Madre por Contrato

Capítulo 7

Narrado por Alexander

Pienso en todo lo que me dijo Sophie y es verdad. Debo estar presente para mi hijo.

Me levanto de la cama, me arreglo y cuando salgo de la habitación veo a Sophie pintando con Ethan en la sala. Están tan concentrados que no se dan cuenta de mi presencia. Ethan se ríe mientras mancha un poco de pintura en su mejilla, y Sophie, con una sonrisa paciente, se la limpia con cuidado.

—Les parece si vamos por helado? —digo, cruzándome de brazos.

Ethan levanta la cabeza de inmediato y grita de emoción. Sophie también me mira sorprendida, pero en lugar de cuestionarme, simplemente sonríe y asiente.

—Claro, suena bien.

Mis ojos se detienen en ella por unos segundos más de lo necesario. Hoy lleva un vestido rosa que resalta su piel clara y su cabello castaño cae en ondas suaves sobre sus hombros. Se ve demasiado femenina, demasiado... dulce.

Sacudo la cabeza y me giro. ¿Qué demonios me pasa?

Nos subimos al auto y mientras conduzco, puedo ver por el espejo retrovisor cómo Ethan le cuenta a Sophie sobre sus sabores favoritos de helado. Habla con tanta emoción que no puedo evitar preguntarme cuándo fue la última vez que lo vi tan feliz.

Aparco frente a una heladería en el centro. Ethan prácticamente salta del auto, jalando a Sophie de la mano, mientras ella se ríe. Me bajo con calma y los sigo, sintiéndome extrañamente ajeno a esta escena tan... familiar.

—¿Qué vas a pedir, campeón? —le pregunto a Ethan, apoyando una mano en su cabeza.

—¡Chocolate con chispas! —exclama emocionado.

—¿Y tú? —pregunto, mirando a Sophie.

Ella ladea la cabeza, pensativa.

—Creo que vainilla con fresas.

No sé por qué sonrío un poco al escuchar eso. Algo en la manera en que lo dice, con esa naturalidad y sencillez, me hace sentir... cómodo.

Ordenamos los helados y nos sentamos en una mesa al aire libre. Ethan no deja de hablar con Sophie mientras come su helado y, sin darme cuenta, me sorprendo observándolos. Ella es paciente con él, lo escucha, le sigue el juego, y Ethan la mira con adoración.

Por alguna razón, eso me inquieta.

No puedo evitar preguntarme... ¿qué pasará cuando ella se vaya?

Capítulo 7 - Continuación (Narrado por Alexander)

—¡Papá, puedo subir a los juegos? —Ethan me mira con emoción, señalando los columpios y el tobogán que están justo al lado de la heladería.

Miro alrededor. No hay mucha gente y están lo suficientemente cerca de nuestra mesa. Asiento con la cabeza.

—Sí, pero no te alejes mucho.

Ethan grita de emoción y corre hacia los juegos. Sophie lo observa con una sonrisa mientras le recuerda que tenga cuidado. Cuando nos quedamos solos, ella toma su helado con calma, sin mirarme directamente.

Aprovecho el momento.

—Háblame sobre ti —digo de repente.

Ella levanta la vista, visiblemente sorprendida.

—¿Sobre mí? —repite como si la idea fuera extraña.

—Sí —respondo, apoyándome en la mesa—. Quiero saber quién es la mujer que pasa tanto tiempo con mi hijo.

Sophie baja la mirada por un momento, juega con su cuchara en el helado y suspira.

—No hay mucho que contar —dice con un tono que no me convence.

—Eso lo decidiré yo —respondo sin rodeos.

Ella se humedece los labios y asiente, como si estuviera decidiendo cuánto decirme.

—Crecí en un hogar de paso —empieza en voz baja—. Nunca conocí a mis padres. Me encontraron abandonada cuando era un bebé... en un bote de basura.

Algo en mi pecho se aprieta. No esperaba eso.

—Los trabajadores sociales me dijeron que fui afortunada de sobrevivir, pero nunca me sentí afortunada. Pasé mi infancia viendo cómo los demás niños eran adoptados mientras yo me quedaba atrás. Siempre me decía a mí misma que algún día alguien me elegiría, pero nunca pasó.

Sus palabras son firmes, pero noto el peso emocional detrás de ellas.

—A los dieciocho me fui del hogar y comencé a trabajar en lo que pude para mantenerme. Afortunadamente, siempre fui buena con los niños y conseguí trabajo como niñera. Me gusta... me hace sentir que al menos puedo darle a otros niños lo que yo nunca tuve.

No sé qué decir. No soy un hombre sentimental, pero esto... esto me hace sentir una incomodidad extraña en el pecho.

—No lo sabía —digo, porque no encuentro otra respuesta.

—No hay razón para que lo supieras —sonríe de lado—. Pero ahora entiendes por qué dije lo que dije en la casa. Un niño necesita amor, señor Vance.

Su mirada se encuentra con la mía, y me doy cuenta de que no hay lástima en sus ojos, solo determinación.

Trago saliva y miro hacia otro lado.

—Alexander —corrijo, sin pensar.

—¿Perdón?

—Dime Alexander, no señor Vance.

Ella parpadea, sorprendida, pero asiente con una sonrisa suave.

—De acuerdo, Alexander.

Observo a Sophie por un momento, aún procesando todo lo que me contó. Hay algo en su mirada, en la forma en que habla de su pasado, que me hace querer saber más.

—¿Tienes novio? —pregunto sin rodeos, sin saber exactamente por qué quiero la respuesta.

Ella parpadea, sorprendida por la pregunta, y luego niega con la cabeza.

—No —responde con simpleza.

—¿Nunca has tenido uno?

Sophie juega con la cuchara de su helado, moviéndola dentro del vaso de cartón sin comer más.

—Sí, tuve una relación... pero no salió bien.

—¿Por qué?

Se queda en silencio unos segundos, como si estuviera debatiendo si responder o no. Finalmente, suspira.

—Porque él era un celoso enfermizo. Quería controlarme, decidir con quién podía hablar, a dónde podía ir... y cuando las cosas no eran como él quería, se ponía agresivo.

Frunzo el ceño.

—¿Te lastimó?

Sophie me mira fijamente antes de asentir, y algo dentro de mí se tensa con furia.

—Una vez —admite—. Me golpeó.

Aprieto la mandíbula con fuerza.

—¿Dónde está ahora?

Ella suelta una risa sin humor.




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