Mi nombre es Lucía Sanders Baker, soy hija del alfa de la manada luna plateada llamado Sebastián y mi madre se llama Helena. Ellos dos me adoran con todo su corazón, nada más que yo soy ciega de nacimiento y tengo un hermano gemelo llamado Leonardo que es demasiado sobreprotector conmigo. Mis padres no se explican por qué nací así, si mi madre llevó su embarazo bien, pero siempre les digo a mis padres que no se preocupen tanto por mí.
Ella estaba sentada en el hermoso jardín de su casa. Solamente que ella se tenía que imaginar cómo eran las cosas en su propio mundo. Ella estaba demasiado tranquila y de repente siente la presencia de su hermano a su lado
Leonardo: por fin te encuentro, hermanita. Nuestros padres te han estado buscando por todas partes y no deberías de desaparecer tu olor cuando estamos en casa.
Lucía: siento mucho eso y te prometo que no lo vuelvo a hacer. Además, lo único que quería era tomar aire fresco y por eso salí al jardín, ahora quiero que me digas como está el día, por favor.
Leonardo: como tú lo acabas de decir. El aire está fresco, deberíamos entrar a casa, porque te puedes enfermar y a ellos no les gustara eso.
Lucía: tienes razón y si eso llegara a pasar ya no voy a poder salir al jardín. Solamente que en este lugar puedo sentirme más tranquila y en paz conmigo misma.
Él sabía que su hermana estaba bien, pero había llegado el momento de entrar a casa. Leonardo la ayuda a levantarse de su asiento, ella toma su bastón y a los pocos minutos entrar, además cuando lo hicieron sus padres se acercan a ellos
Helena: nos tenías muy preocupada. Jamás vuelvas hacer eso, porque pensamos que te había pasado algo y debes estar a nuestro lado como debe de ser.
Lucía: no me pasó nada y conozco perfectamente cada rincón de la casa. Entiendo perfectamente cómo se sintieron y les debo una disculpa por eso.
Sebastián: no es necesario que lo hagas y será mejor que le hagas caso a tu madre. Nada más que ahora vamos a salir a la feria y Leonardo no quiero que te separes de tu hermana.
Leonardo: así lo hare padre y cumpliré con mi deber de hermano igual que todos estos años. Sabré cuidarla perfectamente y no es necesario que me lo digas.
Ellos salen de su casa para después subirse a la camioneta que los iba a llevar a la feria. Solamente que ella tenía un presentimiento de que algo especial iba a pasar
Mi nombre es James Richardson Campbell y soy el alfa de la manada luna roja, pero el más temido de todos. Además, tengo casi todo lo que quiero y lo único que me falta es encontrar a mi alma gemela para ser completamente feliz al fin
James y Hans su beta habían ido a una reunión y ya se estaban regresando a su manada. Hans se detiene en la manada luna plateada, porque era algo que necesitaba hacer
Hans: necesito descansar de este viaje. Sera mejor que bajemos del auto para poder dan una vuelta y después seguiremos con nuestro camino a la manada.
James: está bien y solo será por unos minutos. Necesitas recordar que debemos de regresar a tiempo y el día de mañana tengo una reunión.
Hans: por supuesto que no tardaremos. Debo de reconocer que siempre has sido un alfa responsable y desde que llegamos a esta manada te veo demasiado intranquilo.
James: yo no soy el que se siente de esa manera sino mi lobo Daniel. Seguramente esta así, porque todavía no encontramos a nuestra alma gemela.
Ellos dejan de conversar para después bajar de la camioneta y al momento de hacerlo le llegó un exquisito olor a rosas. James escucha a su lobo Daniel cuando le dice que la había encontrado y a su amigo se le hizo extraña la actitud de él y como no le dice nada lo sigue hasta llegar a la una feria. El ve a su alma gemela desde lejos y se da cuenta de que ella era ciega
Mientras tanto en otro lugar de la feria Lucía estaba al lado de su familia y de repente le llega un olor exquisito de guayaba, pero su loba llamada Victoria le dice que su pareja eterna la había encontrado. Ella estaba preparada para su rechazo, porque nadie cargaría con una ciega
Leonardo: porque estás tan nerviosa. Además, ya nos vamos a ir a nuestra casa y podrás descansar, si quiero nos podemos ir ahora mismo.
Lucía: eso es precisamente lo que quiero hacer. Este día fue demasiado cansado para mí, pero lo único que quiero hacer es dormirme para poder despertar hasta mañana.
Leonardo: entonces nosotros nos retiramos padres. Espero que no se preocupen por Lucía estando conmigo y a mi lado nunca le pasara nada.
Sebastián: se pueden ir y quiero que me hables cuando hayan llegado. Esa es la condición que les doy para que lo hagan y estaré al pendiente de tu llamada.
El sonríe y todavía no podía creer que su padre lo seguía viendo como unos niños. Leonardo estaba seguro que eso nunca cambiaria, ellos se despiden de sus padres para poder irse y así lo hacen