contada en España:
En un pequeño pueblo, vivía una figura temida por todos: el Hombre del Saco. Era un hombre misterioso que vagaba por las calles de noche, con un gran saco al hombro. Este saco, según contaban, estaba lleno de niños desobedientes a los que el Hombre del Saco había capturado. La leyenda afirmaba que si los niños no escuchaban a sus padres, se acercaban demasiado al borde del pueblo o se comportaban mal, el Hombre del Saco los atraparía y los metería en su saco, llevándolos a un lugar desconocido y aterrador.
Se decía que el Hombre del Saco no solo se limitaba a capturar a los niños desobedientes, sino que también los castigaba severamente. Algunas versiones de la leyenda añadían que los niños, una vez en el saco, nunca volvían a salir. La idea de ser capturado y desaparecer en la oscuridad del saco mantenía a los niños temerosos y obedientes.
Los padres solían usar la figura del Hombre del Saco como una herramienta de disuasión, advirtiendo a sus hijos que se comportaran bien o de lo contrario serían llevados por este temido personaje. Aunque la leyenda variaba en sus detalles y grado de terror, su mensaje era claro: obedecer a los padres y no alejarse demasiado de casa.
Con el tiempo, el Hombre del Saco se convirtió en un símbolo del miedo infantil, una leyenda que, aunque espeluznante, servía para inculcar disciplina y mantener a los niños a salvo. 4