Macabro

El coleccionista de lenguas

Yo tenía una amiga llamada Diana. Desapareció hace cuatro meses. La última vez que hablamos me dijo que tenía un acosador. Pero lo raro no era que la siguiera... sino lo que le decía.

—No te preocupes, yo solo quiero tu lengua.

Pensamos que era una metáfora. Un enfermo más. Hasta que desapareció. Hace dos semanas, supe de otra chica en la misma ciudad. Mismo patrón: acosada, amenazada, luego... desaparecida.

La policía decía que no había pruebas. Pero yo sabía dónde buscar.

Me metí en la Deep web. Encontré un hilo llamado "La lengua sabe más que el cuerpo". Era un foro cerrado. Solo gente con acceso específico podía entrar. Él administrador se hacía llamar "El Recolector". Subía videos. No, no eran pornográficos. Eran quirúrgicos. Vi el primero. Me sangraron los ojos. Una mujer atada a una silla. Sonaba jazz de fondo. El tipo, con guantes quirúrgicos, acercaba un cuchillo y decía:

—Tranquila, no la perderás. Solo dejarás de hablar.

Cortaba la lengua sin anestesia. No lo hacía rápido.

La sacaba centímetro por centímetro, como si fuera a enmarcarla. Y luego la sostenía frente a la cámara.

El cuerpo seguía temblando. Vi seis videos. Distintas mujeres. Una de ellas era Diana.

Sus ojos aún se movían. Le faltaban los dientes, pero estaba viva.

Intenté denunciarlo.

Pero cuando la policía fue a buscar la página, ya no existía. Ni rastro .Solo quedaba un mensaje: "Ahora tú sabes lo que saben mis lenguas.

Te encontraré." Desde entonces, cada vez que me despierto, encuentro una nota en mi almohada. "Abre bien la boca mientras duermes, cielo. "Y hoy... amanecí con sangre en la comisura. Y la lengua...Me duele.

Me duele




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