Luz y oscuridad.

DIEZ

Esto es inútil. Me prometí a mi misma no dejarme caer por una persona cualquiera, y mucho menos por un recién llegado que me puso la vida patas arribas, aunque si pienso un poco mi vida ya era un desorden.

Pero el lo puso peor.

Justo ahora estoy escuchando música mientras cómo papitas fritas que Andrew me ha preparado, es el único que sabe sobre esto, aunque no se molesto como pensé que iba hacerlo como lo hizo con Nicólas, la cosa es que me hace papitas fritas o puré de papas, he venido a mi casa porque es donde estoy mas cómoda con mi familia, Lesly se pasó esta mañana y me preguntó que pasaba, pero sé que ella y Maximiliano se encontraran mas seguido y no quiero que sea algo incomodo para ella o para Demian.

El no me ha llamado y tampoco escrito, y yo no lo haré si es que es lo que quiere, el me dejo muy claro que no quería una niñita que estuviera detrás de el y yo no seré esa.

Ha pasado una semana, he salido con Andrew para todos lados porque el no quiere que vuelva a encerrarme y se pone tan intenso como su hermana cuando quiere.

Hoy tuvo que salir sin mi y ahora estoy viendo el techo sin hacer nada interesante...¿Y si hago galletas? No puedo tumbarme aquí todo el día sin hacer nada productivo.

Me levanto de la cama y salgo de la habitación, mirando a mi hermano subiendo por las escaleras.

—Hola hermanito.—Saludo y bajo las escaleras para ir a la cocina.

Adam me mira con extrañeza pero no me presta atención.

La cocina esta sola y me pongo manos a la obra, mi madre siempre compra de todo, "Mujer preparada, vale por dos" me lo dice desde que estoy pequeña. Busco donde ella guarda la comida y miro la harina de trigo brillar ante mis ojos.

Busco los demás ingredientes hasta que los tengo todos en la mesa. Tomo una cuenca suficientemente grande y empiezo a preparar la masa, hago todo lo que conseguí en internet y la verdad es que esto no esta quedando mal.

Pruebo el sabor y me parece perfecto, le doy forma a la galletas en forma de circulo y no muy grandes pero tampoco tan pequeñas, las dejo de un tamaño muy bien para que alcance para todos aquí.

Las meto al horno después de calentar y espero los quince minutos para que estén listas.

—¿Que ha pasado aquí?—Pregunta mi madre dejando bolsas de verduras en la barra.—¿Ha pasado un tornado en este lugar?

—No, pasó Hannah. Es mucho peor que un tornado.—Interviene mi hermano que al parecer no se perdió de nada ya que estaba en la sala viendo todo.

Lo bueno y malo es que puedes ver todo desde la sala a la cocina y la cocina a la sala, estaba tan concentrada en lo que hacia que no me había dado cuenta que mi hermano estaba viendo todo lo que hacia.

—¿Que estabas intentando hacer?—Me pregunta mi mamá.

—Que pregunta mas tonta.—Dice mi hermano, pasando el dedo en la poca harina que cayó en la mesa, haciendo una linea.—Acaba con la cocina, ¿no ves?

—Estaba haciendo galletas.

—¿Tú?

—Si, quise aprovechar el tiempo para hacer algo productivo.

Y sé que quedaron geniales.

—¿Cuanto hay que esperar?

—Doce minutos.—Limpio todo el desorden que he causado.

Termino todo a tiempo récord y voy a la sala con mi hermano, esperando que estén las galletas.

Nos sentamos en los sofás individual y saco el móvil para distraerme, el tema de Nicólas y la foto ya ha pasado de tendencia.

—¿Vas a contarme?—Me pregunta Adam, mirándome.

—¿Que cosa?—Respondo mirando el móvil.

—Andrew no es el único que se entera de las cosas.—Alardea.—Yo también lo hago, y eso que ni me cuentas.

Apago el móvil y me centro en el, lo miro con los ojos entrecerrados.

—¿Me haz espiado?

—No, es que tu no sabes salir a escondidas y el chico tampoco disimula al venir por ti.

Niego con la cabeza.

—No quiero hablar sobre el ni nada que tenga que ver con ese chico.

—¿Pelearon?

—Siento que me ha dejado en la friendzone.—Me quejo, cruzándome de brazos.—Me ha dicho que solo quería ser mi amigo y que yo mal interprete las cosas y me ilusioné sola.

—Vale, ¿Te ha dicho todo eso el?

—No, fue mi conclusión.—Respondo, poniendo los ojos en blanco.

—¿Y que piensas sobre eso?

Suspiro y recuerdo todo lo que me ha dicho.

—No lo sé.—Respondo finalmente.—Pues desde que lo conocí me llamo mucha la atención, fue algo inmediata, me atrajo de una manera increíble, pero no fue algo que el también compartiera.

—Hay millones de chicos en la vida. Uno mas, uno menos, ¿Que mas da?

—A mi me da.—Mascullo.

—Hanny, lo superaras, apenas lo conociste y te atrajo, mas no te enamoraste.

Asiento con la cabeza y en ese momento llega Lesly con Demian, me tenso de inmediato cuando los veo, sin embargo, no aparece nadie mas.

Me calmo y mi hermano lo nota.

—Uy, que rico huele.—Dice Lesly, llegando hacia nosotros.

—El segundo tornado, ¡Oh madre naturaleza!—Exclama mi hermano, mira su móvil cuando Lesly le saca el dedo corazón.

—Hola Demian.—Saludo al moreno que me mira con una sonrisa.

—Hanny, tenia tiempo que no te veía.—Me dice, sentándose en el sofá grande con su novia.

—He estado muy ocupada.

Si, ocupada en odiar al idiota de tu amigo.

La alarma suena y me levanto con rapidez para ir hacia la cocina.

Saco las galletas del horno y no es por presumir pero se ven deliciosas. Las pongo en una bandeja y las llevo a la sala.

Lesly me mira con asombro y agarra una galleta lentamente, Adam si toma una y la come sin pensar, al igual que Demian.

Entrecierro los ojos hacia Lesly y me sonríe inocentemente.

—Oh, están deliciosas.—Dice ella, frunciendo el ceño.—¡Joder están deliciosas!

—El tono sorprendido estaba de mas.

Nos terminamos de comer las galletas que por cierto quede con ganas de mas pero falta Andrew y mis padres.




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