mirándolas con cara de confusión. Entre ellos, Felix… con su sonrisa dulce, su cabello despeinado y el mismo acento que Ava.

Ava sintió que el mundo se detenía. Se aferró al brazo de Soléne y se escondió detrás de ella.

— Ay no ay no ay no ay no— murmuraba como mantra.

— ¿Estás bien? —susurró Soléne, conteniendo una carcajada.

Felix la miró, con la cabeza ligeramente inclinada… y notó el llavero.

— ¿Ese soy yo? —dijo señalando su miniatura colgando de la mochila.

Ava quería desaparecer.

— Es… solo… lo tenía desde hace tiempo… —balbuceó, con las mejillas encendidas.

Felix se agachó un poco, guiñándole un ojo con suavidad.

— Te queda bien el verde menta. Y tus pecas son bonitas, —dijo, con una sonrisa que derretiría acero.

Colapso emocional en 3… 2… 1…

Ava no pudo responder. Solo se escondió aún más, con el corazón latiéndole tan fuerte que hasta Céline lo escuchó.

El resto del grupo las saludó y entre risas, se aclaró la confusión: ambas salas estaban mal asignadas, y JYP no avisó del cambio. Al final, Stray Kids se quedaron un rato observando la práctica, dando ánimos (y provocando más de un tropezón por nervios).

Cuando se fueron, todas quedaron en shock.

— ¿Vieron eso? ¡COQUETEO! ¡Eso fue COQUETEO! —gritó Thalía.

— Ava… ¡Felix te habló! ¡TE GUIÑÓ! —Céline brincaba de emoción.

— No fue nada… solo un chico… guapo… con acento australiano… –murmuró Ava, todavía medio en trance.

Y mientras el sol seguía subiendo por el cielo de Seúl, una cosa era segura: ese primer día, ninguna de ellas lo iba a olvidar jamás.