ORDEN UNO: EL MAS GRANDE.

En los confines del sistema X23-1M se alzaba Cerullion, un planeta de exuberante verdor. Anualmente, la Alianza, la mayor entidad de sistemas galácticos, convocaba allí su ceremonia de inducción para los nuevos reclutas de las fuerzas militares. Este rito había sido forjado milenios atrás con el único objetivo de demostrar el poder de los grupos militares integrados, pero no unificados, de la alianza. En palabras simples, era un juego de poder que se demostraba en un desfile anual, ubicado siempre en el sistema X23.

—El espectáculo del año pasado fue superior —proclamó Nikael, el comandante militar, mientras observaba la ceremonia desde su residencia en la capital de Cerullion.

—Los sucesos recientes nos han hecho temer por la seguridad del evento. Por ello, se ha invertido más en seguridad que en pomposidad —explicó el coordinador del evento a través del comunicador de Nikael.

La Plaza de la Unidad, escenario del evento, estaba custodiada por filas de soldados que recibían a los nuevos miembros de la Magika Military. La Plaza de la Unidad, un vasto espacio circular bordeado por estatuas de los héroes caídos, vibraba con la energía de cientos de asistentes. El cielo era un mosaico de luces y hologramas que narraban la historia de la Alianza. Filas de soldados con uniformes impecables y armaduras brillantes formaban un perímetro de seguridad, vigilando atentamente mientras los nuevos reclutas se alineaban. No obstante, estos novatos distaban de ser guerreros tradicionales armados con rifles. Eran reclutas de la...

MAGIKA MILITARY

Una división especializada en el arte de la magia, una facultad rara y poderosa que pocos podian desarrollar. Incluso aquellos bendecidos con el don frecuentemente poseían solo un atisbo de su potencial. Por ende, los individuos capaces de desplegar la magia en su plenitud eran considerados tesoros invaluables, provocando disputas entre los grupos de la Alianza por reclutar una unidad de la Magika Military en sus filas.

"Los ataques recientes en las colonias sureñas de la Alianza han llevado a una reducción del 30% en el rito de iniciación. Manuel Braumo, encargado del evento, asegura que esto no mermará la solemnidad de la ceremonia", anunció una voz a través de los altavoces de RailXen.

Lejos del bullicio de la ciudad, un tren de RailXen llegó a las afueras, trayendo a los últimos aspirantes de la Magika Military. Al descender, los jóvenes se dirigieron apresuradamente hacia las naves en la plaza, algunos pausando para inmortalizar el momento con fotos junto a los asistentes.

Kurosawa Kamo, con su cabello largo y su uniforme negro marcado por cicatrices de combate, observaba a sus compañeros apresurarse. Habia descendido de RailXen cansada del viaje. El corredor era amplio y los espectadores trataban a los candidatos como si fueran curiosidades de un circo, una rareza que rara vez se podía apreciar.

En el exterior, tras puertas de cristal, se alineaban las naves de la Alianza, dispuestas para el embarque de los jóvenes. Espectros de un tamaño medio con un delicado refinamiento de acero y plata. Entre los vehiculos, una mujer alta y esbelta escudriñaba el lugar en busca de alguien.

—¿Dónde se habrán metido esos mocosos? —susurró, su frustración era evidente.

La mujer se abalanzó ágilmente hacia Kurosawa al cruzar miradas y examinó el brazalete con "Unidad A1" en su muñeca.

—Eres tú. ¡Apresúrate, nos esperan en la unidad! —exclamó, tomando su brazo y guiándola hacia la nave.

Dentro, Kurosawa observó a los demás candidatos alborotando los asientos. Varios exhibían su "Voz", un poder mágico despertado por unos pocos. Cada mago avanzado tenía su propia Voz única, desde caminar por paredes hasta crear agujeros negros, un don impredecible.

Con un rugido, los motores de la nave cobraron vida. Los asientos, antes lugares de juego, se convirtieron en refugios contra la vibración que crecía hasta convertirse en un torrente de sacudidas. Los candidatos tomaron asiento y la nave se elevó.

—¡Atención, polillas! Pronto llegaremos a la Plaza de la Unidad. Quiero que se comporten y atiendan a todas mis instrucciones.

La nave se aproximó a la plaza en medio de un rugido ensordecedor. A través de las ventanas, los reclutas vislumbraron la imponente formación de soldados aguardando por ellos.

La instructora se puso de pie y encaró a los nerviosos novatos.

—¡Dejen de temblar como hojas! Hoy es el día en que se convierten en guerreros de verdad. Manténganse en fila y sigan mis órdenes al pie de la letra.

Nikael, el comandante de la Military, observaba el espectáculo con renovado interés al ver a los jóvenes magos aproximarse. Haría falta más que un desfile aburrido para impresionarlo, después de tantos años presenciando el mismo espectáculo.

Atravesaron un túnel alargado, emergiendo ante el mundo las jóvenes promesas. La instructora guió al grupo hacia afuera, donde los aguardaba un mar de rostros impacientes. Los estudiantes avanzaron hacia un terreno de césped donde los esperaban sillas en las cuales podrían tomar reposo. En medio de las mismas, y formando un círculo alrededor, se encontraba el podio donde una persona especial daría un discurso en breves.

Kurosawa tomó asiento junto a los demás reclutas, tratando de mantener la compostura mientras esperaban el inicio de la ceremonia. De pronto, un joven se sentó a su lado, moviéndose inquietamente en su silla.