Capítulo IV
Andrés
1
(3 AÑOS ATRÁS)
Ya me cansé de ser bueno, me cansé de tratar de encajar, estoy harto de los falsos amigos, me cansé de vivir. Se me enseñó a ser una mala persona, a no tenerle miedo a nada, a no tener remordimiento por nada sin importar que.
Vivir día a día con depresión es un castigo continuo, peleando constantemente en mi cabeza, tratándome de lo peor, repitiéndome constantemente las palabras de mi padre una y otra vez “Me haces perder el tiempo”, eso me lo dijo a los 10 años, llevándome a un psicólogo porque me intente matar. ¡QUE BIEN! ¡SOY UN DEPRESIVO CON TENDENCIA SUICIDA!
Hasta el día de hoy pienso que no valgo nada y sólo hago perder el tiempo de los demás, por eso aprendí a hacer las cosas sin ayuda de nadie, para no molestar a los demás porque no quiero que nadie pierda su tiempo en mí, siempre traté y me esforcé para que mi padre me valorara, o al menos me dijera que me quería, pero lo que recibí de él fue encontrarlo ebrio, abrazado al inodoro a las 7 de la mañana cuando me tenía que ir a la escuela.
- ¿Andrés? - La voz de esta chica a quien acabo de conocer me distrajo de mis pensamientos
- ¿Si? -
- ¿Porque me enseñas esto? -
- Es simplemente algo que escribí, es lo que tengo dentro mí -
- Pero, ¿por qué a mí?
- Quería mostrárselo a alguien, como te acabo de conocer no me importa mucho lo que penses de mi y tampoco me importa si no te gusta - dentro mío sé que es mentira.
- Bien, en ese caso, no soy la persona correcta para juzgar tu trabajo -
Dicho eso, me devolvió mi celular. Creo que he sido muy duro con mis palabras, pero ¿acaso importa? No es como si esta persona a quien acabo de conocer en una reunión me importara, ahora que lo pienso, ni siquiera sé su nombre
- Volvamos adentro, los demás van a pensar cosas raras -
- ¿A qué te referís? - sé exactamente a lo que se refiere, pero no quiero volver adentro, quiero seguir conversando con ella.
- Que los mal pensados que están adentro van a pensar que...- puedo notar, aún con la poca luz que hay en la calle que se sonrojó con la idea y por eso no terminó su oración.
- No eres mi tipo, ellos lo saben y si te hablé fue porque me dio pena verte sola en una esquina sin hablar con nadie -
- Ya sé, todos me lo dicen -
En verdad está vez si me pasé, me importe o no esta chica, no tenía necesidad de decirlo, pero es verdad, no es atractiva, no tiene una figura deseable, su Único encanto reside en su sonrisa y ni siquiera es que sonría demasiado, entonces ¿por qué quiero quedarme aquí con ella?
- Perdón por lo que dije -
- No hace falta - fue una frase tan fría y tan seca, me sentí muy incomodo, supongo que en realidad esa era la razón por la cual quería, su conversación era cálida, enriquecedora, se notaba que sabía de lo que hablaba. En verdad la cagué.
- Quiero que sigas leyendo esto -
-¿Para qué? -
- En verdad si me importa tu opinión -
- Bueno -
Con él aprendí lo que era vivir en pura pobreza, en un terreno baldío por casa, viviendo en una habitación de 2x2 con un baño en el patio que se derrumbaría y siempre se llovía, Con él aprendí que los adultos no solo mienten, sino que no cumplen sus promesas, uno de mis años de la escuela lo pasé escondido en el baño porque tenía vergüenza...
Ya lleva un buen rato leyendo, puedo notar como se le escurre una lágrima por la mejilla, no sé como sentirme en este momento, no sé qué es lo que debo hacer.
A veces, solo quiero tener un abrazo, de esos que duran casi para siempre, de poder llorar en el hombro de alguien que me escuche pero, “llorar es de cobardes” me dijeron, no tengo tiempo de derramar lágrimas, tengo que ser fuerte, tengo que pelear por sobrevivir porque ni los clavos ni los tornillos que hay en mi pierna me quieren, porque mi cuerpo los está rechazando.
No le puedo mostrar debilidad a nadie, porque eso es dar lástima, aún puedo solo, no puedo pedir ayuda, tengo que poder hacerlo solo, al final siempre estoy solo, ¿A quién voy a pedirle ayuda?, se me enseñó a ser un violento animal de pelea y ahora me veo escudándome en una red social con puros memes, queriendo tapar mi oscura realidad y mi miserable pasado, los traumas que jamás pude superar. Me esfuerzo diario por encajar pero mi mente es el enemigo que siempre me dice que no voy a poder, que solo los hago perder el tiempo.
¿Qué ganas de vivir me quedan? Si para poder encajar debo soportar gente de mierda y sonreír, cuando por dentro estoy vacío, repleto de lágrimas.
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Editado: 29.03.2020