Desperté por el frio que sentía y también por el sueño que tuve, más bien fue como si hubiera viajado al pasado pero eso es imposible, solo fue un sueño raro y vaya que raro. Miro a la ventana y ésta está abierta con las cortinas flameando, »¡Pero si yo la dejé cerrada!, ¿Cómo se abrió?«; enojada me levanto caminando hacia ella para cerrarla.
-ventana mala- miro el ceguro que está forjado, es raro porque cuando la abrí por primera vez estaba bueno -que extraño-.
*rin, rin* suena mi celular, miro la pantalla y dice llamada entrante de Sara, descuelgo.
-¿Aló?-
-¡Amiga!, qué sucede, ¿Por qué ya no me hablas?- suele ser muy dependiente.
-estas en tus dias, ¿Cierto?-
-ja, ja; muy graciosa, bueno si- no pude evitar reirme -no puedo creer que siempre sea yo la que te llame y tu ni señales de humo das- en eso tiene razón.
-de acuerdo, lo siento; es que... han ocurrido cosas-
-¿Cosas?- me debato entre si contarle o no -Mei, ¿Sigues ahí?-
-si-
-entonces contesta, a qué cosas te refieres- en ese momento tocan la puerta, es mamá que me está llamando.
-¡Ya voy!- le digo a mamá -otro día te cuento -le digo a mi amiga.
-no te atrevas a colgar o si no ya veras- sus amenazas no me afectan.
-adiós- y cuelgo.
Abro la puerta encontrandome con mamá quien está lista para salir a trabajar, ella solo mira su celular sin prestarme atencion.
-Mei, ya me voy a trabajar- sigue en su teléfono.
-okey-
-si piensas salir deja cerrada la puerta con seguro-
-¿salir?- despega su vista de su celular para mirarme.
-tu amiga la del avión está abajo-
-¿Tiffany?- frunzo el ceño.
-si, adiós- y se fue, creo que estaba un poco enojada.
Salgo de mi cuarto y bajo las escaleras encontrandome con Tiffany en la sala. Viste unos jeans que le quedan perfectos junto a un chandal rosa con blanco y zapatillas blancas. Mientras yo llevo mi pijama entero de oso panda, me lo puse por el frío que había en la noche, pero me arrepiento de haberlo hecho, ya que la risa de Tiffany es tan estruendosa que estoy segura que se escucha a dos cuadras de mi casa.
-¿aún tienes catorce años?- no para de reir, pese a la mirada furiosa que le doy.
-cada quién hace lo que quiere con su vida, ¿no?-
-ya, pero eso es ridículo para alguien de tu edad- me crucé de brazos.
-no lo es- la verdad es que no me gusta perder frente a una discusión, aunque no sé si esto es considerado una discusión, pero eso es lo de menos -¿qué quieres?-
-tampoco es para enojarse. Vine para invitarte a una barbacoa en la playa, hoy en la noche. ¿Quieres?-
-eso suena interesante- nunca he estado en una, pero..-¿quién más va a estar?-
-unos amigos y George- al mencionarlo movió sus cejas de arriba a bajo en forma pícara, yo solo voltie los ojos.
-¿a qué hora?-
-¡que importa la hora!, solo ven- y yo que pensaba que en Santiago estaba toda la fiesta, pero el sur me sorprende cada vez más.
-eh.. -
-por favor- puso cara de niñita pidiendo a su mamá que le compre un juguete que siempre quizo.
-voy si prometes no volver a burlarte de mi pijama de oso y de ninguno de los otros que tengo- casi se le sale otra carcajada pero la retubo con la mano en la boca.
-¿tienes más de esos?- nuevamente mw crucé de brazos y sostube la mirada de manera desafiante -tranquila, prometo no volver a reír de tus animales.
-gracias- nótese mi sarcasmo -¿En qué playa será?- pregunté, ya que por aquí hay muchas playas pese a que el mar es el mismo.
-te paso a buscar como a las seis porque sola no llegarás nunca- levanté una ceja, ¡me estaba subestimado! -es una playa compleja de llegar, está entre el bosque -sonrió ampliamente -pero es preciosa, te encantará- giró sobre sus talones y caminó hacia la puerta, yo la seguí.
-bien, entonces te espero a esa hora- le dije.
-bien, adiós- se fue y cerré la puerta. Caminé a la sala para sentarme en el sofá.
-ah- lancé un suspiero -es hora de comenzar la limpieza- encendí el parlante y coloqué la canción "señorita" de Shawn Mendes y Camila Cabello, tomé el quita polvo y mientras limpiaba cantaba.
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-claro que puedes ir, pero cuidate y lleva el gas pimienta que está en el mueble de la cocina- me decía mamá, estos días a estado extraña, ocasionalmente en Santiago no me dejaba salir a menudo ni mucho menos tarde es por eso que le pregunté si podía ir.
-bueno, voy a llamar a papá para deciele que..-
-¡no!- me interrumpió -no, él está ocupado en su trabajo no es conveniente molestarlo-
-oh, entonces nos vemos más tarde-
-bien cariño, te quiero adiós-
-yo también- y colgó.
Estaba en mi cuarto y tenía todo el desorden de ropa, suelo ser indecisa algunas veces cuando voy a salir a algún lado, aunque solo sea a la esquina, pero otras veces no lo soy; definitivamente soy rara. Camino al baño para darme una ducha y asearme completamente. Al final me decido por unos jeans negros con unos botines cortos como zapatillas y un poncho de lana, obviamente me puse varias poleras y un chaleco bajo del poncho, no pienso morir de frío.
-estoy lista- bajo las escaleras justo a tiempo que suena una bocina de un auto, miro por la ventana para cerciorarme de que es ella y si es ella. Abro la puerta, salgo y la cierro detras mio. Camino hacia el auto y abro la puerta trasera -hola- saludo.
-hola Mei- saluda George mirandome desde el retrovisor.
-te vas a divertir mucho- dice Tiffany. George presiona el acelerador y nos vamos a la playa.
Le escribo a Sara para que vea que si me preocupo por ella.
Yo
Saraaaaaaa
Voy a la playa!!!
No tarda en contestar.
Sara
:(
Me llevas?
Yo
Me encantaria que estubieras aquí
Me falta la locura de Sara