Madre Equivocada - Inseminada por Error

Capítulo 1: La inseminación errada.

—Buen día señorita, vine a una revisión médica con el ginecólogo—expresa Ana tranquila.

—Si como no, me permite su documento de identidad, para anotarla, por favor—le indica la secretaria del consultorio.

—Sí, claro—responde Ana, esbozando una sutil sonrisa.

—Me cancela.

—Aquí tiene—le entrega el dinero a la joven.

—Espere en la sala, pronto la enfermera la hará pasar con el doctor.

—Muy amable—Ana va y se sienta sonriente, a esperar su turno para ser atendida.

Ana Rodríguez, es una joven sencilla de apenas 18 años de edad, estudiante universitaria, su buen rendimiento académico, la hizo acreedora de una importante beca, en una de las universidades más prestigiosas de New York, ciudad donde vive con su padre y su hermano.

Toma su celular mientras espera y llama, a su mejor amiga Sofía, quien también va junto con ella a la misma universidad:

—Aló, Sofí ¿Todo bien?

—Sí, amiga ¿Dónde estás?

—Estoy en consulta con el ginecólogo.

—Ah ok. Ayer me lo mencionaste.

—Sí, querida.

—Nos vemos cuando salgas, en el café que queda cerca a mi casa. Me avisas, cuando vengas.

—Solo si tu invitas, voy—le comenta Ana carcajeándose.

—Tan ventajosa. Solo porque quiero saber más de Abel, voy, si no ni te invitara nada.

—¿Todavía insistes en mi hermano?

—Me encanta—Ana, frunce el ceño ante su comentario, debido a que a su hermano le gustan todas.

—Bueno te dejo, creo que voy a pasar con el doctor, nos vemos más tarde.

—Está bien, chao—cuelgan la conversación.

Mientras tanto la enfermera, llega al puesto de la secretaria y le pregunta:

—¿Ya elaboraste las fichas, con los datos de las pacientes, que inseminará hoy el doctor?

—Sí, amiga aquí están—mezclando el expediente de Ana, entre las que se realizarán el procedimiento hoy día.

—Gracias, en la mañana solo tenemos una inseminación, ya en la tarde si hay mucho trabajo—apunta la enfermera a la secretaria, quien bosqueja una sutil sonrisa y sigue trabajando en el computador.

Sin más preámbulo, la enfermera llama a Ana, quien al parecer será la única paciente diurna, está en espera, ya que llegó muy temprano.

—¿Ana Rodríguez, es usted? —le pregunta la enfermera.

—Sí, soy yo.

—Acompáñeme—Ana se va junto con ella, está feliz porque pronto saldrá del consultorio, debido a que tiene mucha hambre, salió sin desayunar.

El doctor se hallaba conversando con un cliente, del cual hará una inseminación a una mujer, para que éste se convierta en padre, mediante un procedimiento artificial:

—Hola, señor Hufman—saluda el doctor al sujeto con gentileza.

—Doctor Jhetro, ya la joven debe haber llegado, la mande hace rato para su consultorio. Así que manos a la obra—menciona el señor, mientras el doctor cuelga la llamada.

Ese hombre, con quien hablada el doctor es Anthony Hufman (Tony), es uno de los empresarios de mayor prestigio del país, es dueño de un importante periódico de circulación nacional, llamado en español “Un Nuevo tiempo”.

Tony es un joven altruista y de buen corazón, siempre busca de cuidar y proteger al más desvalido, ha visto muchas injusticias ante sus ojos. De las cuales no ha sido inmune, es por ello que pone su periódico a disposición de todo aquel, que es maltratado y busca justicia. También ayuda a la comunidad latina en New York, los cuales algunos son víctimas de atropellos constantes, por su condición de inmigrantes.

El noble corazón, de este hombre late en este instante, a toda velocidad y entra ansiosamente en pánico. Por lo que se halla pensativo, en el despacho de su mansión, a la espera de las noticias del doctor.

*****

En el consultorio…

La enfermera prepara a Ana, para el procedimiento de fecundación, sin saber que ella, no es la mujer, que había contratado Anthony Hufman, para iniciar el proceso.

—Venga, colóquese esta bata y se sienta por acá, por favor—le indica.

Ana se halla sorprendida, porque ella es virgen, no entiende como el doctor, quiere hurgar en su intimidad y de inmediato pregunta:

—¿Es necesario que me desvista?

—Si joven, sino el doctor no puede hacer su trabajo—Ana ladea la cabeza con extrañeza, sin embargo, hace lo que la mujer le señala.

Llega de inmediato el doctor, para comenzar:

—Buen día, señorita, quite esa cara de preocupación, que será muy rápido—Ana lo mira con nerviosismo.

Abre ligeramente las piernas e inicia el doctor el procedimiento in vitro. Ana cierra y abre sus ojos sosegada, sin saber que está siendo inseminada por error. Un ligero cosquillo invade su cuerpo, junto con su sutil brisa helada, que se internaliza en ella velozmente.

Al cabo rato, el doctor le informa:

—Listo joven, ya puede irse.

—Doctor ¿Y no me mandar nada, para el dolor de vientre?

—Tranquila, no creo que sienta dolor, con lo que acabo de hacer.

—Ah bueno, usted sabrá es el médico—esboza Ana una sutil sonrisa.

En medio de su inocencia e ignorancia respecto al tema, no se percató de lo que le acaban de hacer, como nunca ha tenido intimidad con nadie, solo se ha centrado en estudiar y en sacar buenas calificaciones, para que su padre se sienta orgulloso de ella, en tal sentido, percibió todo con normalidad.

Se viste y sale del consultorio, despidiéndose con gentileza del doctor y de la enfermera.

El Doctor Jhetro, llama de una vez, a Anthony Hufman:

—Señor Hufman listo, ya se realizó el procedimiento, solo queda esperar.

—¿Con tan solo una vez quedará embarazada?

—Probablemente sí, igual usted indíquele a la joven, que venga en caso de que, comience a menstruar y hacemos otro procedimiento, todavía tengo muestras suyas.

—Sí, está bien estaré al pendiente, voy a llamar Rose, para decirle lo que me está comunicando.




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