Luz y oscuridad.

DIECIOCHO

—¿Esta?—Inquiere Lesly, mostrándome un vestido color azul rey. Es demasiado precioso.

—Si, esa esta mejor.

Hace unas horas le llego un mensaje de su novio que la ha invitado a cenar. Por lo que ella quiere ir formal, el vestido no es muy casual, pero tampoco es elegante, es perfecto.

Ella se va contenta a su cuarto de baño a cambiarse. Es viernes, por lo que estoy pasando el fin de semana en su casa. Andrew andaba en una cita desde hace una hora y media, Lesly se va con su novio mientras que yo solo me escribo con Maximiliano.

Al parecer va con su padre a no se donde fuera de la ciudad por un tema de negocios de él, aunque Max me reitero que no le importa ni un poco, su padre se lo llevó arrastrado porque debe presentar al retoño de la familia Lee.

Me reí muchísimo cuando me lo dijo, me imagino su cara de fastidio y poniendo los ojos en blanco cada dos segundos.

Al parecer el Señor Lee es un buen arquitecto, ingeniero, y un Locutor bastante conocido, por lo que la empresa en la que trabaja lo ha llamado, ¿Y adivinen en que empresa? Si, donde trabajaba el padre de Lesly, yo nunca supe muy bien sobre esa empresa, solo me importaban las citas con el Doctor Coleman, quien también estará presente ya que irán otras empresas a esa reunión.

Le he deseado mucha suerte, pero no me ha dejado de escribir, y eso que ya llevamos dos horas hablando, supongo que ya debe estar en aquella fiesta y sigue metido en el móvil hablando conmigo...una vez más, esto es demasiado extraño para mí que alguien me de atención.

—¿Me ayudas a subir el cierre?—Me da la espalda y hago lo que me dice.

Le ayudo y ella se va a su retocador. Me acuesto en la cama en pijama y me pongo los auriculares para escuchar música, justo me tuvo que tocar la que le enseñe a Max. La de Tom Odell, Another Love.

Lesly va de un lado a otro, mascullando cosas cuando no encuentra sus accesorios ideales, tengo el volumen bajo de la música así que puedo escucharla perfectamente como suelta maldiciones al colocarse uno de cada uno. Al final se coloca unas argollas, pulsera y collar de lunas.

—¿Estoy bien?—Pregunta ella, nerviosa.

—Estas linda, Lesly, no tienes de que preocuparte.—Ella asiente con la cabeza, suspirando.

El móvil le suena y ella responde con una sonrisa, tierna.

—¿Bueno? Oh, claro. Si. Dame cinco segundos. Ya iré.

La miro, atenta y ella sonríe tras colgar su llamada.

—¿Y bueno?

—No me esperes. Nos vemos mañana en la mañana.—Me dice. Niego con la cabeza, divertida y ella se va sonriente.—Te quiero.

Sale de la habitación luego de lanzarme un beso en el aire.

Me quedo sola en la habitación. Suspiro sonoramente. Todos mis amigos están en una cita menos yo. Max aun esta en aquella reunión, no puede irse hasta que presenten el nuevo proyecto del Señor Lee, y como hijo único tiene que estar con su padre en ese momento. Y pensar que me lo imaginé frío y sin corazón.

***

Bajo las escaleras por algo de comer después de no sé, unas cuantas horas, solo sé que es de madrugada y no puedo dormir. Lo bueno es que los hermanos siempre tienen comida en su nevera, la abro y me encuentro con varios yogures y diversas frutas y verduras, a un lado está la leche y el cereal ya destapado. Lo miro todo como una gloria ya que no se que elegir.

Al final hago galletas. Si, galletas. A las tres de la mañana. Teniendo tantas cosas en la nevera, quiero hacer galletas. Me quedaron muy deliciosas la última vez cuando las hice así que...¿Por qué no hacerlas de nuevo?

Recojo los ingredientes de los gabinetes. Andrew es como mi madre, siempre tiene algo preparado, es como una madre sobre protectora y prevenida, muy prevenida.

Maximiliano ha dejado de responderme, supongo que si encontró con algo con que entretenerse en aquella fiesta.

Siempre y cuando no sea con otra chica, todo bien.

Me quedo a mitad de la preparación de la masa cuando me quedo pensando en eso. Vale, confío bastante en el.

Pero no tenemos ninguna relación, no oficial. Mierda...¿Eso cuenta como una relación abierta? He visto como Lesly se ligaba a cualquier otro chico cuando estaba en una relación no sería con otro, ella me decía que el hacía lo mismo porque no tenían nada serio, y por eso podía hacerlo con cualquier otra persona.

Oh, mierda...

Intento ignorar mis pensamientos terminando de hacer la masa y las formas que les daré a las galletas.

Al cabo de unos minutos, meto todo al horno...pero sigo sin olvidar mis pensamientos. ¿Por qué mierda tengo que ser así?

¿Y si lo llamas?

No quiero parecer desesperada. Aunque ya lo soy la verdad.

¿Pero si esta con otra? Llamándolo puedes evitarlo.

Está en una reunión con su padre.

Puede haber muchas chicas. Y más lindas que tú.

Miro un punto cualquiera y subo a la habitación buscando mi móvil.

Mierda, tenía tres llamadas perdidas de él.

Y tú siendo celosa.

Aja...

Le devuelvo la llamada y me responde segundos después.

—Mira que nos trae la madrugada.—Me dice, casi puedo visualizar una sonrisa.—¿Qué haces despierta a esta hora? Ya te hacia dormida.

—He visto tus llamadas.

—¿Te he despertado?

—¿Eh? No, no, estaba en la cocina y vi tus llamadas.

Nunca voy admitir que en realidad quise llamarte para evitar que hablaras con otra chica.

—Ajá.

—¿Cómo va la fiesta?—Pegunto luego de quedarnos en silencios unos segundos.

—Un poco aburrido. Mi padre se ha perdido y me ha dejado aquí tirado, si no fuese porque es un momento muy importante para él me iría. Lo bueno es que tienen alcohol, y es gratis.

—Oh, vaya. Eso es increíble.—Ironizo.

Se queda en silencio, frunzo el ceño y pienso que ha colgado pero no, sigue ahí.




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