Una vez que aterrizó el avión comenzamos a bajar y nos dirigimos hacia el aeropuerto. Ya estando ahí me dirigi a Tiffany para despedirme, detras de ella venían dos chicos muy guapos, uno tenia el pelo color castaño e iba vestido con un pantalon de jeans con un sueter blanco y converse blanca, el otro era muy parecido a él solo que llevaba un sueter color crema, al parecer son hermanos pero ninguno me vio, que pena.
-¿Atrapada por la buena vista?- dijo Tifanny con una sonrisa, eso desvió mi atención de los chicos.
-claro que no- dije con una sonrisa -solo.... voltie a verte y... aparecieron ellos-
-si, claro. Ni siquiera te diste cuenta que tenias la boca abierta y una cara de boba- su risa aumentó
-tonterías, en fin ya debo irme- voltie mi vista hacia atras para ver a mis padres sentados en unos asientos que estaban al medio del terminal en el aeropuerto. Mi papá tenia el teléfono en su oreja, estabamos esperando el auto que rento para llegar a nuestra nueva casa -mis padres me estan esperando- me giré hacia ella- fue un gusto conocerte, ojalá nos veamos por ahí- dije con una sonrisa de boca cerrada.
-seguro que nos encontramos, tal vez podamos salir de compras a castro e ¡incluso ir a Puerto Montt!- realmente estaba muy emocionada, su risa lo confirmaba todo, definitivamente ver de nuevo a su novio la hacía muy feliz.
Nos dimos un abraso fuerte, creo que tal vez vamos a ser buenas amigas, incluso podría presentarle a Sara, las dos son iguales de locas demás que se llevarían bien.
-nos vemos-
-nos vemos- y nos alejamos.
Mientras camino hacia mis padres recuerdo que no le di mi numeo de telefono a Tiffany, »que tonta soy«.
-Mei cariño- dice mi padre - justo a tiempo, el auto acaba de llegar-
Me pasa una maleta y nos dirigimos hacia afuera.
El aire es muy distinto a Santiago, es mas húmedo y huele a tierra mojada, pero no es malo sino que es muy agradable.
-ahí está el auto- dirigimos la mirada a donde mi papá señala. El auto es un Toyota Yaris color plomo, está aparcado en el estacionamiento general del aeropuerto. Subimos las maletas al maletero, solo algunas porque las mas grandes las enviarán luego a casa.
Todos subimos al auto, desde luego yo voy en la parte de atrás, mi papá comenzó a manejar para salir de aquí.
Saco mi telefono y audífonos, tratando de desenredarlos, ya parecen una enredadera. »No entiendo como es posible que queden así dentro del bolsillo, yo creo que los bolsillos tienen vida y nos odian, por eso hacen eso« me digo a mi misma. Por fin logro desenredarlos y los conecto a mi celular, pongo el reproductor en aleatorio para deleitarme con la musica mientras viajamos.
Miro a la ventana y me sorprendo de lo hermoso que es este lugar -siento haberte subestimado castro- digo a voz alta.
-¿Que cosa?- cuestiona mi mamá mirándome por el espejo del copiloto, se está maquillando.
-nada, no me hagas caso-
Continuo mi vista por la ventana, las casas son hermosas, algunas estan sostenidas sobre palos en el mar, me quedo con la boca abierta ¡Es increíble que puedan estar construidas de esa manera!. Giro mi cabeza hacia mi izquierda y observo el bosque frondoso que se extiende detras de varias casas, tengo curiosidad por saber que hay allí y sentir la humedad.
Las personas estan muy abrigadas, y el comercio expone varias prendas que se ven preciosas.
No me doy cuenta que llegamos a nuestra casa, claro que fue elejida por la empresa donde trabaja mi papa, lo bueno es que no debemos compartirla con nadie, solo seremos los tres.
Mi papá estaciona el auto y apaga el motor, mi mamá sale primero luego mi papá y por último yo. Me quedo anonada viendo la arquitectura de la casa, es de dos pisos con un balcón y ventanas correrisas, las paredes de afuera son hechas de madera barnizadas y en una de las esquinas hay una gran ventana. No hay cerco, supongo que aquí no roban las casas.
-Mei- me dice mama, me giro a verla -ven- voy hacia el auto donde estan bajando las cosas -toma, llevala adentro-
-okey- miro la maleta un momento pero vuelvo mi mirada a ella -voy a escoger habitación-
- bueno- no me me mira, está muy ocupada bajando nuestras cosas junto a papá.
Me giro sobre mis talones y es entonces que me doy cuenta que detras de la casa se ubica el bosque -como no me di cuenta antes- digo en voz alta. Puedo escuchar el sonido de varios pajaros desconocidos para mi junto al viento que choca con los arboles haciendo sonar sus hojas.
Ingreso a la casa con mi maleta pero aqui es mucho mas precioso que fuera, las paredes igual son de madera barnizada -huele a pino..., que delicioso- el comedor es amplio, el doble de lo que era el departamento, hay una gran entrada sin puerta, ahí esta la cocina, solo se divide del comedor por un meson similar a los que hay en un bar. Hay un pequeño pasillo donde se ven dos puertas, una da hacia el patio donde está el bosque y la otra está a la derecha, es el baño, ingreso por esta -es muy bonito- me digo, las paredes estan hechas de cerámica blanca y hay ducha con agua caliente ¡Que delicia!. No es que en el departamento no hubiera, pero aquí va a ver demasiado frío en invierno así que es necesario mantener mi cuerpo en optimas condiciones de temperatura, para no contraer un resfrío.
Voy a las escaleras, las subo. Cuando estoy en el segundo piso hay dos puertas de dormitorios, abro una, la habitación es bien amplia y tiene un balcón -ah, es esta la que vi abajo- abro la otra y aparece una habitación similar un poco más pequeña, también tiene un balcón, pero esta da al bosque -esta me gusta-digo a la vez que sonrío ampliamente -yup, con esta me quedo- toda la casa esta amueblada, ya que unas personas instalaron nuestros muebles antes que llegaramos, solo las camas y los muebles que hay en las habitaciones son de aquí, pero las camas se ven bastante comodas.
Bajo corriendo las escaleras procurando no tropezar y caer, no quiero andar machucada el primer día de mi nueva vida.