En la mañana siguiente
Lucía: espero que todo lo que he vivido sea real y no un sueño. Solamente que en esta ocasión me hubiera gustado tener luz en mis ojos para tener un recuerdo de haberlo visto.
James: mi luna, esto no es un sueño y el más feliz por eso soy yo. Pero si quieres recuerdos los tendremos para que nunca me olvides, porque no hará falta que me veas.
Lucía: lo siento mucho, James. No quería que todo esto fuera producto de mi imaginación, aunque al encontrarte cambio mi vida para bien.
James: quiero que escuches los latidos de mi corazón y te vas a dar cuenta de que soy tan real igual que tú. No quiero que vuelvas a decir que soy un sueño para ti.
Lucía: ya me di cuenta de que eres real. Además, me gustaría recorrer la casa cuando hayamos terminado de desayunar y me pregunto si harías eso por mí.
James: haría cualquier cosa que me pidas con tal de que seas feliz. Porque para mí no existe nada imposible si estas siempre a mi lado.
Lucía: no siempre vas a estar a mi lado y la razón de esto es que tienes que ocupar tú puesto como el alfa de la manada, así que necesitas atender tus obligaciones.
James: haré todo lo posible para estar contigo y más cuando me necesites. Siempre sabré cuando será ese momento y ahora quiero solo mirarte.
Lucía: dicen que cuando un hombre lobo encuentra a su mate la marca. Entonces por qué tú no me has marcado todavía, acaso no me quieres en tu vida.
James: por supuesto que te quiero y estaba esperando el momento adecuado para hacerlo. Nada más que no quiero sentir tu tristeza, porque eso es precisamente lo que estoy sintiendo ahora.
Lucía: está bien y puedes tomarte el tiempo necesario. Porque no vale la pena seguir con nuestra conversación y será mejor que me levante de la cama.
Él no necesitaba más tiempo que pensar y James se acerca a su luna para poder besar su cuello y después de hacerlo él clava sus colmillos en el lugar donde iba a ir su marca y él se separa de ella con una sonrisa
James: por fin puedo decir que eres solo mía. No quiero que malinterpretes mis acciones y sé que fue un error no haberte marcado cuando te encontré.
Lucía: pensé que ya te habías arrepentido de haberme aceptado y tus palabras me tranquilizaron. Además, necesito sentirme segura de tu amor.
James: eso no es verdad y si fuera así nunca te hubiera traído a nuestra manada. Espero que con esto se te hayan aclarado las dudas que todavía tenías sobre mí.
Lucía: siento ser tan insegura. Ahora necesito tomar un baño para que bajemos a desayunar y debes de esperarme hasta que esté lista, así que necesitas sentarte.
Él se levanta de su cama cuando le dice que la llevaría y cuando la ayuda hacerlo Lucía le pide que le acerque su maleta, ella al momento de que la pone arriba de la cama empieza a sacar la ropa que se iba a poner y así lo hace y al poco tiempo con la ayuda de James entra al baño. El sale de ahí, pero sin antes decirle donde están las cosas, ella abre la regadera sintiendo las gotas de agua sobre su rostro y estaba fresca como le gustaba y el de repente toca la puerta del baño
James: si me necesitas voy a estar aquí afuera. Necesito que no olvides que estaré esperándote para que podamos recorrer nuestra casa juntos, mi luna.
Lucía: no te preocupes tanto por mí, por favor. Solamente te avisare cuando haya terminado y por supuesto que estaré encantada de que me esperes.
Él jamás se perdonaría si algo le pasara a su mate, ella era su vida y su lobo Daniel también se sentía intranquilo y no tenía por qué sentirse así
James: ella no debe de tardar mucho tiempo en salir del baño. Debemos de darle su espacio para que nos tenga confianza y lo que menos quiero es que sienta que somos diferentes.
Daniel: somos almas completamente diferentes y tú lo sabes a la perfección. Pero si yo hubiera tomado el control ella jamás se sentiría insegura y necesito que me dejes hacerme presente algunas veces.
James: eso solo pasara si te puedes controlar. Sera mejor que sigas durmiendo hasta que aprendas hacerlo y también debes de controlar tu fuerza cada vez que estés cerca de mi luna.
Daniel: nunca le haría daño a mi pareja eterna y me hare presente cada vez que ella se sienta triste y te conviene hacerla feliz. Espero que no olvides la advertencia que te hice.
Ellos terminan de conversar hasta que Lucía lo llama, ella sale del baño con su ayuda y se había puesto un vestido color rosa, James la acerca al tocador para que se sentara. Él toma el peine al verla sentada y le dice que le permita peinarla y ella acepta. Él empieza a desenredarle su cabello y ella se termina haciéndose una trenza