Ellas salen de su recamará y Mariana la ayuda a bajar las escaleras con demasiado cuidado. Porque el alfa como siempre le había advertido que si algo le pasaba a su luna iba a pagar las consecuencias
Mariana: por fin bajamos al último escalón, mi luna. Nada más que ya viene el alfa por usted, ahora me tengo que retirar y me llama si necesita mi ayuda, por favor.
Lucía: por supuesto que te voy a llamar, pero también me gustaría que conocieras a mis padres y sobre todo a mi hermano, ya que necesito que los conozca.
Mariana: sería un honor poder conocerlos. Necesito retirarme, ya que el alfa la está esperando y debe de estar a su lado ocupando su lugar.
Él cuándo la vio bajar de las escaleras la observaba y su belleza era única. Además, lo único que no le gustaba era estar separado de ella y se acerca adonde estaba, Mariana se despide de ellos para dejarlos solos
James: sabía que ese vestido te iba a quedar hermoso. Ahora solo falta que tus padres lleguen y para esperarlos necesitamos tomar asiento.
Lucía: tienes razón, pero eres el único que me ve así, mi amado James. Estoy lista para este día tan especial donde me reuniré nuevamente con ellos.
James: precisamente hace unos momentos llegaron y lo primero que hicieron es preguntar por ti. Solamente les dije que estabas bien y parece que no se quedaron conforme.
Lucía: me puedes llevar con ellos, por favor. Porque necesito decirles tantas cosas que no puede hablar por teléfono y cuando se los diga lo entenderán a la perfección.
James: ahora mismo lo hago y los hice pasar a mi despacho para que puedan hablar con ellos más a gusto. Ellos solo quieren confirmar si eres feliz a mi lado.
Lucía: recuerda que nos están esperando todos afuera. Esta sería una falta de respeto para ellos hacerlo esperar demasiado tiempo por nosotros.
James: no quiero que te preocupes por nada de eso. Además, yo soy el alfa y no tienen que decir absolutamente nada, a veces se te olvida de que soy el más temido de todos y me deben respeto, nada más que esta es tu presentación como la luna de nuestra manada.
Lucía: tienes toda la razón, pero ellos ya saben que soy ciega. No puedo negar mi realidad y espero que se hayan enterado a tiempo y sobre todo porque están todos reunidos.
James: la mayoría de ellos todavía no lo saben y seguramente se van a llevar una gran sorpresa cuando te vean y a mí eso no me importa y siempre te diré que te amor, así como eres.
Lucía: siempre necesitare darte las gracias por amarme y al fin después de mucho tiempo he comprendido que mi discapacidad no es un impedimento para realizar nuestro amor.
James: mi amor por ti es lo único importante que tengo en esta vida. Ahora únicamente debemos de seguir con nuestro camino, ya que tu familia nos está esperando.
Ellos se van tomados de la mano y se dirigen a su despacho para después entrar en él, pero Lucía se sentía feliz de tan siquiera escuchar sus voces
Leonardo: por fin apareces, hermanita. Estaba a punto de irte a buscar hace unos momentos a donde te encontraras y nadie me lo iba a poder impedir.
Lucía: te extrañe mucho, Leonardo. Necesito darte las gracias por haber venido y estando al lado de mi pareja eterna no puedo sentirme sola.
Leonardo: no me perdería por nada del mundo tú presentación como la luna de esta manada y también he venido a comprobar si eres feliz, sino para llevarte de regreso a nuestra casa.
El alfa de la manada roja estaba escuchando lo que su hermano le decía a su luna y sabía perfectamente que tenía que controlarse solo por ella
Sebastián: mi luz de luna, yo también quiero escuchar lo que le tienes que decirle a tú hermano. Será mejor que lo hagas sabiendo que estamos reunidos.
Lucía: soy muy feliz a su lado. Eso no lo duden en ningún momento y la conexión de nuestras almas se hace cada día más fuerte y cuando estoy con el no pienso tanto en mi discapacidad.
Helena: menos mal, mi niña. Porque para ellos es demasiado difícil estar mucho tiempo alejados de ti, pero todos los días les hago entender que estas bien al lado de tú pareja eterna.