Capítulo 11

Lucía: por esa razón te pedí que recorriéramos tu casa para que me vaya acostumbrando a ella. Además, eres el alfa de la manada y debes de atender tus obligaciones, pero no todo el tiempo vas a estar a mi lado.

James: entiendo lo que me acabas de decir y quiero nunca escuchar de tus labios que me quieres dejar. Porque no lo pienso permitir, tu lugar es estar siempre a mi lado y juro por mi vida hacerte inmensamente feliz a ti y a nuestros cachorros que muy pronto vamos a tener.

Lucía: mi amado James, yo te prometo amarte toda mi vida y perdóname por todas mis palabras antes dicha. Nada más que pensé que lo hacía por tu propio bien.

James: nunca dudes de mi amor por ti, mi hermosa luna. Solamente que mi alma de hombre lobo se angustio mucho cuando nos dijiste que te querías ir, pero ya se tranquilizó.

Lucía: será mejor que olvidemos ese tema. Debemos de hacer como si nunca hubiera pasado y necesitamos pensar que seremos felices.

James: esa idea me gusta mucho. Ahora necesitare atender unos asuntos en mi despacho y en media hora estoy a tu lado, además se me olvido decírtelo.

Lucía: quiero que te tomes el tiempo suficiente. Porque yo me quedare dormida en nuestra recámara y sobre todo no me pasara nada en ese lugar.

Él no iba a permitir que se quedara sola por eso había hablado antes con una de las sirvientas para posteriormente llamarla y así lo hace. Ella llega a los pocos minutos que la llama

James: te hare responsable si algo le llega a pasar y debes de cuidarla muy bien como si tu vida dependiera de eso. Espero que hayas escuchado demasiado bien mi advertencia.

Sirvienta: así lo haré, alfa. Me encargare de su seguridad y puede irse tranquilo, ya que a mi cuidado no le pasara absolutamente nada.

James: me tengo que ir, mi luna. Pero aquí esta una de las sirvientas que te va a ser compañía por si necesitas algo. Solamente tienes que pedírselo.

Lucía: debes de irte hacer tu trabajo y yo siempre te esperare para que sigamos conversando como lo estábamos haciendo. Ahora te puedes ir sin que te preocupes por mí.  

Él sale de la recámara y se dirige rumbo a su despacho mientras que ellas se quedan en su recámara. Lucía estaba feliz, porque eso significaba que al final iba a tener una amiga

Sirvienta: buenas tardes, mi luna. Necesito decirle que a partir de este día le hare compañía por órdenes del alfa, solo que para mí será un gusto servirla.

Lucía: igualmente para ti también. Me gustaría saber cuál es tu nombre, porque no sería correcto decirte siempre sirvienta, ya que parece que estarás a mi lado cuando el no este conmigo.

Sirvienta: mi nombre es Mariana y puede contar conmigo. Nada más que en pocas ocasiones existen lunas que son educadas y respetuosas con los demás.

Lucía: me imagino que eso depende la personalidad del alfa o tal vez estoy equivocada. Pero es lindo tener alguien con quien hablar y seguramente ya se dieron cuenta de que estoy ciega y quisiera saber qué es lo que piensas de tener una luna ciega.

Mariana: nunca sabremos la respuesta a eso. Solamente que yo no pienso nada malo y si la diosa luna los eligió para que fueran mates la manada debe de estar feliz por su alfa y todos nosotros hemos sufrido por su mal carácter, además creo que hable de más.

Lucía: estoy consciente de que era así antes y las cosas van a cambiar para bien, pero con mi amor va aprender a suavizar su carácter, hasta ahora me ha demostrado que me ama y no me rechazo cuando tuvo oportunidad de hacerlo. Eso hace que lo adore más y nunca he escuchado que hubiera una luna ciega en todos estos años que tengo de vida.

Mariana: usted va a ser una excelente luna y sobre todo es compañera de nuestro alfa. Nada más que su ceguera no es una debilidad sino una virtud y necesitare que me perdone por mi atrevimiento.

Lucía: no tengo nada que perdonarte y muchas gracias por escucharme. Ahora lo único que quiero hacer es dormirme para soñar con mi nueva vida a su lado.

Ella se acuesta en su cama y cuando lo hace cierra sus ojos para quedarse profundamente dormida mientras que Mariana la cuidaba, pero ella no se equivocó al decirle esas palabras