Lynfestival

Capitulo 4: el destino de Garden parte 1

“el universo tiene una forma peculiar de juntar a las especies”

-libro de frases del sabio esmeralda zhotot-

 

-¡Maldición!, ¡maldición!, que demonios quieren estos cazadores, por Eliptio que voy a matarlos a todos- grito Maia desesperada mientras intentaba controlar el timón de su nave de combate, hacía ya unos minutos que estaba siendo atacada por lo que ella creía eran cazadores sin reino, la peor clase de calaña del universo.

-¿Qué acaso no saben con quien se meten?- grito nuevamente al mismo tiempo que un rayo delta golpeaba el alirón izquierdo de su nave y la desplomaba hacia la órbita de Garden- esto no está bien, esto no está nada bien, computadora activa el camuflaje de la nave- soltó la chica con frustración- al menos así evitare que los verdes me vean al caer- Maia tomo el timón con más fuerza una vez que sintió la presión que ejercía la atmosfera de Garden- hora del show- se dijo para sí misma, y empezó a girar el timón para hacer girar a la nave y evitar que las llamas provenientes del dañado alerón consumieran todo.

-Un poco más, solo un poco más- la nave que se encontraba ahora a metros del suelo giraba sin control, pero Maia no se desconcentraba- navegador  busca un lugar seguro donde caer- grito al percatarse que estaba por chocar-  hay un lago a 10 metros delante suya- respondió el aparato- bien, tendrá que ser allí- Maia forzó el timón hacia abajo enderezando la nave y estrellándola contra el lago en cuestión de segundos.

Después de un rato y cerciorándose de que sus perseguidores se habían ido, Maia salió de la nave ahora encallada en un lago poco profundo- bueno, esto no era lo que esperaba pero tendrá que servir- se dijo para sí misma mientras se acomodaba el hombro que se le había salido y acomodaba su espada, pistola laser y demás artefactos- hora de moverse-

Maia empezó a caminar en dirección hacia la densa jungla que tenía adelante, el planeta le parecía horroroso, todo era verde, cada planta y especie animal pequeña que revoloteaba y saltaba era verde, los enormes arboles con hojas de más de cinco metros que hacían sombra eran verdes, las plantas con forma de cabeza casi como la de ella verdes, los pequeños matorrales que se movían de un lado a otro y se plantaban y se desplantaban a placer a medida que ella los atravesaba, también eran verdes, hasta el cielo se había quedado a medias en llegar a rojo y era de un color naranja cálido, el color más odiado por Maia, después del azul.

Con una sensación de asco en su boca la joven eliptia continuo avanzando por la gran jungla, cada vez aparecían nuevas plantas, todas verdes de diferentes tonos y con diferentes formas, la jungla parecía no tener fin, hasta que por fin después de una media hora Maia encontró un claro. Allí saco el rudimentario mapa de papel que le había dado la abuela de la montaña esmeralda en Elipsium- según esto, debería estar cerca de una base verde- se dijo la princesa para sí misma e instintivamente activo el camuflaje de su traje, el cual la hacía mezclarse con el ambiente; los verdes eran los más pacíficos en el universo, pero se podía esperar cualquier cosa de un planeta fronterizo y más al borde de una guerra.

Al cabo de unos minutos Maia pudo avistar la base, y una vez estuvo lo suficientemente cerca de la misma, se dio cuenta de algo que la puso inmediatamente en guardia, dentro de los muros blancos y verdes, al menos hasta donde se podía ver desde la entrada, todos estaban muertos.

La chica se movió hacia delante con sigilo para no volar su cobertura, y una vez entro al complejo su asombro fue mayor, realmente todo el mundo estaba muerto, los cadáveres gelatinosos verdes se esparcían por doquier, algunos en las torres defensivas, otros en las barricadas, algunos solo recostados a los muros, alguien había matado a todo los verdes, no, los había masacrado.

Maia se apresuró en entrar al edifico central, donde la situación no era mejor, todo estaba destruido y la sangre se esparcía por paredes, pisos y aparatos- que demonios paso aquí- se preguntó para sí misma, sin embargo antes de que su mente pudiera darle una respuesta sus pensamientos fueron detenidos por un ruido proveniente de la parte de arriba de aquel complejo, el cual era cuadrado y de dos plantas, parecido a los edificios centrales de las cárceles humanas.

Sin perder tiempo subió sigilosa por las escaleras, aún en posición de batalla y con espada en mano, cuando por fin llego a la fuente del ruido en la habitación central del segundo piso, se percató de que no era un verde el que lo causaba, era la radio de la torre de vigía que recibía señales- aquí nave cero cero cero dos imperial, responda puesto de control- Maia se quedó estática por unos segundos mientras el mensaje se repetía hasta por fin terminar- ¿cero cero cero dos?, esa es la nave del príncipe verde, ¿Qué hace aquí?-

Al terminar sus palabras Maia sintió un fuerte corte en el brazo derecho proveniente de su espalda, con esto su traje se desactivo, lo que la obligo a primero voltearse en posición de defensa  y segundo a activar su escudo rosado.

-Así que es una eliptia la que visita el planeta Garden, vaya sorpresa- Maia quien había quedado desorientada por el fuerte golpe y posterior giro, tuvo que esforzarse para enfocar sus ojos sobre el atacante, este se encontraba agachado en el pasillo con una ballesta laser de nanotrones en mano, cosa que era muy mala para la princesa, ya que como Maia bien sabia, dicha ballesta se encontraba entre el top de las cinco mejores armas de largo alcance del universo.

Pero lo peor no era la poderosa arma, capaz de atravesar hasta cruceros de guerra, lo peor era su portador, un katta de color negro como el vacío, el cual era una especie de felino enorme con cuerpo “humano”, que estaba considerado uno de los depredadores más hábiles del universo, casi tan hábil como los caballeros escarlata de Elipsium.



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En el texto hay: amor, fantasia épica, guerra

Editado: 26.03.2022

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